sexta-feira, 12 de setembro de 2008

Bolivarianos levantem-se e transformem a Bolívia


Por Runildo Pinto
12/09/2008

A encruzilhada bolivariana


O povo boliviano está colocado no ponto nevrálgico da encruzilhada histórica, de um lado um projeto de caráter popular de raízes indígenas e de outro, as elites brancas que por toda história estiveram acomodadas sobre as riquezas naturais, principalmente o gás no território boliviano, como monopólio da classe burguesa. Esse é um conflito provocado por políticas anti-neoliberais que o governo Evo Morales justamente procura implantar, deste modo contraria os interesses das oligarquias bolivianas. O momento é propício pela conjuntura internacional (eleições e crise da economia norte-americana, conflitos Russia-Geórgia, crise energética e movimentos nos países bolivarianos) e interna, que o governo incorpore a condição de vanguarda e amplie o máximo a mobilização popular e almejando reformas mais ousadas.

Ter a clareza que qualquer transformação pretendida passa por um conflito com a nação imperialista estadunidense e para esse enfrentamento é necessária a unidade bolivariana, isto é: uma solidariedade de ações práticas com a Venezuela, Equador, Nicarágua, Cuba, Paraguai; como forma de inibir uma ação efetiva dos Estados Unidos na região. O Presidente Chávez, enxergou essa perspectiva e assumiu uma posição, expulsou o embaixador estadunidense e colocou seu exército à disposição. Evo Morales deve usar de cautela, mas não recuar, nas ações que o momento político exige, e o que a conjuntura suscita e avance no interior do conflito para superá-lo com a vitória do povo, em sua magnitude realista. Em primeiro lugar ter uma agenda política clara para levar a feita a mobilização da população e garanti-la à consciência dos bolivianos. A segunda da necessidade de concretizar o nascimento de uma nova forma societária na Bolívia, pois, se a burguesia vencer estará colocando o povo no ostracismo mais atroz. Lê-se que as elites não estão dispostas a respeitar qualquer expediente democrático, por mais amplo e plural que se empenhe, para resolver o impasse na ordem institucional. A classe dominante não está disposta a aceitar qualquer derrota nesse campo e muito menos quer saber de ampliar os direitos do povo.

A postura do Brasil

O governo brasileiro já sinalizou sua postura, a de mediar o embate. Essa é a condição que o Brasil tem imposto, ou seja, reafirmar sua política externa apresentando-se como a "grande potência" sul-americana. Mediar é uma manobra de habilidade para manter-se neutro, diante dos conflitos e garantir sua conivência e submissão ao governo dos Estados Unidos da América.

O Presidente Evo Morales deve cobrar do governo brasileiro uma atitude e não aceitar a neutralidade. O governo do Brasil tem colocado por inúmeras vezes os Bolivarianos em desvantagem no cenário político internacional, uma condição de oposição às políticas anti-neoliberais, principalmente da Venezuela, Bolívia e Equador.

Essa combinação política oportunista brasileira diante da situação de antagonismo político e ideológico que acontece na Bolívia coloca o governo boliviano vulnerável e a mercê da burguesia deste país. Enquanto o Brasil é o único que consolida sua política de manter-se aparte dos demais, desautorizando e depreciando a unidade latino-americana, proposta pelo movimento Bolivariano, como política externa adotada para combater o neoliberalismo no continente.


Consolidar a resistência contra o neoliberalismo

Os principais bastiões de apoio ao imperialismo estadunidense é a diplomacia Brasileira, a Colômbia armada (a Israel da América do Sul) e Peru na versão mais comum, a da submissão. Somente uma coordenação do movimento Bolivariano: Venezuela, Bolívia, Equador, Cuba, Nicarágua, a adesão do Paraguai com os movimentos sociais de todos os países, poderá consolidar uma operação realmente capaz de mudar geopolítica na América do Sul e Caribe.

Para ferir o neoliberalismo de morte é preciso de uma luta globalizada e o campo de batalha, para começá-la, está dado: a América Latina e Caribe devem lutar potencializando propostas que resgatem a moral identitária dos povos contra a desqualificação das culturas, isto não é retroceder na história, mas avançar para uma outra globalização, solidária que respeite a soberania e a estabeleça a unidade política e econômica, e que impeça a desqualificação da natureza histórica peculiar destes países. Caso contrário a globalização neoliberal dissolverá suas características, seus costumes; essas civilizações perderão seu legado para o livre comércio, capitaneado pelas grandes corporações empresariais, artificializando a vida e concretizando em cada rincão a lógica do mercado, retirando a realização de um dever moral e social, o conteúdo humano da reprodução da vida e a razão intrínseca dos meios de produção.

quinta-feira, 11 de setembro de 2008

35 Años después, ¡Allende Vive!






Comp@s,


En ese 11 de Septiembre recordamos
por 35 veces el triste hecho que sacudió
a Chile y a todos nosotros en 1973. Son
aires que no se van, como pueden sentir
los que seguimos los acontecimientos
en Bolívia, con acciones, conspiraciones
y traiciones que ni siquiera originales son.

¡Allende Vive!
¡La lucha sigue, sigue!
(por Jorge Quillfeldt)






"Yo pisaré las calles nuevamente
de lo que fue Santiago ensangrentada,
y en una hermosa plaza liberada
me detendré a llorar por los ausentes.

"Yo vendré del desierto calcinante
y saldré de los bosques y los lagos,
y evocaré en un cerro de Santiago
a mis hermanos que murieron antes.

"Yo unido al que hizo mucho y poco
al que quiere la patria liberada
dispararé las primeras balas
más temprano que tarde, sin reposo.

"Retornarán los libros, las canciones
que quemaron las manos asesinas.
Renacerá mi pueblo de su ruina
y pagarán su culpa los traidores.

"Un niño jugará en una alameda
y cantará con sus amigos nuevos,
y ese canto será el canto del suelo
a una vida segada en La Moneda.

"Yo pisaré las calles nuevamente
de lo que fue Santiago ensangrentada,
y en una hermosa plaza liberada
me detendré a llorar por los ausentes."

(Sílvio Rodrigues)

-------------------------------------------------------

Agrego los siguientes enlazes:
Allende vive (Jorge Insunza - Rebelión)
Salvador Allende (Memorial)
Vientos de Pueblo (Homenage a Victor Jara)
Afiches de la Unidad Popular (selección)

Y el texto cristalino de Álvaro Cuadra (Rebelión):


No es fácil referirse a los sucesos del 11 de septiembre de 1973, dejando fuera las propias pasiones. Es así porque se trata de un acontecimiento traumático para una gran mayoría de chilenos, cuyas consecuencias debemos vivir cotidianamente hoy. El Golpe de Estado ocurrido hace ya más de tres décadas no es un hecho histórico sepultado en el pasado. Por el contrario, el presente económico, político y cultural del Chile actual no se explica sino por aquella fecha.

La dictadura militar diseñó la matriz de la cual emerge el Chile de hoy. Un modo particular de organizar la economía, el neoliberalismo. Una manera de administrar la política, una democracia de baja intensidad. Un tipo de cultura adversa de toda forma colectivista o asociativa, el individualismo. Este molde sigue vigente en todas y cada una de sus partes. Cualquier observador desapasionado debe consentir que el diseño militar ha sido objeto de escasas medidas cosméticas. Bastará pensar, por ejemplo, en la Constitución Política que sigue siendo la pauta general sobre la que se ordena la vida nacional.

El sentido último de esta reorganización militar del Chile contemporáneo, ha sido y es, salvaguardar la tradición y el orden de la nación. Es decir, como afirmó el mismo Pinochet: salvar vida y fortuna a las elites dirigentes que sintieron amenazados sus privilegios. Dicho con absoluta honestidad, debemos admitir que las vigas maestras del diseño militar han funcionado hasta nuestros días, cumpliendo cabalmente el propósito para el que fueron creadas. Desde la ley electoral hasta la legislación en torno a la salud, la previsión social o las leyes tributarias.

En rigor, la llamada Concertación de Partidos por la Democracia, no ha hecho sino administrar el modelo heredado, con el claro compromiso de garantizar su continuidad. De suerte que más allá de sus epilépticas bravatas y del gastado discurso demagógico, los personeros concertacionistas han actuado más como "estafetas" de la derecha económica que como representantes del pueblo. Incapaces de llevar adelante un proyecto histórico alternativo, se han sumido en una atmósfera de ineptitud y de, para decirlo con elegancia, "debilidad moral".

Como en una mala novela de terror, el amnésico Chile de hoy vuelve su mirada a las luminosas vitrinas del consumo suntuario, a las rutilantes pantallas de plasma, mientras en el patio desentierran osamentas de algún vecino o pariente. Son los muertos silenciados por esta historia macabra que todavía persiste, obstinada, en ocultar cadáveres en el ropero. El once de septiembre no ha terminado en nuestro país, está presente en cada línea de la Constitución, en el opaco gris de los cuarteles y comisarías; en la risa socarrona del "honorable", y en muchos "hombres de negocios". El once de septiembre sigue vivo en quienes tanto le deben al General.

El crimen cometido en Chile no atañe, tan sólo a los dramáticos sucesos conocidos por todos. El verdadero mal está todavía con nosotros, en nuestra vida cotidiana, en la injusticia naturalizada y aceptada como desesperanza. La verdadera traición a Chile es haber impedido que, por vez primera, aquel hombre y aquella mujer humildes, hubiesen comenzado a construir su propia dignidad en sus hijos, y en los hijos de sus hijos.

En un sentido último, Augusto Pinochet Ugarte, fue la mano tiránica que interrumpió la maravillosa cadena de la vida. Como Caín, el general asesinó a sus hermanos, ofendiendo al espíritu que late en el fondo de la historia humana. Sus obras, su herencia lamentable ya la conocemos: generaciones de chilenos condenados al infierno de la ignorancia, la pobreza, el luto y la indignidad. En el Chile del presente no hay paz para los muertos como tampoco la hay para los vivos.

Más allá de las complicidades de la mentira para ocultar la naturaleza de aquella tragedia; por mucho que se esfuercen algunos falsos profetas en exorcizar las cenizas, enseñando la resignación; y más allá de los demagogos de última hora que administran hoy el palacio: hay un pueblo silencioso y paciente que encarna el advenimiento histórico de un mundo otro.

- Álvaro Cuadra es investigador y docente de la Escuela Latinoamericana de Postgrados (ELAP). Participa en ARENA PÚBLICA, Plataforma de Opinión de Universidad ARCIS [ Retirado de : http://www.rebelion.org/noticia.php?id=72458 ]

quarta-feira, 10 de setembro de 2008

Camarada Fausto Wolff, presente!


LEMBRANÇAS:
Se alguém perguntar por mim
Diga que volto já.
Se não voltar,
Vá ao jardim.
Serei terra, cajá, jasmim.
(Fausto Wolff)




Rendemos nossa homenagem a Fausto Wolff, escritor e jornalista, revolucionário, internacionalista, grande amigo do nosso Partido, cujo exemplo de vida ficará para sempre em nossa lembrança.

Fausto não apenas se dizia comunista. Era um verdadeiro comunista: nunca se curvou aos poderosos e aos inimigos de classe; jamais conciliou com oportunistas, bajuladores, carreiristas e traidores. Seu legado e sua memória continuarão a serviço da luta por um mundo sem opressores nem oprimidos.

Camarada Fausto Wolff, presente!

Secretariado Nacional do PCB
7 de setembro de 2008

Mensagem de Fausto Wolff, por ocasião da fundação da Casa da América Latina, em 31 de agosto de 2007, no Rio de Janeiro:

Depois de voltarmos as costas de modo arrogante e indelicado para a América Latina, preferindo nos comportar como tietes de Portugal, Inglaterra, França e dos Estados Unidos, parece que desta vez um grupo de pessoas corajosas e inteligentes entendeu que o Brasil é parte importantíssima da América Latina.

Em boa hora surge a Casa da América Latina, para urgentemente promover encontros culturais, políticos e sociais com nossos irmãos abaixo do Equador.

É um absurdo que conheçamos intimamente a vida de uma atriz norte-americana e pouquíssimo saibamos sobre o Equador e até mesmo sobre o vizinho Uruguai.

Somos vítimas de um corte cultural que teve início com o golpe militar de 64 quando começamos a perder nossa música, nossa arte, nossa imprensa e nossa identidade.

Passamos a ser um povo que não sabe quem é, de onde veio e para onde vai; o povo ideal para o laboratório do neoliberalismo e a audiência ideal para o lixo cinematográfico americano, que ensina as crianças a se drogar, a roubar e a matar sem que atitude alguma seja tomada. Pior que o crime é a banalização do crime.

Enquanto o Brasil não se reconhecer latino-americano, teremos poucas chances de nos tornarmos uma grande nação. Abaixo a violência e abaixo a elite que a produz.

Longa vida à Casa da América Latina.

Fausto Wolff

terça-feira, 9 de setembro de 2008

Celia, un huracán militante

Celia Hart Santamaria (1962-2008) ¡Presente!

Néstor Kohan

Es una pérdida enorme. Nos parece mentira. Celia Hart Santamaría acaba de fallecer junto con su hermano Abel en un accidente automovilístico en La Habana. Nos enteramos anoche. Pablo Kilberg, incansable amigo de la revolución cubana y de Celia (que son lo mismo), nos llamó y nos dio la triste noticia. ¡Justo ahora, cuando ella hacía más falta que nunca! Mucha impotencia. Una sensación muy fea en la boca, en la garganta, en el estómago.

Todo el mundo la presenta como “la hija de”. No está mal. Su mamá fue Haydeé Santamaría Cuadrado [1922-1980], militante revolucionaria, emblema y símbolo de la revolución cubana, compañera de Fidel Castro desde los primeros días, asaltante del cuartel Moncada, fundadora de Casa de las Américas. Su papá, Armando Hart Dávalos [1930-], dirigente histórico de la revolución cubana, fundador del Movimiento 26 de julio también junto a Fidel, ministro de educación de la revolución e inspirador de su célebre campaña de alfabetización. Además de sus padres, Celia contaba entre sus familiares con Abel Santamaría Cuadrado [1927-1953], colaborador político de Fidel desde antes del golpe de estado de Batista, luego asaltante del cuartel Moncada, capturado vivo, torturado y asesinado por la dictadura de Batista.

Pero Celia era mucho más que “la hija de” o la “sobrina de”. Tuvo, tiene y tendrá una luz y un brillo propio. ¿A quien le cabe duda?

Trabé relación con Celia a través de su padre. Fue Armando quien más nos insistió con la necesidad de conocer a Celia. Había entre ambos, padre e hija, una relación muy fuerte, afectiva y emotiva pero también intelectual y política. Todo escritor, cuando escribe, tiene en mente un diálogo con alguien. Me animo a decir que Armando era uno de los interlocutores imaginarios de Celia, al igual que Fidel Castro. Siempre tenía en mente sus opiniones, en un diálogo real o imaginario. Cada vez que Celia me escribía, confesaba: “me imagino lo que estará pensando mi padre” o “lo que debe pensar Fidel de esto que estoy diciendo”, “estoy segura que a Fidel le debe encantar”.

Llegué a Celia por intermedio de Armando. Hace más de una década, en medio del desierto moral e intelectual de los años ’90, durante el reinado feroz e implacable del neoliberalismo en todo el mundo, Armando Hart nos escribió después de leer un trabajo sobre Marx y el tercer mundo publicado en la revista Casa de las Américas. Entusiasmado como un chico, nos envió una conferencia suya sobre el Manifiesto comunista. Al intercambio de cartas y trabajos siguió el encuentro personal, gracias al amigo y compañero Fernando Martínez Heredia, igualmente guevarista como padre e hija.

El vínculo con Armando se estrechó. Él nos prologó un libro sobre el marxismo latinoamericano que lamentablemente hasta ahora no se publicó en Cuba (aunque ya estaba diagramado y listo). Tuve a su vez el honor de prologarle un libro suyo sobre Marx, Engels y la condición humana. Luego, en una de sus visitas a la Argentina, Armando Hart vino como expositor a la Cátedra Che Guevara. En esas conversaciones con el padre, además de Martí, Ingenieros, la Reforma Universitaria, Mella, Guiteras y Fidel, de Marx y Engels, del Che y Freud, siempre salía el tema de su hija Celia. Era recurrente. Armando le tenía una admiración que jamás ocultó. Nos decía, una y otra vez: “Celia es como Haydeé [la mamá de Celia], pero ahora en tiempos del posmodernismo”.

La primera vez que la vi, Celia no comenzó hablando de la revolución latinoamericana, de Fidel, del Che o de Lenin, Trotsky y los bolcheviques. ¡No! Cuando todavía no habíamos abierto la boca, las primeras palabras que nos dijo, con una sonrisa amplia de oreja a oreja, fueron: “Estoy muy celosa de tu relación con mi padre”. Así era ella, tremendamente irónica y tierna al mismo tiempo, profundamente humana, muy querible por sobre todas las cosas. La antítesis viviente del “aparato” impersonal que transforma la política de los revolucionarios en algo desalmado, frío, administrativo, burocrático. Repleta de afecto, de ternura, de humanismo, podíamos discutir sobre cualquier problema de la coyuntura latinoamericana, de Chávez, del futuro de Cuba, de los gusanos de Miami o de lo que sea, y en la mitad, siempre, invariablemente, intercalaba una broma, un chiste, una ironía o una alusión inesperada a un amor suyo, amigo mío. Celia hablaba, intervenía y escribía desacralizando, rompiendo los moldes y las consignas efectistas de volante, desoxidando las formas pétreas de los discursos acartonados y mustios de la izquierda tradicional. Era un torbellino de ideas. Hablaba a una velocidad increíble, a veces difícil de seguir. Generaba mucho entusiasmo en los jóvenes. Lo he comprobado en Cuba y también en Argentina. (hace muy poco tiempo, hermanos chilenos me decían que pensaban invitarla al país trasandino).

En estos años conversamos sobre muchas cosas, sobre acuerdos mutuos y también sobre matices diversos. Cuando la discusión se ponía fuerte, Celia me disparaba con una sonrisa: “Bueno, tú sabes que yo soy física de profesión”. Y ahí afloraba la risa. Nos aflojábamos y entonces seguíamos.

Celia jugó un papel enorme en la batalla de las ideas de los últimos tiempos, dentro y fuera de Cuba. A mi modesto entender, la palabra de Celia Hart fue muy útil y muy eficaz. Sirvió, como decimos en Argentina, para “abrir cabezas”, es decir, para hacer pensar. ¡Celia ayudó a pensar! Provocó a las distintas tribus de la izquierda latinoamericana obligándolos a escucharse mutuamente (una tarea nada fácil, por cierto).

A los comunistas tradicionales, formados en el mundo cultural de la Unión Soviética, los empujó contra la pared y los obligó a abandonar los prejuicios infundados y a leer, por fin, al “innombrable” y “demoníaco” León Trotsky, tantas veces borrado de fotos y de historias por la censura y también por la autocensura de varias generaciones educadas en el stalinismo. Aunque sea para discutirle, tuvieron que ponerse a leer a Trotsky. Alguno que otro reaccionó con encono, pero la mayoría adoptó otra actitud más suave y racional, tomó como un desafío el planteo de Celia y a partir de allí hubo que volver a pensar y repensar viejos dogmas, hoy apolillados y completamente ineficaces. ¿Quién podía acusar a Celia de desconocer el mundo cultural y político del Este europeo, afín a la URSS, aquel que se cayó con el muro de Berlín, si ella había vivido años y había estudiado física, precisamente, en la República Democrática Alemana (RDA)? ¿Quién podía acusar a Celia de ser “contrarrevolucionaria”, “quinta columna” o vaya uno a saber qué, si ella amaba —no sólo admiraba sino que amaba— a Fidel Castro?

A los trotskistas, latinoamericanos pero también europeos, Celia los increpó y les habló de Fidel y del Che sin pelos en la lengua, con argumentos políticamente rigurosos y también con amor. Les dijo, una y otra vez, que el internacionalismo no se declama en panfletos y revistas universitarias o en la retórica de salón, que la revolución cubana envió casi medio millón de combatientes internacionalistas a Angola y a toda América Latina. Celia los obligó a reclamar por la libertad de los cinco revolucionarios cubanos encarcelados en EEUU. Los interpeló, cada vez que pudo, para que abandonen fórmulas cristalizadas y puedan mirar con otros ojos, no tan prejuiciosos, a Cuba y a su revolución.

En el caso del maoísmo, algunos de sus dirigentes estaban muy enojados con Celia por sus críticas a Stalin (figura también cuestionada, dicho sea de paso, por Armando Hart Dávalos en un trabajo suyo donde comenta la famosa biografía de Isaac Deutscher, autor que le dio a leer a su hija desde muy joven). En la Habana, al secretario general de un partido maoísta argentino le presentamos a Celia para que conversara personalmente con ella y pudiera de esa forma comprender quien era y cómo pensaba, más allá de sus artículos, tal vez de esa manera se romperían algunos prejuicios.

Insistimos. La gran virtud de Celia ha consistido en que sus intervenciones, no siempre planificadas ni calculadas con serenidad (lo cual le generó no pocas angustias y dolores de cabeza cuando la prensa burguesa intentaba manipularla o tergiversarla), obligaron a la izquierda a pensar. ¡A pensar! Esa actividad no siempre practicada cuando la pretendida “ortodoxia” del marxismo (sea cual fuera la familia ideológica en cuestión, se pertenezca al guetto que se pertenezca) se transforma en un salvoconducto para rumiar y repetir frases hechas, sin reflexión propia ni pensamiento crítico.

En el mundo cultural de las izquierdas Celia era mirada como una “rara avis”. ¿Fidelista trotskista? ¿Crítica de la burocracia y el mercado y defensora a muerte de la revolución cubana? ¿Guevarista encendida que no acepta participar de homenajes oficiales e institucionales al Che? ¿Cómo es eso? ¡Qué me lo expliquen!... habrá pensado más de uno.

Lo que sucede es que las masacres y los genocidios militares de América Latina, perpetrados bajo mandato del imperialismo norteamericano, no sólo quemaron cuerpos y desaparecieron personas. También quemaron libros y pretendieron desaparecer pensamientos.

La propuesta iconoclasta y, en un punto, ecuménica, de Celia no partía de cero ni era producto de una nueva fórmula alquimista. Era un punto de llegada. Antes que ella lo propagandizara con su prosa tan personal, donde el brillo literario no era indiferente a la danza de las musas, otros compañeros habían intentado conjugar esa síntesis de tradiciones culturales y políticas diversas.

Por ejemplo, Michael Löwy, en su libro El pensamiento del Che Guevara de 1970 (ediciones varias), había intentado reivindicar al Che en su integridad —no sólo como guerrillero heroico sino también como pensador marxista de alto vuelo—, defender la revolución cubana y promover el guevarismo sin dejar de inspirarse en León Trotsky, en Rosa Luxemburg, en el joven György Lukács. Muy cerca de Löwy, el compañero Carlos Rossi [seudónimo] escribió dos años después, en 1972, La revolución permanente en América Latina (se puede consultar en amauta.lahaine.org). Allí Rossi analizaba toda la historia contemporánea de nuestra América desde las teorías del desarrollo desigual y combinado y la revolución permanente, mientras hacía suya la estrategia de lucha armada a escala continental de la revolución cubana y el guevarismo. Dos antecedentes inequívocos de las propuestas y los ensayos políticos de Celia.

Cuando Celia nos pidió el año pasado, en junio del 2007, que presentáramos en Argentina su libro Apuntes revolucionarios. Cuba, Venezuela y el socialismo internacional ([Buenos Aires, Fundación Federico Engels, 2007], colección de artículos suyos de internet, en gran parte publicados por nuestro común amigo y compañero Luciano Alzaga, quien mucho contribuyó a difundir el pensamiento de Celia y a hacerla conocida fuera de Cuba) se lo dijimos públicamente. Allí recordamos esos dos trabajos “olvidados”, previos al libro de Celia y precursores con treinta años de distancia del de ella. Lejos de cualquier petulancia o autosuficiencia, tan común entre algunos gurúes de la izquierda académica, ella ni se ofendió ni se enojó. No pretendía descubrir por enésima vez la pólvora. Con humildad extrema, casi exagerada, Celia respondió que ella se consideraba una “recién llegada” al mundo de la teoría política y social y reconocía que sus planteos hetorodoxos (se los mire por donde se los mire) no nacían de la nada, sino que prolongaban una tradición previa.

¡Esa era Celia! Ese gesto la pintaba de cuerpo entero. No necesitaba vanagloriarse de nada. Sencillamente porque tenía mucho para decir. Sólo los mediocres necesitan aferrarse a las formas, porque carecen de contenido propio. Esa noche, en la presentación de su libro, casi doscientos jóvenes desbordaron el lugar. Celia terminó hablando encaramada a una mesa, rodeada de un mar de militantes de diversas tribus de izquierda (no sólo argentina, hasta sandinistas había y Celia discutió con ellos, sin dejar de reivindicar la revolución de 1979). Ella sola logró reunir las diversas capillas de nuestra dividida izquierda, luego de años y años de hegemonía populista, reformista y posmoderna.

El propio Löwy hace referencia a Celia en su última investigación sobre el Che y el guevarismo actual. Cuando el investigador brasileño nos envió los borradores de un capítulo de su libro para recibir sugerencias y opiniones, le preguntamos: “¿No vas a incluir entre los guevaristas actuales al Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) de Chile? ¿Y a Celia en Cuba?”. Igualmente, con la misma humildad, el historiador e investigador los incluye en la edición final. Sobre ella, Löwy hace referencia allí a “los escritos fogosos de Celia Hart” destacándolos entre las últimas expresiones del guevarismo contemporáneo (Véase Michael Löwy y Olivier Besancenot: Che Guevara: una braise qui brûle encore [Che Guevara una brasa que todavía quema] París, Mille et une nuits, 2007. Capítulo “La herencia guevarista en América Latina”. p. 153). Cuando ese libro ganó la calle, sus dos autores, inspirados en Trotsky pero también en el Che Guevara, fueron acusados inmediatamente —como si fuera algo gravísimo— de “guevaristas”...

Irrefrenable, repleta de entusiasmo militante, Celia escribía siempre con urgencia. Mandaba a sus amigos sus textos pidiendo observaciones de última hora, preguntaba en qué página de qué libro se encuentra tal o cual cita y así discutíamos, con franqueza, con lealtad, fraternalmente, sin dobles mensajes, sin calcular favores institucionales o conveniencias mezquinas.

El último intercambio que tuvimos fue sobre una subvariante del trotskismo argentino: el morenismo, corriente que la invitó por última vez a nuestro país. Cuando nos pidió nuestra opinión, volvimos a reiterarle lo que siempre le habíamos manifestado. Desde una posición de respeto por la abnegación de una militancia muchas veces sacrificada, considerábamos inocultable, y así se lo transmitimos a ella, la enorme distancia que separaba en el morenismo una retórica altisonante y una escritura encendida de una prolongada historia mundana, terrenal, en gran medida reformista. Le proporcionamos ejemplos concretos de la historia argentina que Celia no tenía porqué conocer. Conductas no siempre dignas ni decorosas que, a nuestro modo de ver, no derivaban de la “maldad” y menos de la “traición” individual de tal o cual dirigente político —por lo general esforzados y muy sacrificados— sino de una concepción y una estrategia política a nuestro modo de ver errónea, muchas veces acríticamente institucional y electoral.

A partir de este ejemplo puntual y de muchos otros interrogantes compartidos durante años, con Celia conversamos sobre las polémicas históricas que en su oportunidad enfrentaron a los partidarios de Nahuel Moreno con los de Mario Roberto Santucho, asesinado por la dictadura militar en 1976 (uno de los principales líderes del guevarismo en Argentina y en el cono sur latinoamericano —donde compartió trincheras y organizaciones con el chileno Miguel Enríquez, el uruguayo Raúl Sendic y los hermanos bolivianos Inti y Coco Peredo). Celia siempre me repetía la misma frase, me lo transmitió oralmente, cara a cara, en más de una conversación, y también por escrito: “Tú sabes, querido Néstor, que mi partido es el del Che Guevara y el de Robi Santucho”. Nunca me lo dejó de repetir.

Celia tenía insistencias. Una de ellas era la necesidad de diálogo real y unidad concreta entre las diversas izquierdas. No unidad con fracciones del poder sino unidad de las izquierdas, donde las diferencias no siempre son contradicciones antagónicas.

Por ejemplo, cuando en septiembre de 2007 el Colectivo Amauta y la Cátedra Che Guevara organizaron un corte de avenidas (Callao y Corrientes, en pleno centro porteño) y una clase pública en defensa de los presos políticos, Celia no falló. Junto a mensajes recibidos de todo el mundo, la extensa, emotiva y comprometida carta que Celia nos envió por los presos representó con dignidad la voz cubana en esa actividad unitaria, donde convergían corrientes muy diversas. Celia actuaba eludiendo cualquier tentación de guiarse por la razón de Estado. No tenía en mente ni priorizaba las relaciones diplomáticas entre el Estado de su país y el gobierno de Kirchner, sino que estaba más preocupada por la situación de los presos políticos argentinos entonces en huelga de hambre. Era lo más lógico.

Más tarde, el Colectivo Amauta y la Cátedra Che Guevara lanzaron la iniciativa de organizar un Seminario Guevarista Internacional para junio de 2008. Celia nos volvió a escribir. Nos contó que la habían invitado para inaugurar un monumento oficial al Che en la ciudad de Rosario (Argentina), donde junto a sectores de izquierda también concurrirían otros afines al gobierno de Kirchner y a corrientes de la socialdemocracia local. Según ella nos dijo, no aceptó aquella invitación. Nos aclaró que ella no buscaba lucirse haciendo “portación de apellido prestigioso”. Tampoco quería contactos oficiales del gobierno argentino ni le interesaban. Optó por apoyar la iniciativa del Seminario Guevarista Internacional pero con un planteo propio. Se ofreció a participar personalmente (viaje que no se pudo concretar pues los organizadores no oficiales no contaban con dinero para su pasaje) y además prometió batallar por convencer a los numerosos nucleamientos inspirados en el trotskismo para que apoyen la movida que se hacía en defensa del Che y de la revolución cubana. Le aclaramos que probablemente esas organizaciones no apoyarían, pero ella insistió y trató de convencerlos. Así se lo hizo saber a varios compañeros a quienes les envió cartas con sus reclamos. Delante de varias organizaciones piqueteras leímos su adhesión al evento, con gran entusiasmo.

¿Por qué Celia apoyó esta otra iniciativa? ¿Habrá sido por amistad personal? Sinceramente no lo creo. Estoy seguro que también tenía muchos amigos y admiradores en las filas afines al acto oficial. Quizás nos equivoquemos, pero sospechamos que su intención apuntaba siempre a sacar al Che del póster y la estatua, para recuperarlo como quien fue realmente, alguien indomesticable, que no generaba suspiros condescendientes o nostálgicos sino enojos, diatribas e incomodidades en la sociedad oficial y en las corrientes reformistas que tanto lo denostaron.

En la última conversación que mantuvimos antes de este desafortunado accidente, Celia me llamó por teléfono desde Buenos Aires. Había estado pocos días en Argentina. Cuando me dijo que no iba a poder participar esta vez de la Cátedra Che Guevara la insulté cariñosamente, dada la confianza mutua que teníamos. Pegó una carcajada. Volvió a pedir disculpas y de ahí en más la conversación derivó hacia los problemas de la política argentina y el debate latinoamericano sobre la insurgencia colombiana y los ataques de Uribe. Celia tampoco vaciló en ese tema. Empezó con el entusiasmo de siempre a defender a los hermanos y hermanas de las FARC colombianas y nos planteó su convencimiento de que hoy más que nunca la izquierda latinoamericana en sus diferentes variantes y grupos debería apoyar a la insurgencia. La interrumpimos recordándole que los teléfonos en Argentina están intervenidos por la policía y no convenía discutir sobre ese tema de esa manera. Se rió mucho cuando le dije que recordara que no estaba en Cuba, y que era mejor que retomara las prácticas de los tiempos en que su mamá y su papá tenían que cuidarse de los cuerpos represivos y de inteligencia. Ese fue nuestro último diálogo, hace apenas pocos días.

Así fue siempre Celia. Un tanque vietnamita ingresando en la embajada yanqui, un tanque soviético tomando por asalto Berlín. ¡Imparable! Nada la detenía. Un huracán de energía militante.

Nunca asumió ni le interesó una posición “decorativa”. Podría haber vivido cómoda, disfrutando, ajena a la política, de sus apellidos prestigiosos. Esa opción no la sedujo en lo más mínimo. Es más, estoy seguro que la despreciaba. Siempre su interés era militante, incluso si eso le traía “problemas” por los líos en que se metía. Sus palabras preferidas no eran “a ver cuando nos tomamos unos tragos” (aunque también los hemos tomado) sino que priorizaba invariablemente el debate político, las tareas, los desafíos militantes a escala continental, sin perder el humanismo cotidiano.

Nada de nostalgia por el pasado, toda la voluntad puesta hacia adelante. Quizás por eso Celia amaba tanto a Julio Antonio Mella, quien alguna vez escribió “Todo tiempo futuro tiene que ser mejor”.

Muy lejos geográficamente de Celia pero siempre muy cerca suyo en el corazón y en los ideales, le enviamos un abrazo enorme a su papá Armando Hart, a sus hijos, a toda su familia, a sus compañeros de Cuba y de todo el mundo, que tanto la quisieron y la querrán.

¡Querida compañera Celia, hasta la victoria siempre!

Buenos Aires, 8 de septiembre de 2008

segunda-feira, 8 de setembro de 2008

Tábua rasa do pragmatismo: Manuela ignora princípios e reforça a história oficial

Por Runildo Pinto


Beleza? Que nada! O que vale é lutar, construir o poder popular.


A candidata do PC do B, ajustada a saia do pragmatismo burguês, faz apologia a história oficial do Rio Grande do sul e deturpa imagem de personalidades.

Em propaganda na TV, ao justificar a sua jovem candidatura, estabelece uma comparação com personagens da história como Che Guevara, Garibaldi, Bill Gates e Oscar Niemeyer, não atribuindo qualificação social destes personagens, ignorando as classes sociais a que se comprometeram e quais ideais e interesses estas personalidades representam na sociedade. Colocou igualmente personagens históricamente antagônicos, como Che Guevara e Bill Gates à vala comum do oportunismo, que Manuela D'Ávila expressa inescrupulosamente, sem nenhum pudor.

O deboche à inteligência dos porto-alegrenses, não para por aí, exacerba quando, na mesma propaganda, referindo-se aos farroupilhas, dá o caráter de revolução ao movimento que não teve nenhum compromisso social, foi uma guerra entre senhores escravistas da província e do império.

Manuela e o seu partido (PC do B), são comunistas somente na sigla partidária, o que é muito conveniente para a burguesia guasca, nacional e internacional. Essa tendência a sacrificar princípios para transigir com as circunstâncias e acomodar-se a elas, tem sido a prática dos que reivindicam o rótulo de esquerda no Brasil, a começar pelo PT- Partido dos Trabalhadores. Essa prática neoliberal e pós-moderna de adesão, tem boicotado o avanço do movimento popular mais combativo da América Latina e Caribe, são os mesmos que estendem a mão ao imperialismo estadunidense e as oligarquias, pastoril e industrial do Brasil.

em: http://rsinsurgente.blogspot.com

DECLARACIÓN DEL MINISTERIO DE RELACIONES EXTERIORES DE CUBA









El pasado miércoles 3 de septiembre, a las 4:45 pm, el secretario
asistente de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, Thomas
Shannon, entregó al Jefe de la Sección de Intereses de Cuba en
Washington la Nota Verbal No. 646, en la que plantea "su más profundo
pesar por la destrucción causada por el huracán Gustav" y afirma que
los Estados Unidos estarían preparados para ofrecer al pueblo de Cuba
"ayuda humanitaria inmediata e inicial de suministros de auxilio a
través de una organización apropiada de ayuda internacional".

Una Nota idéntica fue enviada con posterioridad al Ministerio de
Relaciones Exteriores por la Sección de Intereses de los Estados
Unidos en La Habana.

En dicha Nota, el gobierno estadounidense solicita además al Gobierno
cubano que "permita que un grupo de evaluación humanitaria visite Cuba
para inspeccionar las áreas afectadas y evaluar adecuadamente los
daños".

El sábado 6 de septiembre, a las 8:55 am, el Ministerio de Relaciones
Exteriores trasmitió al Departamento de Estado, a través de la Sección
de Intereses de Cuba en Washington, y simultáneamente a la Sección de
Intereses de los Estados Unidos en La Habana, su Nota No. 1866 en la
que agradece las expresiones de pesar del Gobierno de los Estados
Unidos por la destrucción causada en nuestro país por el huracán Gustav.

Dicha Nota señala también que Cuba no necesita la asistencia de un
grupo de evaluación humanitaria para valorar los daños y necesidades
pues cuenta con los especialistas suficientes, los cuales
prácticamente han concluido dicha labor.

La Nota del Ministerio de Relaciones Exteriores expresa además que si
el Gobierno de los Estados Unidos tiene una real voluntad de cooperar
con el pueblo cubano ante la tragedia del huracán, se le solicita que
permita la venta a Cuba de materiales indispensables y suspenda las
restricciones que impiden a las compañías norteamericanas ofrecer
créditos comerciales privados a nuestro país para comprar alimentos en
los Estados Unidos.

En ese país se ha desatado en las últimas horas un amplio debate
público acerca de la posición que debería adoptar su gobierno ante los
severos daños causados por el huracán Gustav en Cuba.

En la tarde del 4 de septiembre, el candidato presidencial demócrata,
Barack Obama, solicitó una suspensión, por no menos de 90 días, de las
restricciones a los viajes y al envío de remesas y ayuda a sus
familiares en Cuba por parte de los cubanos residentes en los Estados Unidos.

El Ministerio de Relaciones Exteriores considera que las restricciones
a los viajes y remesas de los residentes en los Estados Unidos de
origen cubano nunca debieron aplicarse. No es Cuba sino los Estados
Unidos quien priva de ese derecho a las personas de origen cubano.

Si por razones humanitarias se restablecieran esos derechos a los
cubanos, no habría forma de explicar que se mantuviera dicha
prohibición, igualmente injusta y discriminatoria, para los ciudadanos
estadounidenses.

Hoy, cuando el oriente del país ya está en alerta ciclónica ante la
amenaza del huracán Ike, tan poderoso como el Gustav, Cuba reafirma
que, en realidad, lo único correcto, ético, apegado al Derecho
Internacional y a la voluntad casi unánime de la Asamblea General de
las Naciones Unidas, sería eliminar total y definitivamente el férreo
y cruel bloqueo económico, comercial y financiero aplicado durante
casi medio siglo contra nuestra Patria, que incluye la persecución de
las operaciones comerciales y financieras cubanas en terceros países y
que, según cálculos conservadores, provoca anualmente daños superiores
a los producidos por el huracán Gustav.

Ministerio de Relaciones Exteriores

6 de septiembre de 2008

PALESTRA: (PORTO ALEGRE/RS) O ESTADO E A PRODUÇÃO CIENTÍFICA

Por que Zurdo?

O nome do blog foi inspirado no filme Zurdo de Carlos Salcés, uma película mexicana extraordinária.


Zurdo em espanhol que dizer: esquerda, mão esquerda.
E este blog significa uma postura alternativa as oficiais, as institucionais. Aqui postaremos diversos assuntos como política, cultura, história, filosofia, humor... relacionadas a realidades sem tergiversações como é costume na mídia tradicional.
Teremos uma postura radical diante dos fatos procurando estimular o pensamento crítico. Além da opinião, elabora-se a realidade desvendando os verdadeiros interesses que estão em disputa na sociedade.

Vos abraço com todo o fervor revolucionário

Raoul José Pinto



ZZ - ESTUDAR SEMPRE

  • A Condição Pós-Moderna - DAVID HARVEY
  • A Condição Pós-Moderna - Jean-François Lyotard
  • A era do capital - HOBSBAWM, E. J
  • Antonio Gramsci – vida e obra de um comunista revolucionário
  • Apuntes Criticos A La Economia Politica - Ernesto Che Guevara
  • As armas de ontem, por Max Marambio,
  • BOLÍVIA jakaskiwa - Mariléia M. Leal Caruso e Raimundo C. Caruso
  • Cultura de Consumo e Pós-Modernismo - Mike Featherstone
  • Dissidentes ou mercenários? Objetivo: liquidar a Revolução Cubana - Hernando Calvo Ospina e Katlijn Declercq
  • Ensaios sobre consciência e emancipação - Mauro Iasi
  • Esquerdas e Esquerdismo - Da Primeira Internacional a Porto Alegre - Octavio Rodríguez Araujo
  • Fenomenologia do Espírito. Autor:. Georg Wilhelm Friedrich Hegel
  • Fidel Castro: biografia a duas vozes - Ignacio Ramonet
  • Haciendo posible lo imposible — La Izquierda en el umbral del siglo XXI - Marta Harnecker
  • Hegemonias e Emancipações no século XXI - Emir Sader Ana Esther Ceceña Jaime Caycedo Jaime Estay Berenice Ramírez Armando Bartra Raúl Ornelas José María Gómez Edgardo Lande
  • HISTÓRIA COMO HISTÓRIA DA LIBERDADE - Benedetto Croce
  • Individualismo e Cultura - Gilberto Velho
  • Lênin e a Revolução, por Jean Salem
  • O Anti-Édipo — Capitalismo e Esquizofrenia Gilles Deleuze Félix Guattari
  • O Demônio da Teoria: Literatura e Senso Comum - Antoine Compagnon
  • O Marxismo de Che e o Socialismo no Século XXI - Carlos Tablada
  • O MST e a Constituição. Um sujeito histórico na luta pela reforma agrária no Brasil - Delze dos Santos Laureano
  • Os 10 Dias Que Abalaram o Mundo - JOHN REED
  • Para Ler O Pato Donald - Ariel Dorfman - Armand Mattelart.
  • Pós-Modernismo - A Lógica Cultural do Capitalismo Tardio - Frederic Jameson
  • Questões territoriais na América Latina - Amalia Inés Geraiges de Lemos, Mónica Arroyo e María Laura Silveira
  • Simulacro e Poder - uma análise da mídia, de Marilena Chauí (Editora Perseu Abramo, 142 páginas)
  • Soberania e autodeterminação – a luta na ONU. Discursos históricos - Che, Allende, Arafat e Chávez
  • Um homem, um povo - Marta Harnecker

zz - Estudar Sempre/CLÁSSICOS DA HISTÓRIA, FILOSOFIA E ECONOMIA POLÍTICA

  • A Doença Infantil do Esquerdismo no Comunismo - Lênin
  • A História me absolverá - Fidel Castro Ruz
  • A ideologia alemã - Karl Marx e Friedrich Engels
  • A República 'Comunista' Cristã dos Guaranis (1610-1768) - Clóvis Lugon
  • A Revolução antes da Revolução. As guerras camponesas na Alemanha. Revolução e contra-revolução na Alemanha - Friedrich Engels
  • A Revolução antes da Revolução. As lutas de classes na França - de 1848 a 1850. O 18 Brumário de Luis Bonaparte. A Guerra Civil na França - Karl Marx
  • A Revolução Burguesa no Brasil - Florestan Fernandes
  • A Revolução Proletária e o Renegado Kautsky - Lênin
  • A sagrada família - Karl Marx e Friedrich Engels
  • Antígona, de Sófocles
  • As tarefas revolucionárias da juventude - Lenin, Fidel e Frei Betto
  • As três fontes - V. I. Lenin
  • CASA-GRANDE & senzala - Gilberto Freyre
  • Crítica Eurocomunismo - Ernest Mandel
  • Dialética do Concreto - KOSIK, Karel
  • Do Socialismo Utópico ao Socialismo Científico - Friedrich Engels
  • Do sonho às coisas - José Carlos Mariátegui
  • Ensaios Sobre a Revolução Chilena - Manuel Castells, Ruy Mauro Marini e/ou Carlos altamiro
  • Estratégia Operária e Neocapitalismo - André Gorz
  • Eurocomunismo e Estado - Santiago Carrillo
  • Fenomenologia da Percepção - MERLEAU-PONTY, Maurice
  • História do socialismo e das lutas sociais - Max Beer
  • Manifesto do Partido Comunista - Karl Marx e Friedrich Engels
  • MANUAL DE ESTRATÉGIA SUBVERSIVA - Vo Nguyen Giap
  • MANUAL DE MARXISMO-LENINISMO - OTTO KUUSINEN
  • Manuscritos econômico filosóficos - MARX, Karl
  • Mensagem do Comitê Central à Liga dosComunistas - Karl Marx e Friedrich Engels
  • Minima Moralia - Theodor Wiesengrund Adorno
  • O Ano I da Revolução Russa - Victor Serge
  • O Caminho do Poder - Karl Kautsky
  • O Marxismo e o Estado - Norberto Bobbio e outros
  • O Que Todo Revolucionário Deve Saber Sobre a Repressão - Victo Serge
  • Orestéia, de Ésquilo
  • Os irredutíveis - Daniel Bensaïd
  • Que Fazer? - Lênin
  • Raízes do Brasil - Sérgio Buarque de Holanda
  • Reforma ou Revolução - Rosa Luxemburgo
  • Revolução Mexicana - antecedentes, desenvolvimento, conseqüências - Rodolfo Bórquez Bustos, Rafael Alarcón Medina, Marco Antonio Basilio Loza
  • Revolução Russa - L. Trotsky
  • Sete ensaios de interpretação da realidade peruana - José Carlos Mariátegui/ Editora Expressão Popular
  • Sobre a Ditadura do Proletariado - Étienne Balibar
  • Sobre a evolução do conceito de campesinato - Eduardo Sevilla Guzmán e Manuel González de Molina

ZZ - Estudar Sempre/LITERATURA

  • 1984 - George Orwell
  • A Casa dos Espíritos, de Isabel Allende
  • A Espera dos Bárbaros - J.M. Coetzee
  • A hora da estrela - Clarice Lispector
  • A Leste do Éden - John Steinbeck,
  • A Mãe, MÁXIMO GORKI
  • A Peste - Albert Camus
  • A Revolução do Bichos - George Orwell
  • Admirável Mundo Novo - ALDOUS HUXLEY
  • Ainda é Tempo de Viver - Roger Garaud
  • Aleph - Jorge Luis Borges
  • As cartas do Pe. Antônio Veira
  • As Minhas Universidades, MÁXIMO GORKI
  • Assim foi temperado o aço - Nikolai Ostrovski
  • Cem anos de solidão - Gabriel García Márquez
  • Contos - Jack London
  • Crime e castigo, de Fiódor Dostoiévski
  • Desonra, de John Maxwell Coetzee
  • Desça Moisés ( WILLIAM FAULKNER)
  • Don Quixote de la Mancha - Miguel de Cervantes
  • Dona flor e seus dois maridos, de Jorge Amado
  • Ensaio sobre a Cegueira - José Saramago
  • Ensaio sobre a lucidez, de José Saramago
  • Fausto - JOHANN WOLFGANG GOETHE
  • Ficções - Jorge Luis Borges
  • Guerra e Paz - LEON TOLSTOI
  • Incidente em Antares, de Érico Veríssimo
  • Memórias do Cárcere - Graciliano Ramos
  • O Alienista - Machado de Assis
  • O amor nos tempos do cólera - Gabriel García Márquez
  • O Contrato de Casamento, de Honoré de Balzac
  • O Estrangeiro - Albert Camus
  • O homem revoltado - Albert Camus
  • O jogo da Amarelinha – Júlio Cortazar
  • O livro de Areia – Jorge Luis Borges
  • O mercador de Veneza, de William Shakespeare
  • O mito de Sísifo, de Albert Camus
  • O Nome da Rosa - Umberto Eco
  • O Processo - Franz Kafka
  • O Príncipe de Nicolau Maquiavel
  • O Senhor das Moscas, WILLIAM GOLDING
  • O Som e a Fúria (WILLIAM FAULKNER)
  • O ULTIMO LEITOR - PIGLIA, RICARDO
  • Oliver Twist, de Charles Dickens
  • Os Invencidos, WILLIAM FAULKNER
  • Os Miseravéis - Victor Hugo
  • Os Prêmios – Júlio Cortazar
  • OS TRABALHADORES DO MAR - Vitor Hugo
  • Por Quem os Sinos Dobram - ERNEST HEMINGWAY
  • São Bernardo - Graciliano Ramos
  • Vidas secas - Graciliano Ramos
  • VINHAS DA IRA, (JOHN STEINBECK)

ZZ - Estudar Sempre/LITERATURA GUERRILHEIRA

  • A Guerra de Guerrilhas - Comandante Che Guevara
  • A montanha é algo mais que uma imensa estepe verde - Omar Cabezas
  • Da guerrilha ao socialismo – a Revolução Cubana - Florestan Fernandes
  • EZLN – Passos de uma rebeldia - Emilio Gennari
  • Imagens da revolução – documentos políticos das organizações clandestinas de esquerda dos anos 1961-1971; Daniel Aarão Reis Filho e Jair Ferreira de Sá
  • O Diário do Che na Bolívia
  • PODER E CONTRAPODER NA AMÉRICA LATINA Autor: FLORESTAN FERNANDES
  • Rebelde – testemunho de um combatente - Fernando Vecino Alegret

ZZ- Estudar Sempre /GEOGRAFIA EM MOVIMENTO

  • Abordagens e concepções de território - Marcos Aurélio Saquet
  • Campesinato e territórios em disputa - Eliane Tomiasi Paulino, João Edmilson Fabrini (organizadores)
  • Cidade e Campo - relações e contradições entre urbano e rural - Maria Encarnação Beltrão Sposito e Arthur Magon Whitacker (orgs)
  • Cidades Médias - produção do espaço urbano e regional - Eliseu Savério Sposito, M. Encarnação Beltrão Sposito, Oscar Sobarzo (orgs)
  • Cidades Médias: espaços em transição - Maria Encarnação Beltrão Spósito (org.)
  • Geografia Agrária - teoria e poder - Bernardo Mançano Fernandes, Marta Inez Medeiros Marques, Júlio César Suzuki (orgs.)
  • Geomorfologia - aplicações e metodologias - João Osvaldo Rodrigues Nunes e Paulo César Rocha
  • Indústria, ordenamento do território e transportes - a contribuição de André Fischer. Organizadores: Olga Lúcia Castreghini de Freitas Firkowski e Eliseu Savério Spósito
  • Questões territoriais na América Latina - Amalia Inés Geraiges de Lemos, Mónica Arroyo e María Laura Silveira