sexta-feira, 30 de maio de 2008

Novo jeito de governar em Minas Gerais















Novo jeito de governar em Minas Gerais. Será que no Rio Grande do sul é diferente? (comentário Raoul José Pinto)





,
Veja abaixo por que é mais fácil um camelo passar pelo buraco de uma agulha do que encontrar uma notícia negativa sobre o governador Aécio Neves (PSDB), especialmente em Minas Gerais. O documentário que fala sobre as relações entre Aécio Neves, TV Globo e jornal Estado de Minas foi produzido pela Current TV e exibido nos EUA e Inglaterra.

quinta-feira, 29 de maio de 2008

El bombardeo de los símbolos/I: El fracaso del marxismo



Karl Marx por Pericoli

Karl Marx por Pericoli

Recientemente un grupo de investigadores españoles llegó a la concusión que la extinción de los neandertales hace más de veinte mil años -esos gnomos y enanitos narigones que pululan en los cuentos tradicionales de Europa- se debió a una inferioridad fundamental con respecto a los cromagnones.
Jorge Majfud
Escritor uruguayo y profesor de literatura latinoamericana en la Universidad de Georgia, EE.UU.
Según José Carrión de la Universidad de Murcia, nuestros antepasados homo sapiens poseían una mayor capacidad simbólica, mientras los neandertales eran más realistas y por lo tanto inferiores como sociedad. Nadie creería hoy en los mitos de aquellos abuelos nuestros, no obstante su utilidad se parece a la del geocentrismo ptolomeico que en su época sirvió para predecir eclipses.

Según una primitiva visión darwiniana -propia de los neoconservadores antidarwinianos-, el mundo sigue siendo una competencia entre neandertales y cromagnones. Sólo sirve ganar, porque “nuestros valores” son superiores, ya que son “los valores de Dios”. Otros pensamos lo contrario: este tipo de dinámica no podría llevar al éxito de los cromagnones sino a la extinción de ambos contendientes bajo la lógica arbitraria de Superman, según la cual “los buenos somos nosotros y por eso debemos aniquilar a los malos”. Hay una diferencia con nuestros tiempos: no estamos totalmente en aquella prehistoria y, si suscribimos mínimamente un posible progreso de la historia según los valores del humanismo, podemos interpretar que estas leyes darwinianas no se aplican en crudo en la especie humana o la cultura de cooperación y solidaridad es parte de la misma selección natural que ha superado el estado cavernícola.

No obstante todavía quedan en pié algunos principios de aquella época. Por ejemplo, la fortaleza que confiere una creencia sólida, sin importar su veracidad. Así se levantaron todos los imperios como el romano, el islámico y los subsiguientes europeos y americanos. Alguno de ellos tenía que estar teológicamente equivocado, pero todos tuvieron éxito gracias a algún tipo de fanatismo mesiánico. Así también se hundieron.

Si los antiguos mitos totémicos favorecieron a unas tribus sobre las otras, los modernos mitos sociales discriminan de forma más compleja favoreciendo a clases sociales, grupos o sectas financieras, intereses nacionales y a veces raciales, etc.

Veamos un ejemplo contemporáneo. No hace mucho alguien me señalaba con inconmovible obviedad la derrota del marxismo en el mundo.

-¿Por qué piensa usted que el marxismo ha fracasado? -pregunté.

-Basta con ver lo que ocurrió en la Unión Soviética y en los países socialistas y con terroristas como Che Guevara.

Este señor nunca había leído un solo texto de Marx o de sus continuadores, pero había visto mucha televisión y, sobre todo, había recibido algunos cursos sobre “lucha antisubversiva”, así que estaba dotado de una docena de lugares comunes sazonados con la elocuencia de la repetición.

-En realidad, sacar a un país analfabeto de la periferia y convertirlo por varias décadas en potencia mundial no parece un gran fracaso -comenté de puro contra, a pesar de mi profundo desprecio por los tiempos de Stalin y sus consecuentes.

-La lucha de clases, por ejemplo, es un acto criminal.

-Del todo de acuerdo. Sobre todo porque existe. Aunque ahora no se trate de princesas de sangre azul y campesinos criminales con cara de sapo.

Claro que ver a la Unión Soviética como el marxismo puesto en práctica es una arbitrariedad de propios y ajenos. De haber vivido Marx por entonces y en aquella tierra, igualmente hubiese sido exiliado a Inglaterra. No porque Inglaterra fuese un imperio bondadoso sino porque era un imperio arrogante, como todo imperio, que nunca se sintió amenazado por los intelectuales. Lo cual era una considerable ventaja para alguien que debía escribir un análisis histórico como El Capital para ser leído y discutido por los siglos por venir, aún cuando la Unión Soviética y el Imperio Británico hubiesen desaparecido.

Pero aún si asumiésemos que el marxismo ha fracasado como organización política eso no quiere decir que el marxismo haya fracasado como corriente de pensamiento y de acción social.

Paradójicamente, donde más vivo está hoy en día el marxismo es en las universidades norteamericanas, donde, de una forma o de otra, se lo usa como uno de los más recurrentes instrumentos de análisis de la realidad. De esa realidad que no quieren ver los realistas neandertales. Y no se puede decir que estos centros viven en las nubes porque, aún medido según los valores tradicionales de los “pragmáticos hombres de negocios”, son estas universidades a través de sus diferentes rubros los centros económicos que directa e indirectamente dejan al país astronómicas ganancias económicas, sin contar cada uno de los inventos, sistemas e instrumentos contemporáneos que se usan en los rincones más remotos del planeta, para bien y para mal.

Dejando de lado este detalle, bastaría con situarse en el siglo XVIII o en el XIX para darse cuenta que eso que llaman “marxismo” no ha fracasado sino todo lo contrario. (Claro que el marxismo inspiró barbaridades. Pero los bárbaros y genocidas se inspiran de cualquier cosa. Si no pregúntenle a cualquier religión si en su historia no tienen toneladas de perseguidos, torturados y masacrados en nombre de Dios y la Moral.) Sin la herencia del marxismo, el pensamiento actual, aún el antimarxista, se encontraría desnudo y perdido en el mundo del siglo XXI. Y no sólo le pensamiento. Una buena parte de los logros y del reconocimiento de las igualdades de los oprimidos -de la humanidad oprimida- fueron acelerados por esta corriente radical, desde las exitosas luchas sociales en el siglo XIX por los derechos de los obreros, por el combate de la esclavitud en América y la de campesinos en las venenosas factorías de la Revolución Industrial en Europa, por los derechos igualitarios de la mujer hasta la rebelión de los pueblos colonizados en el siglo XX. Todas revisiones y reivindicaciones que se continuaron con éxito relativo y siempre precario en el siglo XXI hasta olvidar que en su momento fueron combatidas como propias del Demonio o de subversivos resentidos, no pocas veces condenados por esa “voz del pueblo” hecha por el sermón a medida del interés de una minoría en el poder.

Algunos intelectuales de derecha han publicado que todos esos progresos humanistas se lograron gracias al “buen corazón” de los hombres y mujeres de fe religiosa. No obstante, sus iglesias e instituciones no sólo estuvieron históricamente allí, condenando estas luchas de liberación como “corrupciones inmorales del progreso”, justificando represiones y matanzas durante los tiempos de barbarie sino que además sus esferas de acción casi siempre tenían sus centros en el poder mismo, no para criticarlo sino para legitimarlo. Lo cual no es una condición natural de ninguna iglesia en particular, sino una de esas plagas que transmiten los humanos en cualquier otra esfera social, tal como lo revelan los pocos Evangelios que nos quedaron.

Por otro lado, el rechazo epidérmico a la tradición del pensamiento marxista tampoco se debe únicamente a un aparente ateísmo, ya que los Teólogos de la liberación demostraron que se puede creer en Dios, ser cristiano y al mismo tiempo suscribir con coherencia un pensamiento marxista o, al menos, progresista de la historia. De hecho podemos entender el cristianismo primitivo como un humanismo radical, opuesto a las estructuras jerárquicas y políticas del cristianismo posterior, surgido bajo la bendición y a la medida política del emperador Constantino.

Hasta ese momento, el cristianismo nacido de un subversivo condenado a muerte, llevaba tres siglos de derrotas y persecución por parte del Imperio. Pero también tres de sus mejores siglos, antes del espectacular éxito político del año 313.

Lincoln University of Pennsylvania, mayo de 2008



Jorge Majfud
Escritor uruguayo
http://majfud.50megs.com/
majfud@gmail.com



quarta-feira, 28 de maio de 2008

Mito e ciência: a confluência turva do esclarecimento



por PAULO DENISAR FRAGA

Professor do Departamento de Filosofia e Psicologia da Unijuí, RS. Mestre em Filosofia pelo Instituto de Filosofia e Ciências Humanas da Unicamp, SP

http://www.espacoacademico.com.br/072/72fraga.htm

“Do mesmo modo que os mitos já levam a cabo o esclarecimento, assim também o esclarecimento fica cada vez mais enredado, a cada passo que dá, na mitologia. Todo conteúdo, ele o recebe dos mitos, para destruí-los, e ao julgá-los, ele cai na órbita do mito”.

(ADORNO e HORKHEIMER, 1997: 26)

Prometheus - Elsie Russel Há sessenta anos, Theodor Adorno e Max Horkheimer escreviam em sua Dialética do esclarecimento, obra que no pós-guerra revolucionou a compreensão da modernidade: “De bom grado o censor positivista deixa passar o culto oficial, do mesmo modo que a arte, como um domínio particular da atividade social nada tendo a ver com o conhecimento; mas a negação que se apresenta ela própria com a pretensão de ser conhecimento, jamais” (1997: 37).

De fato, a modernidade capturada pelo positivismo nos excessos da luta do empirismo contra a metafísica, foi um dos alvos preferidos desses autores. Com a sua lei do desenvolvimento dos três estágios da humanidade (teológico ou fictício, metafísico ou abstrato e científico ou positivo), o positivismo consagrou as idéias da incompatibilidade entre eles e da fragmentação hierarquizada dos saberes, determinada pela imposição unilateral do último sobre os demais. A passagem acima denota a recusa de Adorno e Horkheimer a uma tal esquemática, deduzida da crença na supremacia civilizadora da racionalidade técnico-científica.

Com essa pista de leitura, este texto destaca um dos aspectos da Dialética do esclarecimento – o entrelaçamento entre mito e razão esclarecida –, cuja análise crítica, embora originalmente não restrita a isso, constitui-se, no fundo, num desmentido cortante não só dos resultados sociais da hegemonia positivista (o que em geral se chama de progresso), como igualmente dos seus pressupostos (que presumem a independência do estatuto da razão instrumental frente às formas anteriores que ela planeja suplantar).

De começo, convém observar que o conceito de esclarecimento (Aufklarüng) de Adorno e Horkheimer não se refere a uma época específica, nem mesmo ao século XVIII, conhecido como Século das Luzes ou da Ilustração. De natureza transepocal,

o termo é usado para designar o processo de “desencantamento do mundo”, pelo qual as pessoas se libertam do medo de uma natureza desconhecida, à qual atribuem poderes ocultos para explicar seu desamparo em face dela. Por isso mesmo, o esclarecimento de que falam não é, como o iluminismo, ou a ilustração, um movimento filosófico ou uma época histórica determinados, mas o processo pelo qual, ao longo da história, os homens se libertam das potências míticas da natureza, ou seja, o processo de racionalização que segue na filosofia e na ciência (ALMEIDA. In: ADORNO e HORKHEIMER, 1997: 7-8).

Esta definição é indispensável para a compreensão das duas teses basilares da obra, segundo as quais “o mito já é esclarecimento e o esclarecimento acaba por reverter à mitologia” (ADORNO e HORKHEIMER, 1997: 15).

A afirmação de que “o mito já é esclarecimento” significa que desde cedo a práxis ritual mítica dos sacerdotes logrou as divindades da natureza a que recorria: “Todas as ações sacrificiais humanas, executadas segundo um plano, logram o deus ao qual são dirigidas: elas o subordinam ao primado dos fins humanos, dissolvem seu poderio, e o logro de que ele é objeto se prolonga sem ruptura no logro que os sacerdotes incrédulos praticam sobre a comunidade crédula”. De maneira que “A astúcia tem origem no culto” (Ibid.: 58) – afirmação significativa para evidenciar que o mito já é esclarecimento, uma vez que, como mostra o excurso “Ulisses ou mito e esclarecimento”, a astúcia é o componente central da ação ulissiana em sua empreitada contra as potências míticas, constituindo-se numa característica típica da atitude esclarecida.

Mythos significa palavra, ou aquilo que se narra por meio do que se conta (ou se diz). Visavam não só explicar para o homem nascente e temeroso a dinâmica da lógica natural, como guardavam já o intuito de dominá-la concretamente. De tal modo que “o mito queria relatar, denominar, dizer a origem, mas também expor, fixar, explicar. Com o registro e a coleção dos mitos, essa tendência reforçou-se. Muito cedo deixaram de ser um relato para se tornar uma doutrina”. Isso porque “todo ritual inclui uma representação dos acontecimentos bem como do processo a ser influenciado pela magia. Esse elemento teórico do ritual tornou-se autônomo nas primeiras epopéias dos povos”. Assim, numa referência que inclui a perspectiva de Homero, Adorno e Horkheimer dizem que “os mitos, como os encontraram os poetas trágicos, já se encontram sob o signo daquela disciplina e poder que Bacon enaltece como o objetivo a se alcançar” (Ibid.: 23 – grifos PDF).

Essas condições permitem explicar, na dialética própria do esclarecimento, a tese segundo a qual “os mitos que caem vítimas do esclarecimento já eram o produto do próprio esclarecimento” (Id.). Entrementes, se ambos acham-se entrelaçados, são necessárias relações que expliquem a sua imbricadura.

Mito e esclarecimento têm em comum já a sua motivação de origem, qual seja, o fato do homem, enquanto um ser carente e finito, precisar defrontar-se com o que lhe traz à face o elemento da dissolução, isto é, da mortalidade. Comparando tal característica mútua, Olgária Matos escreveu que “tanto a mitologia quanto o Iluminismo filosófico (dos séculos XVII e XVIII) e científico encontram suas raízes nas mesmas necessidades básicas: sobrevivência, autoconservação e medo” (1987: 141).

No entanto, se mitologia e ciência moderna brotam da mesma razão de ser, guardam, na sua semelhança, diferenças procedimentais. Enquanto na magia o sacerdote, pela aproximação mimética, comunica-se com as forças naturais no intuito de influir em sua direção e apaziguar sua potência, a ciência moderna visa a identidade, a subsunção da natureza na subjetividade, cujo controle exige um distanciamento conceitual abstrativo. Tal “como a ciência, a magia visa fins, mas ela os persegue pela mimese, não pelo distanciamento progressivo em relação ao objeto” (ADORNO e HORKHEIMER, 1997: 25).

Se a ciência opera pelo distanciamento abstrato, enquanto a magia recorre ao procedimento imitativo, isso se deve em grande medida a um pressuposto gnosio-epistêmico distinto, qual seja, a diferença que a linguagem racional guarda em relação à linguagem mágica.“O xamã esconjura o perigo com a imagem do perigo. A igualdade é o seu instrumento” (Ibid.: 30). No xamã, a palavra é dotada de propriedades fantásticas devido a que inexiste a cisão entre signo e imagem. Pela semelhança possibilitada em tal unidade, a palavra (ou o gesto imagético) com que o feiticeiro se comunica com as divindades da natureza adquire o poder fantástico de influenciar o curso dos acontecimentos naturais.

A propósito, “a doutrina dos sacerdotes era simbólica no sentido de que nela coincidiam o signo e a imagem. Como atestam os hieróglifos, a palavra exerceu originariamente também a função da imagem. Esta função passou para os mitos” (Id.). Trata-se, por isso, de uma relação onde ainda não predomina a intenção doadora de sentido do sujeito cognoscente, mas sim o parentesco do nome com a coisa (Cf. Ibid.: 25). Já no caso da ciência, tal contigüidade está desfeita, pois “é enquanto signo que a palavra chega à ciência. [...]. Enquanto signo, a linguagem deve resignar-se ao cálculo; para conhecer a natureza deve renunciar à pretensão de ser semelhante a ela. Enquanto imagem, deve resignar-se à cópia; para ser totalmente natureza, deve renunciar à pretensão de conhecê-la” (Ibid.: 31).

No mundo mágico o homem ainda se considera uma parte da natureza. E, como tal, ele a acessa pela semelhança da imagem. No mundo da ciência, onde o cógito se converteu, desde Descartes, no reduto de todos os critérios da certeza e da veracidade do conhecimento, o homem se fecha gnosiologicamente no eu penso, no seu ego. Afastando-se da natureza, ele precisa criar um mundo referencial para si, pois as coisas do mundo, agora apartadas dele, só se lhe tornam acessíveis através da manipulação técnico-teórica. O mito se converte em esclarecimento, enquanto a natureza em objetividade, onde “o preço que os homens pagam pelo aumento de seu poder é a alienação daquilo sobre o que exercem o poder” (Ibid.: 24) – ou seja, da natureza.

Contudo, naquela substituição inicial, que subtraía o homem ao sacrifício, Adorno e Horkheimer já vêem o elemento de uma lógica discursiva em formação. Na prova que Deus fez a Abraão, onde, após pedir seu filho unigênito em sacrifício, ordena sua substituição por um carneiro (Cf. A BÍBLIA, Gn. 22, 1969: 26-27), já está presente o gênero da indiferença para com o exemplar.

Porém, a especificidade da substituição mágica ainda é insuficiente para se pôr à altura da intervenção universal da ciência, onde a “substituibilidade específica” dos rituais mágicos é finalmente superada pela “fungibilidade universal” da técnica científica. Fluidificando e suprimindo as distinções que ainda coabitavam ao tempo da magia, chega-se à rigidez da unicidade da matéria, onde a qualidade e a diversidade dos entes são recalcadas pela única relação reconhecida como legítima – a do império do sujeito doador de sentido frente a um mundo que em si mesmo já não tem sentido nenhum. Aqui, com efeito, a relação torna-se a da intenção, não mais a do parentesco.

Destarte, dizem os autores, “um átomo é desintegrado, não em substituição, mas como um espécime da matéria, e a cobaia atravessa, não em substituição, mas desconhecida como um simples exemplar, a paixão do laboratório” (ADORNO e HORKHEIMER, 1997: 25). O termo paixão pode ser associado aqui à paixão de Cristo, de quem, vale lembrar, a tradição tornou canônico dizer que morreu na cruz para salvar a humanidade. Mutatis mutandis, é o mesmo que faz a ciência com a cobaia, cujo sacrifício universal encontra o seu silêncio inominável sob a pesada noção de que ele se efetua para o benefício do homem.

O anonimato da cobaia diz do progressivo afastamento metodológico que a ciência patrocina entre sujeito e objeto, pois este foi o seu pressuposto: “Para substituir as práticas localizadas do curandeiro pela técnica industrial universal foi preciso, primeiro, que os pensamentos se tornassem autônomos em face dos objetos, como ocorre no ego ajustado à realidade” (Ibid.: 25).

Mas o estatuto desse distanciamento diz mais ainda: diz da frieza calculadora com que a ciência lida com o mundo ao mesmo tempo em que o reduz ao modelo-padrão vertical com que opera essa lida. “De antemão, o esclarecimento só reconhece como ser e acontecer o que se deixa captar pela unidade. Seu ideal é o sistema do qual se pode deduzir toda e qualquer coisa” (Ibid.: 22). Não por acaso, Adorno e Horkheimer o chamam de totalitário.

Como que reeditando, numa versão perversa, uma espécie de navalha de Ockham, o esclarecimento resolveu, a seu modo, simplificar os entes: “A multiplicidade das figuras se reduz à posição e à ordem, a história ao fato, as coisas à matéria” (Id.). O que, em outras palavras, tem o mesmo significado do que Adorno escreveu em Mínima moralia: “O que não está reificado, nem pode ser contado nem medido, deixa de existir” (1992: 39).

Mas, para tanto, “a matéria deve ser dominada sem o recurso ilusório a forças soberanas ou imanentes, sem a ilusão de qualidades ocultas” (ADORNO e HORKHEIMER, 1997: 21). Eis o aprendizado que vai fazer da lógica a senhora da ciência, movimento bem sublinhado por Max Horkheimer: “O mérito do positivismo consiste em ter transportado a luta do Iluminismo contra as mitologias para dentro do campo sagrado da lógica tradicional” (1976: 97).

Como se vê, ao cabo desse processo a ciência pretende radicalizar o seu afastamento dos mitos. Inclusive, para livrar-se deles, converte-os em alvos privilegiados de sua artilharia pesada. Entretanto, ainda que a ciência se apóie no progressivo distanciamento prático em relação ao objeto, uma vez que tende a subsumi-lo no princípio da identidade teórica, o seu critério de verificação, contraprova de sua eficácia, continua sendo a repetição. E é justo nisso que ela guarda o seu parentesco inextrincável com a mitologia.

Se os sacerdotes podiam confiar-se na eficácia da palavra/imagem enquanto operacionalidade mimética sobre a materialidade da natureza, é porque a noção de uma tal aproximação era tirada da apreensão do próprio movimento natural que, tomado como cíclico, permitia a interferência humana mediada pela comunicação mágica. Ou seja, a eficácia do procedimento simbólico dos sacerdotes repousa na repetição.

Ora, a ciência recorre ao que Adorno e Horkheimer chamam de “princípio da imanência”, isto é, “a explicação de todo acontecimento enquanto repetição” (1997: 26). Segundo eles, é com a noção da repetição que o esclarecimento quer inquirir a eficácia dos mitos. Afinal, grosso modo, científico é aquilo que pode ser comprovado sob as mesmas condições em diferentes espaços e temporalidades. É aquilo que não se dá aqui ou ali, sob as sombras do oculto e misterioso, mas algo que pode ser examinado pela experiência empírica e que, portanto, no fim das contas, adquire a qualidade de universal pelo mérito de ter-se comprovado pela repetição.

É, pois, sobre a figura da repetição que o formalismo científico apresenta seu critério procedimental, assim como o mito que esconjurava o medo da morte em cada novo evento com os mesmos recursos usados para algo ocorrido no passado. Mas o alcance da idéia da legitimidade pela repetição não se resume a um aspecto epistemológico isolado, neutral. É algo que vai se desdobrar também como repetição na vida social, ou seja, como conservadorismo contra as formas de negação do existente, de tal modo que, “na imparcialidade da linguagem científica, o impotente perdeu inteiramente a força para se exprimir, e só o existente encontra aí o seu signo neutro” (Ibid.: 35). A força da frase reitera um dos traços distintivos da Teoria Crítica: a recusa cabal ao hiato analítico entre conhecimento e sociabilidade.

Às costas do que prognosticava o mais tranqüilo cálculo positivista, a formalização do conhecimento não atinge só o objeto, incluindo o sujeito que, esquecendo-se de que também é um objeto, por tal afetação, torna-se igualmente passivo, ou seja, regride à qualidade que define o objeto. É o que Adorno observou na Introdução à controvérsia sobre o positivismo na sociologia alemã: “A subjetividade extirpou em si tudo que não é conforme a univocidade e identidade de sua pretensão de dominação; a si mesma, que em verdade também é objeto, não se reduziu menos do que os objetos” (1975: 230).

Refletindo sobre a concepção de conhecimento, Adorno e Horkheimer deixam claro que o suposto distanciamento abstrativo da ciência moderna, não passa de uma queda bruta na imediatidade, onde a figura da repetição mítica renasce no conhecimento como tautologia, quando o pensamento, esvaziado de suas mediações críticas, concede ao “factual a última palavra”. É nisso que ironicamente consiste o “triunfo da racionalidade objetiva, a submissão de todo ente ao formalismo lógico” (1997: 39).

Entretanto, se a filosofia de Adorno critica a tutela do sujeito sobre o objeto, nem por isso rende-se à simplificação inversa de oferecer uma supremacia unilateral ao objeto. É o que expressa a seguinte passagem da Dialética negativa: “o pensamento crítico resiste a procurar no objeto o trono vazio do sujeito; sentado nele, o objeto não seria mais que um ídolo. Do que se trata é de eliminar a hierarquia” (ADORNO, 1992: 183).

Nisto, eles dizem que se a “a equação do espírito e do mundo acaba por se resolver”, ela se dá, contudo, “apenas com a mútua redução de seus dois lados”. Pois “na redução do pensamento a uma aparelhagem matemática está implícita a ratificação do mundo como sua própria medida” (ADORNO e HORKHEIMER, 1997: 38). Ou seja, pensamento e mundo se identificam. Não no compromisso reflexivo, mas na cumplicidade acrítica da imediatez – que bane o contraditório na sociedade como um excesso que corrói, pelo elemento da “mistura”, o critério seguro da exatidão das análises.

Ao distanciamento epistemológico do esclarecimento faltou um distanciamento (auto)crítico-reflexivo. A fatalidade acrítica do real, o irrevogável destino, a vitória do mesmo no final, enfim, todas as formas teóricas e sociais da repetição realizam a regressão do esclarecimento ao mito:

Quanto mais a maquinaria do pensamento subjuga o que existe, tanto mais cegamente ela se contenta com essa reprodução. Desse modo, o esclarecimento regride à mitologia da qual jamais soube escapar. Pois, em suas figuras, a mitologia refletira a essência da ordem existente – o processo cíclico, o destino, a dominação do mundo – como a verdade e abdicara da esperança (1997: 39).

Como sintetiza Rodrigo Duarte, ao banir o pensamento crítico e a esperança transformadora, “a racionalidade que aprendeu a se empobrecer, a se coisificar, a fim de se tornar instrumento de domínio da natureza, não consegue mais encontrar seu caminho de volta a si, e a inconsciência, outrora característica apenas da natureza, toma de assalto o âmbito da cultura”. A suprema racionalidade positiva converte-se em uma inerte e “perversa ‘naturalização’ do pensamento na sua obsessiva restrição a uma logicidade meramente analítica” (DUARTE, 1997: 49-50).

No esclarecimento a natureza é profanada de sua aura sagrada mitológica. O inanimado que o mito animava em seus rituais é novamente inanimado nos laboratórios da razão esclarecida. Mas, para inanimar tudo, o sujeito esclarecedor precisa operar ele mesmo de forma inanimada, porquanto acrítica. Esse seu método, contudo, o encarcera, não lhe permitindo escapar ileso. Assim, ele mesmo, sujeito animado, termina por identificar-se ao que é inanimado, pois a pretensa neutralidade da lógica frente às coisas faz o conhecimento regredir até a imediatidade, isto é, à lógica da própria coisa.

Doravante, se “a pura imanência do positivismo”, essa tendência de submeter tudo sob o controle da repetição, que aparece como “seu derradeiro produto”, na verdade “nada mais é que um tabu, por assim dizer universal”, cuja proibição maior é de que “nada mais pode ficar de fora, porque a simples idéia do ‘fora’ é a verdadeira fonte de angústia”, e se o esclarecimento pode ser definido como a “radicalização da angústia mítica” (ADORNO e HORKHEIMER, 1997: 29), é porque aquilo que está no esclarecimento é o que já estava de há muito nos mitos, ou seja, uma implacável lei de dominação do existente. E se o que residia nos mitos é radicalizado no esclarecimento, é porque o progresso deste outra coisa não é senão uma recaída na mitologia – “a maldição do progresso irrefreável é a irrefreável regressão” (Ibid.: 46).

No decurso desse evolver de raízes imemoriais, muito longe da pretensão auto-suficiente de poder liquidar tudo em que se possa expiar um resquício mítico, o esclarecimento acha-se ele mesmo enredado nos mitos. Sem mais poder renunciar à busca da luz, Prometeu continua amarrado no seu rochedo. Com ele vive, em ferida aberta, o dilema da ciência moderna: a dialética da autoconservação e do sacrifício, uma vez que a dominação da natureza externa pressupõe a da natureza interna.

A atualidade da vingança da natureza, e a barbárie que espreita a humanidade, são um dueto turvo do retorno do recalcado, cuja tragédia faz ver que há muito mais entre o céu e a terra do que supõe a vã filosofia positivista. Questionando o cientificismo, Adorno e Horkheimer fornecem uma teoria que abre espaço para saberes outros. Não por acaso, no fim da sua vida, Adorno apostou na mimese criativa da arte como um espaço em que ainda sobrevivia a utopia da reconciliação do homem com a natureza.

por PAULO DENISAR FRAGA

terça-feira, 27 de maio de 2008

Homenaje a Manuel Marulanda




Traducido para Cubadebate, Rebelión y Tlaxcala por Manuel Talens.
Dibujo de José Mercader.


Marulanda visto por José MercaderPedro Antonio Marín, más conocido como Manuel Marulanda Vélez y “Tirofijo”, era el líder máximo de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Fue, sin duda alguna, el campesino revolucionario más grande de la historia del continente americano. Durante sesenta años organizó movimientos campesinos y comunidades rurales y, cuando todas las vías democráticas legales se le cerraron de forma brutal, creó el ejército guerrillero más poderoso de América Latina y las milicias clandestinas que lo sustentaban. En su época de mayor apogeo, entre 1999 y 2005, las FARC contaban con casi 20.000 combatientes, varios cientos de miles de campesinos activistas y cientos de unidades de milicias comunales y urbanas. Incluso hoy, a pesar del desplazamiento forzoso de tres millones de campesinos como resultado de las políticas de tierra quemada y las masacres del gobierno, las FARC tienen entre 10.000 y 15.000 guerrilleros en sus numerosos frentes distribuidos por todo el país.

Lo que hace tan importantes los logros de Marulanda son sus habilidades organizativas, su agudeza estratégica y sus intransigentes posiciones programáticas, basadas en el apoyo a las exigencias populares. Más que cualquier otro líder guerrillero, Marulanda, tenía una compenetración sin par con los pobres de las zonas campesinas, los sin tierra, los cultivadores indigentes y los refugiados rurales durante tres generaciones.

Tras empezar en 1964 con dos docenas de campesinos que habían huido de pueblos devastados por una ofensiva militar dirigida por USA, Marulanda construyó metódicamente un ejército guerrillero revolucionario sin contribuciones económicas o materiales extranjeras. Más que cualquier otro líder guerrillero, Marulanda fue un gran maestro político rural. Las extraordinarias dotes organizativas de Marulanda se fueron refinando a través de su íntima vinculación con el campesinado. Como había crecido en una familia de campesinos pobres, vivió entre ellos cultivando y organizándolos: hablaba su mismo lenguaje, se ocupaba de sus necesidades diarias más básicas y de sus esperanzas de futuro. De manera conceptual, pero también a través de la experiencia cotidiana, Marulanda realizó una serie de operaciones políticas y militares estratégicas basadas en su brillante conocimiento del terreno geográfico y humano. Desde 1964 hasta su muerte, Marulanda derrotó o eludió al menos siete importantes ofensivas militares financiadas con más de siete mil millones de dólares de ayuda militar usamericana, que incluía miles de “boinas verdes”, cuerpos especiales, mercenarios, más de 250.000 militares colombianos y 35.000 paramilitares integrados en escuadrones de la muerte.

A diferencia de Cuba o Nicarangua, Marulanda construyó una base masiva organizada y entrenó una dirigencia en gran parte rural; declaró abiertamente su programa socialista y nunca recibió apoyo político o material de los denominados “capitalistas progresistas”. A diferencia de los corruptos y codiciosos gánsteres de Batista y Somoza, que saqueaban y se retiraban bajo presión, el ejército de Colombia era un formidable aparato represor, altamente entrenado y disciplinado, reforzado además por homicidas escuadrones de la muerte. A diferencia de otros muchos famosos guerrilleros “de afiche”, Marulanda fue un auténtico desconocido entre los elegantes editores izquierdistas de Londres, los nostálgicos sesentaiochistas parisinos y los socialistas eruditos de Nueva York. Marulanda pasó su tiempo exclusivamente en la “Colombia profunda”; prefería conversar y enseñar a los campesinos y enterarse de sus quejas a conceder entrevistas a periodistas occidentales ávidos de aventura. En lugar de escribir manifiestos grandilocuentes y adoptar poses fotogénicas prefería la pedagogía popular de los desheredados, estable y poco romántica pero sumamente eficaz. Marulanda viajó desde valles prácticamente inaccesibles a cordilleras, desde selvas a llanuras, siempre organizando, luchando... reclutando y entrenando a nuevos líderes. Evitó presentarse en los “foros de debate del mundo” o seguir la ruta de los turistas izquierdistas internacionales. Nunca visitó una capital extranjera y cuentan que jamás puso los pies en Bogotá, la capital de la nación. Pero tenía un amplio y profundo conocimiento de las exigencias de los afrocolombianos costeños; de los indiocolombianos de las montañas y la selva; de las ansias de tierra de millones de campesinos desplazados; de los nombres y direcciones de los terratenientes maltratadores que brutalizaban y violaban a los campesinos y a sus familiares.

Durante las décadas de los sesenta, los setenta y los ochenta, numerosos movimientos guerrilleros se levantaron en armas, lucharon con mayor o menor capacidad y, luego, desaparecieron asesinados, derrotados (algunos incluso se convirtieron en colaboradores) o se integraron en los partos y repartos electorales. Poco numerosos, luchaban en nombre de inexistentes “ejércitos populares”; la mayoría eran intelectuales, más familiarizados con los discursos europeos que con la microhistoria, la cultura popular y las leyendas de los pueblos a los que trataban de organizar. Fueron aislados, rodeados y arrasados; dejaron quizá una herencia bien publicitada de sacrificio ejemplar, pero no cambiaron nada sobre el terreno.

Por el contrario, Marulanda encajó los mejores golpes de los presidentes contrainsurgentes de Washington y Bogotá y se los devolvió al cien por cien. Por cada pueblo arrasado, Marulanda reclutó a docenas de campesinos luchadores, enfurecidos y desamparados, y los entrenó con suma paciencia para que fuesen cuadros y comandantes. Más que cualquier ejército guerrillero, las FARC llegaron a ser un ejército de todo el pueblo: un tercio de los comandantes eran mujeres, más del setenta por ciento eran campesinos, si bien se les asociaron intelectuales y profesionales, que fueron entrenados por cuadros del movimiento. Marulanda fue un hombre venerado por su estilo de vida excepcionalmente sencillo: compartió la lluvia torrencial bajo cubiertas de plástico. Millones de campesinos lo respetaban profundamente, pero nunca practicó el culto a la personalidad: era demasiado irreverente y modesto, prefería delegar las tareas importantes a una dirigencia colectiva, con mucha autonomía regional y flexibilidad táctica. Aceptó un amplio abanico de opiniones sobre tácticas, incluso si discrepaba profundamente de ellas. A principios de los ochenta, muchos cuadros y líderes decidieron probar la vía electoral, firmaron un “acuerdo de paz” con el presidente colombiano, crearon un partido –la Unión Patriótica– e hicieron elegir a numerosos alcaldes y diputados. Incluso obtuvieron cuantiosos votos en las elecciones presidenciales. Marulanda no se opuso públicamente al acuerdo, pero no abandonó las armas ni “bajó desde las montañas a la ciudad”. Mucho más lúcido que los profesionales y los sindicalistas que se postulaban en las elecciones, Marulanda comprendía al carácter extremadamente autoritario y brutal de la oligarquía y sus políticos. Sabía que los gobernantes de Colombia no aceptarían nunca una reforma agraria justa sólo porque unos “pocos campesinos analfabetos los derrotasen en las urnas”. En 1987, más de 5.000 miembros de la Unión Patriótica habían sido asesinados por los escuadrones de la muerte de la oligarquía, entre ellos tres candidatos a la presidencia, una docena de congresistas y mujeres y alcaldes y concejales. Los supervivientes huyeron a la selva y se reincorporaron a la lucha armada o se marcharon al exilio.

Marulanda era un maestro a la hora de romper los cercos y evitar las campañas de aniquilación, sobre todo las que diseñaron los mejores y más brillantes estrategas del centro de contrainsurgencia de los Cuerpos Especiales del US Fort Bragg y de la Escuela de las Américas. A finales de los noventa, las FARC habían ampliado su control a más de la mitad del país y bloqueaban autopistas y atacaban bases militares situadas a sólo 65 kilómetros de la capital. Muy debilitado, el entonces presidente Pastrana terminó por aceptar negociaciones serias de paz, en las que las FARC exigieron una zona desmilitarizada y un programa que incluía cambios estructurales básicos en el Estado, la economía y la sociedad.

A diferencia de las guerrillas centroamericanas, que cambiaron las armas por cargos electorales, antes de deponer las suyas Marulanda insistió en la redistribución de la tierra, en el desmantelamiento de los escuadrones de la muerte y en la destitución de los generales colombianos implicados en las masacres, en una economía mixta basada en buena medida en la nacionalización de los sectores económicos estratégicos y en la financiación a gran escala de los campesinos para el desarrollo de cosechas alternativas a la coca.

En Washington, el presidente Clinton asistía histérico a aquel espectáculo y se opuso a las negociaciones de paz, en especial al programa de reformas, así como a los debates públicos abiertos y a los foros de debate organizados por las FARC en la zona desmilitarizada, a los que asistía numerosa la sociedad civil colombiana. La aceptación por parte de Marulanda del debate democrático, la desmilitarización y los cambios estructurales desenmascara la mentira de los socialdemócratas occidentales y latinoamericanos y de los universitarios de centroizquierda, que lo acusaron de “militarista”. Washington trató de repetir el proceso de paz centroamericano engatusando a los jefes de FARC con la promesa de cargos electorales y privilegios a cambio de que vendiesen a los campesinos y a los colombianos pobres. Al mismo tiempo Clinton, con el apoyo de los dos partidos del Congreso, hizo aprobar un proyecto de ley de apropiación de dos mil millones de dólares para financiar el mayor y más sangriento programa de contrainsurgencia desde la guerra de Indochina, denominado “Plan Colombia”. El presidente Pastrana dio por terminado de forma abrupta el proceso de paz y envió soldados a la zona desmilitarizada para que capturasen a la cúpula de las FARC, pero cuando éstos llegaron, Marulanda y sus compañeros ya se habían ido de allí.

Desde el 2002 hasta ahora, las FARC han alternado los ataques ofensivos y las retiradas defensivas, en especial desde finales de 2006. Con una financiación sin precedentes y un apoyo tecnológico ultramoderno de USA, el nuevo presidente Álvaro Uribe –socio de narcotraficantes y organizador de escuadrones de la muerte– adoptó una política de tierra quemada para ensañarse con el campo colombiano. Entre su elección en 2002 y su reelección en 2006, más de 15.000 campesinos, sindicalistas, trabajadores de derechos humanos, periodistas y otros críticos fueron asesinados. Regiones enteras del campo fueron vaciadas: de la misma manera que en la Operación Phoenix usamericana en Vietnam, se contaminó la tierra de cultivo con herbicidas tóxicos. Más de 250.000 soldados y sus compinches paramilitares de los escuadrones de la muerte diezmaron amplias zonas del campo colombiano controladas por las FARC. Helicópteros proporcionados por Washington bombardearon la selva en misiones de búsqueda y destrucción (que no tenían nada que ver con la producción de coca o con el envío de cocaína a USA). Al destruir toda la oposición popular y las organizaciones campesinas y al desplazar a millones de colombianos, Uribe logró empujar a las FARC hacia regiones más remotas. Al igual que había hecho en el pasado, Marulanda asumió una estrategia de retirada táctica defensiva, abandonando territorio para proteger la capacidad de lucha de los guerrilleros en el futuro.

A diferencia de otros movimientos guerrilleros, las FARC no recibieron ningún apoyo material del exterior: Fidel Castro repudió públicamente la lucha armada y buscó lazos diplomáticos y comerciales con gobiernos de centroizquierda e incluso mejores relaciones con el brutal Uribe. Después de 2001, la Casa Blanca de Bush etiquetó a las FARC de “organización terrorista”, presionando a Ecuador y Venezuela para que restringiesen los movimientos fronterizos de las FARC en busca de abastecimientos. El “centroderecha” de Colombia se dividió entre los que prestaban un “apoyo crítico” a la guerra total de Uribe contra las FARC y los que protestaban infructuosamente contra la represión.

Es difícil imaginar que un movimiento guerrillero pueda sobrevivir frente a una financiación tan masiva de la contrainsurgencia, un cuarto de millón de soldados armados por el imperio, millones de desplazados de sus tierras y un presidente psicópata vinculado directamente con una cadena de 35.000 miembros de escuadrones de la muerte. Sin embargo, sereno y resuelto, Marulanda dirigió la retirada táctica; la idea de negociar una capitulación nunca se le pasó por la mente, ni a él ni a la cúpula de las FARC.

Las FARC no tienen frontera contigua con un país que lo apoye, como Vietnam la tenía con China; tampoco goza, como Vietnam, del suministro de armas de la URSS ni del apoyo masivo internacional de los grupos occidentales de solidaridad, como los sadinistas. Vivimos en una época en la que apoyar a los movimientos campesinos de liberación nacional no está “de moda”; en la que reconocer que el genio de líderes campesinos revolucionarios que construyen y mantienen la auténtica masa de los ejércitos populares es tabú en los pretenciosos, locuaces e impotentes Foros Sociales Mundiales, cuyo “mundo” excluye regularmente a los campesinos militantes y para los que “social” significa el constante intercambio de mensajes electrónicos entre fundaciones financiadas por ONG.

Es en este ambiente tan poco prometedor frente a las pírricas victorias de los presidentes de USA y Colombia donde podemos apreciar el genio político y la integridad personal de Manuel Marulanda, el más grande campesino revolucionario de América Latina. Su muerte no generará afiches o camisetas para estudiantes universitarios de clase media, pero vivirá eternamente en los corazones y las mentes de millones de campesinos de Colombia. Se le recordará siempre como “Tirofijo”, un ser de leyenda al que mataron una docena de veces y, a pesar de ello, regresó a los pueblos para compartir con los campesinos sus vidas sencillas. Tirofijo fue el único líder que era realmente “uno de ellos”, que durante medio siglo se enfrentó al aparato militar y mercenario yanqui y nunca fue capturado o derrotado.

Los desafió a todos en sus mansiones, sus palacios presidenciales, sus bases militares, sus cámaras de tortura y sus burguesas salas de redacción. Murió de muerte natural, después de sesenta años de lucha, en los brazos de sus queridos compañeros campesinos.

¡Tirofijo, presente!

El sociólogo James Petras nació en Boston el 17 de enero de 1937, de padres griegos, originarios de la isla de Lesbos. Ha publicado más de sesenta libros de economía política y, en el terreno de la ficción, cuatro colecciones de cuentos.

El escritor y traductor español Manuel Talens es miembro de Cubadebate , Rebelión y Tlaxcala , la red de traductores por la diversidad lingüística. En mayo de 2008 ha aparecido su libro de ensayos Cuba en el corazón.

Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, al traductor y la fuente.

Crise alimentar mundial: causas e soluções

por Fred Magdoff [*]
Índice de preços da FAO. O ano de 2008 foi atingido por uma grave crise de alimentos. É o culminar de uma antiga crise agrícola e alimentar que já provocou a fome e a subnutrição em milhares de milhões de pessoas. Para perceber totalmente todas as terríveis implicações do que se está agora a passar, é necessário analisar a interacção entre estas crises a curto e a longo prazo. Ambas as crises resultam principalmente da produção com fins lucrativos de alimentos, de fibras e agora de biocombustíveis e do conflito entre os alimentos e as pessoas que ela gera inevitavelmente.


Fome 'crónica' antes da actual crise

As Nações Unidas calculam que, dos mais de 6 mil milhões de pessoas que vivem no mundo actualmente, cerca de mil milhões sofrem de fome crónica. Mas este número, que é apenas uma estimativa grosseira, deixa de fora os que sofrem de deficiências vitamínicas e nutrientes e de outros tipos de subnutrição. O número total de pessoas sem uma alimentação estável, que se alimentam mal ou têm deficiência de nutrientes fundamentais, está provavelmente mais perto dos 3 mil milhões – quase metade da humanidade. A gravidade desta situação avalia-se facilmente pela estimativa das Nações Unidas, feita há mais de um ano, de que morrem diariamente cerca de 18 000 crianças em consequência, directa ou indirecta, de subnutrição (Associated Press, 18.Fevereiro, 2007).

A razão por que as pessoas têm fome raras vezes é a escassez de produção. Isto é fácil de constatar nos Estados Unidos onde, apesar de a produção de alimentos ser maior do que as necessidades da população, a fome constitui um problema significativo. Segundo o Departamento da Agricultura americano, em 2006 havia mais de 35 milhões de pessoas a viver em lares com problemas de alimentação, incluindo 13 milhões de crianças. Devido à falta de alimentos, os adultos que viviam em mais de 12 milhões de lares não conseguiam comer refeições equilibradas e em mais de 7 milhões de lares havia sempre alguém que tinha rações mais pequenas ou deixava de fazer refeições. Em cerca de 5 milhões de lares, as crianças não tinham o suficiente para comer de vez em quando altura durante o ano.

Também nos países pobres não é invulgar existirem grandes quantidades de alimentos desperdiçados e mal distribuídos no meio de uma fome generalizada e persistente. Há alguns anos um artigo do New York Times dava uma notícia com o seguinte título "Na Índia os pobres morrem de fome enquanto os excedentes de trigo apodrecem" (2/Dezembro/2002). E um cabeçalho do Wall Street Journal dizia em 2004 "Fome no meio da abundância, um paradoxo na Índia: Boas colheitas e aumento da fome" (25/Junho/2004).

Sem 'direito à alimentação'

A fome e a subnutrição são geralmente sintomas de um problema subjacente maior – a pobreza num sistema económico que só reconhece, conforme a análise de Rachel Carson, os deuses do lucro e da produção. Os alimentos são tratados em quase todos os países do mundo como se fossem uma outra mercadoria qualquer, vestuário, automóveis, lápis, livros, diamantes, e por aí afora. Não se considera que as pessoas tenham direito a adquirir qualquer mercadoria em especial, e não se faz qualquer distinção entre bens necessários e bens supérfluos. Os que são ricos podem permitir-se comprar tudo o que quiserem enquanto que os pobres muitas vezes nem sequer conseguem satisfazer as suas necessidades básicas. No seio das relações capitalistas as pessoas não têm direito a uma dieta adequada, à habitação e aos cuidados médicos. Tal como com outras mercadorias, as pessoas que não têm aquilo que os economistas designam por "procura efectiva" não podem comprar alimentos nutritivos suficientes. Claro que a ausência de "procura efectiva" neste caso significa que os pobres não têm dinheiro suficiente para comprar a comida de que precisam.

Os seres humanos têm uma "necessidade biológica" de comida – todos nós precisamos de comida, tal como precisamos de água e de ar, para poder viver. É um facto sistemático da sociedade capitalista que há muita gente impedida de satisfazer esta necessidade biológica. É verdade que alguns países ricos, em especial os da Europa, ajudam a alimentar os pobres, mas ao mesmo tempo a própria forma como o capitalismo funciona cria obrigatoriamente uma camada mais baixa da sociedade em que normalmente faltam as coisas básicas para a existência humana. Nos Estados Unidos há diversas iniciativas governamentais – como senhas de alimentos e programas de refeições escolares – destinadas a alimentar os pobres. Mas o financiamento para esses programas não chega para satisfazer as necessidades dos pobres, e há várias obras de caridade que travam uma batalha inglória para tentar colmatar a diferença.

Actualmente, há relativamente poucas pessoas a morrer mesmo de fome, tirando a fome terrível provocada por guerras e deslocações. Mas a maioria delas mantém-se cronicamente subnutrida e depois é afectada por uma série de doenças que encurtam a sua vida ou as torna ainda mais miseráveis. O flagelo da subnutrição impede o desenvolvimento mental e físico das crianças, prejudicando-as para o resto da vida.

A crise grave e crescente: A Grande Fome de 2008

Neste momento da história, a juntar à fome "crónica" acima referida, há duas crises alimentares globais separadas que ocorrem em simultâneo. A grave e séria crise, que já dura há dois anos, agrava-se de dia para dia e é a que iremos abordar primeiro. A gravidade da actual crise não pode ser subestimada. Fez aumentar rapidamente o número de pessoas que estão subnutridas em todo o globo. Embora ainda não estejam disponíveis estatísticas quanto ao aumento da fome no ano passado, é já evidente que muita gente vai morrer prematuramente ou sofrer os seus efeitos por qualquer outro modo. Como de costume, serão os jovens, os velhos e os doentes que sofrerão os piores efeitos da Grande Fome de 2008. A rápida e simultânea subida dos preços de todos os alimentos básicos – milho, trigo, soja, arroz e óleos alimentares – juntamente com muitos outros, tem tido um efeito devastador numa parte da humanidade cada vez maior.

As subidas dos preços no mercado mundial nos últimos anos não são de admirar. Os preços dos sessenta produtos agrícolas comercializados no mercado mundial aumentaram 37 por cento no ano passado e 14 por cento em 2006 ( New York Times, 19/Janeiro/2008). Os preços do milho começaram a subir no princípio do Outono de 2006 e em poucos meses aumentaram 70 por cento. Os preços do trigo e da soja também entraram em espiral na mesma altura e encontram-se agora a níveis recordes. Os preços dos óleos alimentares (fabricados principalmente a partir da soja e do óleo de palma) – um produto essencial em muitos países pobres – também dispararam. Os preços do arroz também aumentaram mais de 100 por cento no ano passado ("Os altos preços do arroz anunciam perturbações na Ásia," New York Times, 29/Março/2008).

As razões para esta brutal subida de preços são bastante claras. Em primeiro lugar, há uma série de questões relacionadas directa ou indirectamente com a subida do preço do petróleo. Nos Estados Unidos, na Europa e em muitos outros países, isso veio dar um novo realce ao cultivo de produtos que podem ser utilizados para combustível – os chamados biocombustíveis (ou agrocombustíveis). Assim, a produção de milho para fabricar etanol ou de milho e de óleo de palma para fabricar diesel entra em competição directa com a utilização destes produtos para a alimentação. No ano passado mais de 20 por cento do total da colheita de milho nos Estados Unidos foi utilizado para fabricar etanol – um processo que não rende muito mais energia adicional em relação à energia que é necessária para o produzir. (Calcula-se que na próxima década cerca de um terço das colheitas americanas de milho irão para a produção de etanol [Bloomberg, 21/Fevereiro/2008].) Além disso, muitos dos produtos necessários à produção agrícola comercial a grande escala são baseados no petróleo e no gás natural – desde o fabrico e o funcionamento de tractores e de equipamentos agrícolas até aos fertilizantes e pesticidas e secantes de cereais para armazenamento. O preço dos nitrogenados, o fertilizante mais vulgarmente utilizado a nível mundial, está directamente ligado ao preço da energia porque a sua produção consome muita.

Uma segunda causa para a subida dos preços do milho e da soja e dos óleos alimentares de soja é o aumento da procura de carne pela classe média na América Latina e na Ásia, em particular na China. A utilização do milho e da soja para alimentar o gado vacum, os porcos e as aves aumentou vertiginosamente para satisfazer esta procura. A oferta total mundial de carne era de 71 milhões de toneladas em 1961. Em 2007, foi calculada em 284 milhões de toneladas. O consumo per capita mais que triplicou durante esse período. No mundo desenvolvido aumentou duas vezes mais depressa, duplicando nos últimos vinte anos. ( New York Times, 27/Janeiro/2008). A alimentação com cereais de um número cada vez maior de animais está a provocar uma grande pressão sobre o armazenamento dos mesmos. Os cereais utilizados para produção de carne são uma forma muito pouco eficaz de fornecer calorias ou proteínas às pessoas. É um desperdício, principalmente em animais como as vacas – com sistemas digestivos que apenas aproveitam energia a partir da celulose – já que podem obter todo o seu alimento a partir de pastos e desenvolvem-se bem sem cereais, embora mais lentamente. As vacas não convertem o milho ou a soja em carne com grande eficácia – para render um quilo de carne, as vacas precisam de sete quilos de milho; os porcos, cinco; e os frangos, três. (Baron's, 4/Março/2008).

Uma terceira razão para o grande salto nos preços alimentares mundiais é que alguns países que eram auto-suficientes – ou seja, não importavam alimentos, embora muita gente sofresse com fome – estão actualmente a importar grandes quantidades de alimentos. Como afirma um analista de Nova Delhi, "Quando países como a Índia começam a importar alimentos, então os preços mundiais aumentam… Se a Índia e a China começarem a ser grandes importadores, deixando de ser auto-suficientes em alimentos como estamos a ver acontecer ultimamente na Índia, os preços globais vão obrigatoriamente subir ainda mais, o que significa que a era dos alimentos baratos acabou definitivamente" (VOA News, 21/Fevereiro/2008). Em parte, a razão para a pressão sobre o preço do arroz é a perda de áreas de cultivo para outros fins, tais como os diversos projectos de desenvolvimento – cerca de 3 milhões de hectares na China e 300 000 hectares no Vietname. Além disso, o rendimento das colheitas do arroz por hectare na Ásia atingiu o pico. Há dez anos que não há aumento por hectare e não se esperam melhorias de colheitas num futuro próximo ( Rice Today, Janeiro-Março/2008).

Algumas das razões para as recentes subidas dos preços do trigo e do arroz estão relacionadas com o clima. A seca na Austrália, um importante país exportador de trigo e as baixas colheitas nalguns outros países exportadores têm afectado fortemente os preços do trigo. O ciclone de 2007 em Bangladesh destruiu cerca de 600 milhões de dólares de arroz, levando ao aumento do preço do mesmo em cerca de 70 por cento ( The Daily Star [Bangladesh], 11/Fevereiro/2008). A seca do ano passado no centro norte da China, aliada a um frio e neve invulgares durante o Inverno, obrigará provavelmente o governo a aumentar a aquisição de alimentos nos mercados internacionais, mantendo a pressão sobre os preços.

A especulação no mercado de futuros e o açambarcamento a nível local estão obviamente a desempenhar o seu papel nesta crise para tornar os alimentos mais caros. À medida que a crise financeira americana se aprofundou e se alargou no Inverno de 2008, os especuladores começaram a investir mais dinheiro nos alimentos e nos metais para tirar partido do que se chama agora o "super ciclo de mercadorias". (A queda do dólar relativamente a outras divisas estimula o "investimento" em mercadorias tangíveis). Embora seja um erro considerar estes aspectos, por mais desprezíveis e desumanos que sejam, como a causa da crise, a verdade é que aprofundam a miséria ao tirar partido de mercados pressionados. Claro que é possível que a bolha de mercadorias venha a arrebentar, fazendo descer um pouco os preços dos alimentos. Mas a especulação e o açambarcamento local vão continuar a pressionar a subida dos preços dos alimentos. As empresas transnacionais que processam produtos agrícolas, manufacturam vários alimentos e vendem produtos alimentares ao público, estão obviamente a singrar excepcionalmente bem. Os lucros empresariais normalmente portam-se bem em tempo de escassez e de subida de preços.

Embora não sejam uma causa para o aumento dos preços dos outros alimentos, os preços mais altos do peixe representam uma carga adicional para os pobres e remediados. O abuso da pesca de muitas espécies marítimas está a afastar esta importante fonte de proteínas da dieta de uma grande percentagem da população mundial.

A resposta à crise apareceu sob a forma de manifestações e motins assim como de alterações nas políticas governamentais. Nos últimos meses tem havido protestos e motins por causa do aumento do custo dos alimentos em muitos países, incluindo o Paquistão, a Guiné, a Mauritânia, Marrocos, México, Senegal, Uzbequistão e Iémen. A China instituiu o controlo dos preços nos alimentos básicos e a Rússia congelou o preço do leite, do pão, dos ovos, e do óleo alimentar durante seis meses. O Egipto, a Índia e o Vietname proibiram ou passaram a exercer um controlo rigoroso sobre a exportação de arroz para que o seu povo tenha comida suficiente. O Egipto, o maior importador de trigo do mundo, aumentou para 10 milhões o número de pessoas com direito a receber ajuda alimentar. Muitos países baixaram as tarifas proteccionistas na tentativa de reduzirem o impacto dos preços dramaticamente altos dos alimentos importados. Países fortemente dependentes da importação de alimentos, como as Filipinas, o maior importador de arroz do mundo, estão a tentar fazer contratos para garantirem as importações necessárias. Mas estes diversos esforços para tapar buracos estão a ter apenas efeitos marginais em relação ao problema de fundo. Quase toda a gente se vê forçada a um nível de vida mais baixo à medida que as pessoas da classe média se preocupam cada vez mais com os alimentos que compram, os remediados caem na pobreza, e os pobres passam a ficar realmente sem nada e são os que sofrem mais. Têm-se sentido os efeitos em todo o mundo em todas as classes sociais com excepção dos realmente ricos. Conforme Josette Sheeran, chefe do Programa Alimentar Mundial da ONU, disse em Fevereiro, "Este é o novo rosto da fome… Há comida nas prateleiras mas as pessoas não têm com que pagar o preço do mercado. Existe uma vulnerabilidade nas áreas urbanas que nunca tínhamos visto antes. Há motins por causa dos alimentos em países onde nunca tinha acontecido tal coisa anteriormente" ( The Guardian, 26/Fevereiro/2008).

Embora o Haiti seja há muito um país muito pobre – 80 por cento das pessoas tenta subsistir com menos do que o valor de compra de dois dólares por dia nos Estados Unidos – a actual situação acarretou novas situações de desespero. Duas chávenas de arroz, que custavam trinta cêntimos o ano passado, custam agora sessenta cêntimos. A descrição dum artigo da Associated Press no princípio deste ano (29/Janeiro/2008) é pungente nos seus pormenores:

Era a hora do almoço num dos piores bairros de barracas do Haiti, e Charlene Dumas estava a comer lodo. Com os preços dos alimentos a subir, os haitianos mais pobres não têm com que pagar um prato de arroz diário, e alguns deles adoptam medidas desesperadas para encherem a barriga. Charlene, de 16 anos, com um filho de um mês, acabou por se entregar a um tradicional remédio haitiano contra as dores da fome: biscoitos feitos com o lodo seco amarelo do planalto central do país.

Os "biscoitos" também contêm gordura vegetal e sal. No final do artigo, lê-se o seguinte:

Marie Noel, de 40 anos, vende os biscoitos no mercado para arranjar comida para os seus sete filhos. A família dela também os consome.
"Tenho esperança de um dia vir a ter comida suficiente para comer, e deixar de comer isto", disse. "Sei que não me fazem bem".

Muitos países em Africa e na Ásia têm sofrido fortemente o impacto da crise, com a fome alastrando amplamente – mas todas as nações têm sido afectadas mais ou menos gravemente. Nos Estados Unidos – onde no ano passado o preço dos ovos aumentou 38 por cento, o leite 30 por cento, a alface 16 por cento e o pão de trigo 12 por cento – muita gente passou a comprar produtos menos caros. "Os preços mais altos dos alimentos começam a retrair os compradores", foi a forma como o Wall Street Journal intitulou uma sua notícia (3/Janeiro/2008).

De assinalar que, embora os preços do trigo estejam a preços recorde e os preços dos produtos à base de trigo nos Estados Unidos vão certamente subir, o custo do trigo existente num pão é apenas uma pequena parte do seu preço de venda. Quando o preço do trigo duplica, como aconteceu, o preço dum pão pode aumentar 10 por cento, de 3 dólares para 3,3 dólares, por exemplo. No entanto, o efeito da duplicação dos preços do milho, do trigo, da soja e do arroz é devastador para a gente pobre do terceiro mundo que compra fundamentalmente estes produtos a granel.

Com as despensas alimentares e as sopas dos pobres a atingir o ponto de rotura, os pobres dos EUA estão a ter um sofrimento mais profundo. Em geral, os pobres nos Estados Unidos tendem a pagar em primeiro lugar a renda, e as contas do aquecimento e da gasolina (para o carro em que vão para o trabalho). A comida passa assim a ser um dos poucos itens "flexíveis" do seu orçamento. Na zona central do meu estado natal de Vermont, no ano passado o recurso às despensas alimentares (i.e. o auxílio de programas de ajuda alimentar caritativa local, que dão artigos de mercearia directamente aos necessitados) aumentou 133 por cento em relação a todos os utilizadores e 180 por cento em relação aos trabalhadores pobres! (Hal Cohen, no Conselho de Acção da Comunidade Central de Vermont, comunicação pessoal, 20/Fevereiro/2008).

A recessão económica está a começar a fazer-se sentir em muitas regiões dos Estados Unidos, contribuindo para o aumento de pedidos de ajuda a diversos programas governamentais de auxílio alimentar ("À medida que os empregos desaparecem e os preços aumentam, a utilização de senhas alimentares atinge novo récorde", New York Times, 31/Março/2008). Mas, muitas vezes, as pessoas que utilizam os programas governamentais insuficientemente financiados, ficam sem alimentos nos últimos dias do mês, o que aumenta dramaticamente a procura nas despensas alimentares e nas sopas dos pobres por essa altura. E a verdade é que, enquanto aumenta a necessidade de comida, diminuem os donativos alimentares – a começar pela grande descida dos donativos federais (com os preços altos há muito menos produtos "excedentários" nos programas agrícolas, e assim no ano passado foram dados às despensas alimentares 58 milhões de dólares em alimentos, contra 242 milhões dados cinco anos antes).

Os supermercados arranjaram formas de ganhar dinheiro com produtos danificados ou fora de prazo que anteriormente ofereciam a organismos caritativos. Em Connecticut, tem havido uma explosão na procura de alimentos, que a oferta não tem conseguido acompanhar. Uma despensa alimentar de Stamford está a fornecer alimentos a quatrocentas famílias, o dobro do número do ano passado. Segundo o director dessa despensa familiar, "Tive que recusar pessoas… Houve alturas em que fui para casa e só me apetecia chorar" ( New York Times, 23/Dezembro/2007). Um professor da Universidade de Cornell, que estuda programas de ajuda alimentar nos Estados Unidos, resumiu assim a situação: "Está a formar-se uma crise nascente… Os pedidos de ajuda ao banco alimentar estão a subir rapidamente enquanto os recursos estão a diminuir em termos dramáticos porque os dólares já não chegam" ( Wall Street Journal, 20/Março/2008).

A crise alimentar a longo prazo

Por muito crítica que seja a crise alimentar a curto prazo – exigindo a atenção imediata mundial assim como a atenção de cada país – a crise estrutural, a longo prazo, é mais importante ainda. Esta última existe há décadas e contribui para, e é reforçada pela grave crise alimentar actual. Com efeito, é esta crise estrutural subjacente da agricultura e alimentar nas sociedades do terceiro mundo que constitui a verdadeira razão por que a actual crise alimentar é tão grave e tão difícil de ultrapassar no interior do sistema.

Tem havido uma gigantesca migração de pessoas do campo para as cidades, no terceiro mundo. Essas pessoas abandonam o campo porque não têm acesso à terra. Frequentemente as suas terras são-lhes roubadas em consequência das incursões das empresas agroindustriais, visto que são forçadas a abandonar as terras em virtude dos preços baixos que sempre receberam pelos seus produtos e das ameaças contra a vida campesina. Mudam-se para as cidades à procura de uma vida melhor, mas o que encontram é uma existência muito difícil – a vida em bairros de barracas no meio de uma alta taxa de desemprego e de sub-emprego. Muitos deles tentam esgaravatar numa economia "informal" comprando e vendendo coisas em pequenas quantidades. Da metade da humanidade que vive em cidades (3 mil milhões), cerca de mil milhões, ou seja um terço dos moradores em cidades, vive em bairros de barracas. O presidente de um distrito em Lagos, na Nigéria, descreve a situação da seguinte forma: "Temos um aumento enorme da população com uma economia estagnada ou em retracção. Imaginem esta cidade daqui a dez ou vinte anos. Já não há pobres urbanos – agora são os novos despojados urbanos". Um extenso artigo do New Yorker sobre Lagos terminava com uma nota de extremo pessimismo: "A coisa que mais impressiona quanto aos apanhadores de lixo e vendedores de Lagos é que, na sua essência, as vidas deles não têm nada a ver com as nossas. Vivem da sucata à margem da macroeconomia. Nos termos cruéis da globalização, são supérfluos". (13/Novembro/2006).

Um dos principais factores que contribui para esta migração em massa e permanente para as cidades – para além de serem sem-terra ou espoliados das suas terras – é a dificuldade de viver como pequeno agricultor. Isto tornou-se cada vez mais difícil, à medida que os países implementaram as políticas "neoliberais" recomendadas ou impostas pelo FMI, pelo Banco Mundial, e até mesmo por algumas ONGs ocidentais que trabalham nos países pobres do terceiro mundo. A ideologia neoliberal defende que se deve permitir que o chamado mercado livre concretize a sua magia. Afirma que, através das sanções benéficas duma "mão invisível", a economia funcionará mais eficazmente e será muito mais produtiva. Mas para que o mercado possa ser "livre" os governos não podem interferir.

No que diz respeito à agricultura, os governos têm que deixar de dar subsídios aos agricultores para comprarem fertilizantes, têm que deixar de se imiscuir no armazenamento e transporte dos alimentos, e deixar os agricultores e os alimentos entregues a si mesmos. Esta perspectiva também defende que os governos têm de deixar de subsidiar os alimentos para as pessoas pobres porque, depois, esse novo mercado sem freio resolverá todos esses problemas. Esta mentalidade tornou-se evidente quando a crise alimentar haitiana começou a desenvolver-se nos finais de 2007. Segundo o ministro do Comércio e Indústria do Haiti, "Não podemos intervir e fixar os preços porque temos que respeitar os regulamentos do mercado livre" (Reuters, 9/Dezembro/2007). Foi a mesma resposta que a Grã-Bretanha colonial adoptou em resposta à fome de batatas na Irlanda, assim como às fomes na Índia nos finais do século XIX. Mas esta forma de pensar está, até certo ponto, internacionalizada nas ideias de muitos dirigentes nos países "independentes" da periferia.

Esta ideologia, obviamente, não assenta na realidade – o chamado mercado livre não é nada eficaz. É totalmente incapaz de agir como um mecanismo que acabe com a pobreza e a fome. Temos que ter sempre presente que esta ideologia representa exactamente o oposto do que os principais países capitalistas têm feito durante toda a história e continuam a fazer hoje em dia. Por exemplo, o governo nacional americano auxiliou os agricultores de muitas maneiras durante mais de um século. Fê-lo através de programas governamentais para investigação e expansão, apropriando-se das terras dos índios e entregando-as a agricultores de origem europeia, subsidiando os agricultores directamente por meio duma enorme variedade de programas, incluindo empréstimos a juros baixos e estimulando a exportação de colheitas. É também de assinalar que os Estados Unidos, a Europa e o Japão desenvolveram, todos eles, as suas economias industriais ao abrigo de políticas proteccionistas, com a ajuda de diversos programas de apoio directo à indústria.

A falta de apoio governamental aos pequenos agricultores e consumidores do terceiro mundo resultou em que a vida dos pobres nesses países passasse a ser mais difícil. Como se refere num relatório independente encomendado pelo Banco Mundial: "Na maior parte dos países em transformação, o sector privado não avançou para preencher o vazio quando o sector público recuou" ( New York Times, 15/Outubro/2007). Por exemplo, muitos governos africanos, sob a pressão das políticas económicas neoliberais promovidas pelo Banco Mundial, pelo FMI e pelos países ricos do centro do sistema, deixaram de subsidiar a utilização de fertilizantes para as culturas. Se, por um lado, os fertilizantes importados são muito caros, a verdade é que os solos africanos são genericamente de fertilidade muito baixa e as colheitas são baixas quando não se utilizam fertilizadores sintéticos ou orgânicos. Como as colheitas baixaram depois de os governos deixarem de comparticipar na compra de fertilizantes e de ajudar por outras formas, houve mais agricultores a chegar à conclusão de que não conseguiam sobreviver e a emigrar para os bairros de barracas urbanos. Jeffrey Sachs – um médico parcialmente refeito do choque do mercado livre – reflectiu melhor. Segundo Sachs, "Tudo se baseava na ideia de que, se o governo se distanciar dos mais pobres dos pobres, estes mercados iriam resolver os problemas duma forma ou doutra… Mas os mercados não podem e não vão aparecer se as pessoas não tiverem nada. E se lhes tirarmos a ajuda, estamos a condená-los à morte". ( New York Times, 15/Outubro/2007).

No ano passado, o Malawi, um país africano, decidiu inverter o seu curso e agir contra todas as recomendações que tinha recebido. O governo reintroduziu os subsídios para fertilizantes e sementes. Os agricultores usaram mais fertilizantes, as colheitas aumentaram e a situação alimentar do país melhorou muito ( New York Times, 2/Dezembro/2007). Com efeito, acabaram por poder exportar alguns alimentos para o Zimbabué – embora houvesse em Malawi quem achasse que isso baixou demasiado o seu próprio abastecimento.

Acontece também um outro problema quando os agricultores capitalistas dos países pobres da periferia entram nos mercados mundiais. Enquanto os agricultores de subsistência vendem normalmente apenas uma pequena parte das suas colheitas, e utilizam a maior parte para consumo familiar, os agricultores capitalistas comercializam toda ou uma grande parte daquilo que produzem. Com frequência, alargam a sua produção e apropriam-se das terras dos pequenos agricultores, com ou sem qualquer compensação, e utilizam menos pessoas do que as que trabalhavam anteriormente numa determinada terra por causa das técnicas mecanizadas de produção. No Brasil, o "Rei da Soja" controla muito mais de 100 mil hectares e utiliza tractores gigantescos e equipamento de colheita para trabalhar a terra. Nas aldeias e cidades da China há frequentemente funcionários corruptos que vendem "terras comunitárias" a novos investidores sem uma compensação adequada aos agricultores – por vezes não há compensação nenhuma.

Assim, as condições difíceis para os agricultores provocadas por uma série de factores, agravadas pela implementação da ideologia do mercado livre, criaram uma corrente contínua de gente a abandonar o campo e a ir viver para as cidades que não tem trabalho para lhe oferecer. E os que vivem em bairros de barracas e não têm acesso a terras para cultivar os seus próprios alimentos ficam à mercê do preço mundial dos produtos alimentares.

Uma das razões para a crescente concentração das terras e espoliação dos agricultores de subsistência é a penetração das grandes empresas agrícolas multinacionais nos países da periferia. Desde a venda de sementes, fertilizantes e pesticidas para o processamento dos produtos agrícolas, até à sua exportação ou venda através dos grandes supermercados modernos, as multinacionais agroindustriais estão a ter um efeito devastador sobre os pequenos agricultores. Com o colapso dos sistemas de extensão de auxílio aos agricultores para guardar sementes e com o desmantelamento das empresas governamentais de sementes, abriu-se o caminho para as empresas de sementes multinacionais fazerem incursões ainda maiores.

As gigantescas empresas transnacionais, como a Cargill e a Monsanto, já se instalaram na maior parte do terceiro mundo – a vender sementes, fertilizantes, pesticidas e rações, ao mesmo tempo que compram e processam produtos agrícolas. Neste processo ajudam as maiores explorações agrícolas a tornarem-se "mais eficazes" – a cultivar áreas cada vez maiores. A vantagem principal das sementes geneticamente modificadas (GMO) é que ajudam a simplificar o processo do cultivo e permitem que grandes extensões sejam geridas por uma única entidade – um grande agricultor ou uma empresa – encurralando os pequenos agricultores.

Também se fazem sentir os efeitos negativos da penetração das grandes cadeias de supermercados. Como dizia um cabeçalho no New Yor Times, "Supermercados gigantes esmagam agricultores da América Central" (28/Dezembro/2004). Os grandes supermercados preferem negociar em grande escala com poucos agricultores do que com muitos pequenos agricultores. E a abertura de grandes supermercados acaba com os mercados tradicionais utilizados pelos pequenos agricultores.

A crise prolongada está a intensificar-se

Parece lógico que, com preços alimentares mais altos, os agricultores deviam ficar em melhor situação e produzir mais para satisfazer a "procura" indicada pelo mercado. Isso é verdade até certo ponto – principalmente para os agricultores que conseguem tirar partido de todas as vantagens físicas e monetárias da produção em grande escala. Mas os custos na origem para quase tudo o que é necessário para a produção agrícola também aumentaram, e portanto os lucros para os agricultores não são tão grandes como seria de esperar. Isto é um problema particularmente difícil para os agricultores que criam animais com base numa alimentação de cereais cada vez mais caros.

A acrescer, as coisas não estão a andar nada bem para os pequenos agricultores e para os agricultores de subsistência. Muitos deles estão tão enterrados em dívidas que lhes é difícil voltarem a pôr-se de pé. Calcula-se que no ano passado se tenham suicidado 25 mil agricultores indianos, porque não conseguiam sair da sua situação difícil. (O governo indiano propôs um orçamento que inclui empréstimos a pequenos agricultores endividados a bancos. Mas, mesmo que isso venha a ser posto em prática, os milhões que contraíram empréstimos a usurários locais não beneficiarão em nada). A concentração da propriedade e a expulsão dos pequenos agricultores e trabalhadores sem terra dessas áreas foi exacerbada pelas excepcionais subidas dos preços dos cereais nos últimos anos.

A subida dos preços dos cereais leva à subida do preço dos terrenos agrícolas – em especial dos grandes terrenos que podem ser trabalhados com maquinaria de grande escala. Isto está a acontecer nos Estados Unidos e em certos países da periferia. Por exemplo, a Global Ag Investments, uma companhia com sede no Texas, possui e explora 14 mil hectares de terrenos agrícolas brasileiros. Numa destas explorações, um único campo de soja cobre 650 hectares! Uma empresa da Nova Zelândia adquiriu cerca de 40 mil hectares no Uruguai e contratou gestores para explorarem vacarias instaladas nos seus terrenos.

Empresas privadas de investimento andam a comprar terrenos agrícolas nos Estados Unidos (Associated Press, 7/Mai/2007), e também no estrangeiro. Uma companhia americana está a cooperar com parceiros brasileiros e japoneses para adquirir 100 mil hectares no Brasil! O mesmo também está a acontecer com capital sul-americano à cabeça – um fundo de investimentos brasileiro, Investimento em Participações, está a comprar uma entrada minoritária num produtor de soja argentino que possui cerca de 160 mil hectares no Uruguai e na Argentina.

A subida dos preços dos cereais também levou à aceleração da desflorestação na bacia amazónica – 320 mil hectares (quase o tamanho da Ilha de Rhode) nos últimos cinco meses de 2007 – quando os agricultores capitalistas necessitavam desesperadamente de mais terras (BBC, 24/Janeiro/2008). Além disso, foram expropriadas gigantescas áreas de terrenos agrícolas para desenvolvimento – algumas delas de uso duvidoso, como para construção de habitações de estilo suburbano e campos de golfe para os ricos.

Na China, de 2000 a 2005, houve uma perda média de dez milhões de hectares por ano, por os terrenos agrícolas passarem a ser utilizados para desenvolvimento. Este país está a aproximar-se rapidamente do mínimo de terra agrícola arável que estabeleceu como necessário – cerca de 120 milhões de hectares – e a quantidade de terras agrícolas continuará muito provavelmente a diminuir. Numa das suas tentativas para conseguir o acesso para produções agrícolas estrangeiras, uma companhia chinesa fez um acordo para alugar cerca de um milhão de hectares de terras nas Filipinas para cultivo de arroz, milho e açúcar – ultrapassando um enorme protesto nas Filipinas que retardou temporariamente esse projecto (Bloomberg, 21/Fevereiro/2008). Como afirmou um agricultor, "O governo [filipino] e os chineses chamam-lhe uma parceria, mas a verdade é que os chineses vão ser os nossos senhorios e nós vamos ser os escravos deles".

Acabar com a fome mundial

Teoricamente, é muito simples acabar com a fome mundial. Mas pôr isso em prática está longe de ser simples. Em primeiro lugar, é preciso reconhecer o direito a uma dieta saudável e variada como um direito humano básico que sem dúvida é. Os governos têm que se empenhar em acabar com a fome do seu povo e têm que implementar acções eficazes para pôr em prática esse empenhamento. Em muitos países, mesmo neste momento, há suficiente comida armazenada para alimentar toda a população com um alto nível de nutrição. Isto, claro, é sobretudo evidente nos Estados Unidos, onde se produzem tantos alimentos. É um verdadeiro crime que haja tantos pobres nos Estados Unidos com fome, subnutridos, ou que não saibam de onde virá a sua próxima refeição (o que só por si tem um preço psicológico) quando há tanta abundância de alimentos.

A curto prazo, é necessário que a situação de emergência de fome e subnutrição cada vez mais grave seja contrariada com todos os recursos à disposição de cada país. Embora a distribuição maciça a granel de cereais ou de leite em pó possa desempenhar um papel importante, os países deviam reflectir sobre a inovação venezuelana de instalar casas alimentares em todos os bairros pobres. Quando as pessoas acreditarem que o governo está realmente a tentar ajudá-los, e lhes confere poderes para encontrarem ou ajudarem numa solução para os seus próprios problemas, verificar-se-á uma explosão de entusiasmo e de voluntariado. Por exemplo, embora os alimentos no programa de alimentação da Venezuela sejam fornecidos pelo governo, as refeições para as crianças pobres, para os mais velhos e para os doentes são preparadas e distribuídas a partir das casas do povo com base em grande quantidade de trabalho voluntário. Além disso, a Venezuela instituiu uma rede de lojas que vendem alimentos básicos com descontos significativos em relação aos preços marcados nos supermercados privados.

O Brasil iniciou um programa em 2003 que se destina a aliviar as condições das pessoas mais pobres. Cerca de um quarto da população do Brasil recebe pagamentos directos do governo nacional, ao abrigo da Bolsa de Família, um programa anti-pobreza. Ao abrigo deste programa, uma família com uma receita per capita abaixo de 2 dólares diários por pessoa, recebe um subsídio que pode ir até aos 53 dólares por mês por pessoa ( The Economist, 7/Fevereiro/2008). Esta infusão de dinheiro está dependente de as crianças da família frequentarem a escola e participarem no programa nacional de vacinação. Este programa evidentemente está a ter um efeito positivo na vida e na alimentação das pessoas. Mas é um sistema que não tem o mesmo efeito dos programas da Venezuela, que mobiliza as pessoas para trabalharem em conjunto para seu próprio benefício e em benefício da comunidade.

Os jardins urbanos têm sido utilizados com grande êxito em Cuba e noutros países para fornecer os moradores da cidade com alimentos e também como fonte de receitas. Isto devia ser amplamente fomentado – com a utilização criativa do espaço disponível em aglomerados urbanos.

A agricultura tem que tornar-se a primeira prioridade do terceiro mundo. Até o próprio Banco Mundial está a começar a realçar a importância de os governos ajudarem a agricultura nos seus países. Como afirmou a Dra. Ngozi Okonjo-Iweala, directora-geral do Banco Mundial,

Actualmente, a atenção dos políticos mundiais está virada para o desastre do subprime e para as crises financeiras. Mas a verdadeira crise é a da fome e da subnutrição… este é o verdadeiro problema que devia atrair a atenção mundial. Sabemos que 75 por cento das pessoas pobres em todo o mundo são rurais e a maioria delas depende da agricultura para viver. A agricultura é hoje, mais do que nunca, um instrumento fundamental para combater a fome, a subnutrição e como apoio ao desenvolvimento sustentado e à redução da pobreza (All-Africa Global Media, 19/Fevereiro/2008)

Quase todos os países do mundo têm solo, água e recursos climatéricos para produzir alimentos suficientes para que todo o seu povo possa alimentar-se com uma dieta saudável. Além disso, já existe na maior parte dos países o conhecimento e as variedades de cultivo de modo que, se for prestada aos agricultores uma assistência adequada, estes poderão conseguir colheitas razoavelmente altas.

Embora seja essencial uma produção agrícola melhorada, no passado tem sido dado principal realce à produção de culturas para exportação. Mas se bem que isso possa equilibrar a balança de pagamentos de um país, a agricultura orientada para a exportação não garante alimentos suficientes para toda a gente nem promove um ambiente rural saudável. Para além dos produtos básicos, como seja a soja, a agricultura orientada para a exportação também leva naturalmente à produção de cultivos de luxo de alto preço procurados pelos mercados de exportação (luxos na perspectiva das necessidades alimentares básicas de um país pobre do terceiro mundo), em vez dos cultivos de subsistência de baixo preço necessários para satisfazer as necessidades da população doméstica. A produção de quantidades suficientes dos tipos de alimentos correctos dentro das fronteiras de cada país – por pequenos agricultores trabalhando em cooperativas ou por sua própria conta e usando técnicas sustentáveis – é a melhor maneira de atingir a meta da "segurança alimentar". Só assim pode ser protegida a população, pelo menos parcialmente, das flutuações de preços no mercado mundial. Isto, evidentemente, implica também não retirar terras à produção alimentar para produzir cereais para os mercados dos biocombustíveis.

Uma das formas de fazer isto e, em simultâneo, de acabar com o problema de tanta gente amontoada nos bairros de barracas urbanos – as pessoas mais susceptíveis às subidas dos preços alimentares – é proporcionar terras através de reformas agrárias significativas. Mas a terra só por si não basta. O início do regresso de agricultores precisa de apoio técnico e financeiro para a produção de alimentos. Adicionalmente, é preciso desenvolver sistemas de apoio social, como cooperativas e conselhos comunitários, para ajudar a promover a camaradagem e a solidariedade nas novas comunidades que se forem desenvolvendo. Provavelmente cada comunidade precisará de ser "semeada" com alguns activistas dedicados. Também será necessário disponibilizar habitação, electricidade, água e esgotos para atrair as pessoas que vivem na cidade a mudarem-se para o campo. Uma outra forma de encorajar as pessoas a mudarem-se para o campo e passarem a ser agricultores é apelar ao patriotismo e difundir a ideia de que eles são verdadeiros pioneiros, instituindo um novo sistema alimentar para ajudar os seus países a conquistar uma auto-suficiência alimentar, i.e., a independência das empresas transnacionais agroindustriais e o abastecimento de alimentos saudáveis para toda a população do país. Estes agricultores pioneiros precisam de ser encarados por si mesmos, pelo resto da sociedade e pelo seu governo como imprescindíveis para o futuro dos seus países e para o bem-estar da população. Têm que ser tratados com o maior respeito que merecem.

Conclusão

A alimentação é um direito humano e os governos têm a responsabilidade de providenciar para que o seu povo seja bem alimentado. Além disso, há formas conhecidas para acabar com a fome – incluindo medidas de emergência para combater a actual situação crítica, jardins urbanos, reformas agrárias que incluam todo um sistema de apoio aos agricultores, e técnicas agrícolas sustentáveis que promovam a qualidade do ambiente. A actual disponibilidade de alimentos para as pessoas reflecte relações de poder económicas e políticas muito desiguais dentro e entre os países. Um sistema alimentar sustentável e seguro exige uma relação diferente e muito mais equitativa entre os povos. Quanto mais os pobres e os próprios agricultores forem incluídos em todos os aspectos dos esforços para conquistar a segurança alimentar, e quanto mais forem motivados para esse processo, tanto maior será a probabilidade de atingir uma segurança alimentar duradoira. Como afirmou o Presidente Hugo Chavez da Venezuela, um país que tanto tem feito para combater a pobreza e a fome:

Sim, é importante acabar com a pobreza, pôr fim à miséria, mas a coisa mais importante é dar o poder ao povo para que ele possa combater por si mesmo.

Do mesmo autor:
  • A explosão da dívida e a especulação , 05/Nov/06


  • [*] Professor aposentado de ciência das plantas e dos solos da Universidade de Vermont em Burlington e director da Fundação Monthly Review.

    O original encontra-se em http://monthlyreview.org/080501magdoff.php .
    Tradução de Margarida Ferreira.


    Este artigo encontra-se em http://resistir.info/ .
    19/Mai/08

    Por que Zurdo?

    O nome do blog foi inspirado no filme Zurdo de Carlos Salcés, uma película mexicana extraordinária.


    Zurdo em espanhol que dizer: esquerda, mão esquerda.
    E este blog significa uma postura alternativa as oficiais, as institucionais. Aqui postaremos diversos assuntos como política, cultura, história, filosofia, humor... relacionadas a realidades sem tergiversações como é costume na mídia tradicional.
    Teremos uma postura radical diante dos fatos procurando estimular o pensamento crítico. Além da opinião, elabora-se a realidade desvendando os verdadeiros interesses que estão em disputa na sociedade.

    Vos abraço com todo o fervor revolucionário

    Raoul José Pinto



    ZZ - ESTUDAR SEMPRE

    • A Condição Pós-Moderna - DAVID HARVEY
    • A Condição Pós-Moderna - Jean-François Lyotard
    • A era do capital - HOBSBAWM, E. J
    • Antonio Gramsci – vida e obra de um comunista revolucionário
    • Apuntes Criticos A La Economia Politica - Ernesto Che Guevara
    • As armas de ontem, por Max Marambio,
    • BOLÍVIA jakaskiwa - Mariléia M. Leal Caruso e Raimundo C. Caruso
    • Cultura de Consumo e Pós-Modernismo - Mike Featherstone
    • Dissidentes ou mercenários? Objetivo: liquidar a Revolução Cubana - Hernando Calvo Ospina e Katlijn Declercq
    • Ensaios sobre consciência e emancipação - Mauro Iasi
    • Esquerdas e Esquerdismo - Da Primeira Internacional a Porto Alegre - Octavio Rodríguez Araujo
    • Fenomenologia do Espírito. Autor:. Georg Wilhelm Friedrich Hegel
    • Fidel Castro: biografia a duas vozes - Ignacio Ramonet
    • Haciendo posible lo imposible — La Izquierda en el umbral del siglo XXI - Marta Harnecker
    • Hegemonias e Emancipações no século XXI - Emir Sader Ana Esther Ceceña Jaime Caycedo Jaime Estay Berenice Ramírez Armando Bartra Raúl Ornelas José María Gómez Edgardo Lande
    • HISTÓRIA COMO HISTÓRIA DA LIBERDADE - Benedetto Croce
    • Individualismo e Cultura - Gilberto Velho
    • Lênin e a Revolução, por Jean Salem
    • O Anti-Édipo — Capitalismo e Esquizofrenia Gilles Deleuze Félix Guattari
    • O Demônio da Teoria: Literatura e Senso Comum - Antoine Compagnon
    • O Marxismo de Che e o Socialismo no Século XXI - Carlos Tablada
    • O MST e a Constituição. Um sujeito histórico na luta pela reforma agrária no Brasil - Delze dos Santos Laureano
    • Os 10 Dias Que Abalaram o Mundo - JOHN REED
    • Para Ler O Pato Donald - Ariel Dorfman - Armand Mattelart.
    • Pós-Modernismo - A Lógica Cultural do Capitalismo Tardio - Frederic Jameson
    • Questões territoriais na América Latina - Amalia Inés Geraiges de Lemos, Mónica Arroyo e María Laura Silveira
    • Simulacro e Poder - uma análise da mídia, de Marilena Chauí (Editora Perseu Abramo, 142 páginas)
    • Soberania e autodeterminação – a luta na ONU. Discursos históricos - Che, Allende, Arafat e Chávez
    • Um homem, um povo - Marta Harnecker

    zz - Estudar Sempre/CLÁSSICOS DA HISTÓRIA, FILOSOFIA E ECONOMIA POLÍTICA

    • A Doença Infantil do Esquerdismo no Comunismo - Lênin
    • A História me absolverá - Fidel Castro Ruz
    • A ideologia alemã - Karl Marx e Friedrich Engels
    • A República 'Comunista' Cristã dos Guaranis (1610-1768) - Clóvis Lugon
    • A Revolução antes da Revolução. As guerras camponesas na Alemanha. Revolução e contra-revolução na Alemanha - Friedrich Engels
    • A Revolução antes da Revolução. As lutas de classes na França - de 1848 a 1850. O 18 Brumário de Luis Bonaparte. A Guerra Civil na França - Karl Marx
    • A Revolução Burguesa no Brasil - Florestan Fernandes
    • A Revolução Proletária e o Renegado Kautsky - Lênin
    • A sagrada família - Karl Marx e Friedrich Engels
    • Antígona, de Sófocles
    • As tarefas revolucionárias da juventude - Lenin, Fidel e Frei Betto
    • As três fontes - V. I. Lenin
    • CASA-GRANDE & senzala - Gilberto Freyre
    • Crítica Eurocomunismo - Ernest Mandel
    • Dialética do Concreto - KOSIK, Karel
    • Do Socialismo Utópico ao Socialismo Científico - Friedrich Engels
    • Do sonho às coisas - José Carlos Mariátegui
    • Ensaios Sobre a Revolução Chilena - Manuel Castells, Ruy Mauro Marini e/ou Carlos altamiro
    • Estratégia Operária e Neocapitalismo - André Gorz
    • Eurocomunismo e Estado - Santiago Carrillo
    • Fenomenologia da Percepção - MERLEAU-PONTY, Maurice
    • História do socialismo e das lutas sociais - Max Beer
    • Manifesto do Partido Comunista - Karl Marx e Friedrich Engels
    • MANUAL DE ESTRATÉGIA SUBVERSIVA - Vo Nguyen Giap
    • MANUAL DE MARXISMO-LENINISMO - OTTO KUUSINEN
    • Manuscritos econômico filosóficos - MARX, Karl
    • Mensagem do Comitê Central à Liga dosComunistas - Karl Marx e Friedrich Engels
    • Minima Moralia - Theodor Wiesengrund Adorno
    • O Ano I da Revolução Russa - Victor Serge
    • O Caminho do Poder - Karl Kautsky
    • O Marxismo e o Estado - Norberto Bobbio e outros
    • O Que Todo Revolucionário Deve Saber Sobre a Repressão - Victo Serge
    • Orestéia, de Ésquilo
    • Os irredutíveis - Daniel Bensaïd
    • Que Fazer? - Lênin
    • Raízes do Brasil - Sérgio Buarque de Holanda
    • Reforma ou Revolução - Rosa Luxemburgo
    • Revolução Mexicana - antecedentes, desenvolvimento, conseqüências - Rodolfo Bórquez Bustos, Rafael Alarcón Medina, Marco Antonio Basilio Loza
    • Revolução Russa - L. Trotsky
    • Sete ensaios de interpretação da realidade peruana - José Carlos Mariátegui/ Editora Expressão Popular
    • Sobre a Ditadura do Proletariado - Étienne Balibar
    • Sobre a evolução do conceito de campesinato - Eduardo Sevilla Guzmán e Manuel González de Molina

    ZZ - Estudar Sempre/LITERATURA

    • 1984 - George Orwell
    • A Casa dos Espíritos, de Isabel Allende
    • A Espera dos Bárbaros - J.M. Coetzee
    • A hora da estrela - Clarice Lispector
    • A Leste do Éden - John Steinbeck,
    • A Mãe, MÁXIMO GORKI
    • A Peste - Albert Camus
    • A Revolução do Bichos - George Orwell
    • Admirável Mundo Novo - ALDOUS HUXLEY
    • Ainda é Tempo de Viver - Roger Garaud
    • Aleph - Jorge Luis Borges
    • As cartas do Pe. Antônio Veira
    • As Minhas Universidades, MÁXIMO GORKI
    • Assim foi temperado o aço - Nikolai Ostrovski
    • Cem anos de solidão - Gabriel García Márquez
    • Contos - Jack London
    • Crime e castigo, de Fiódor Dostoiévski
    • Desonra, de John Maxwell Coetzee
    • Desça Moisés ( WILLIAM FAULKNER)
    • Don Quixote de la Mancha - Miguel de Cervantes
    • Dona flor e seus dois maridos, de Jorge Amado
    • Ensaio sobre a Cegueira - José Saramago
    • Ensaio sobre a lucidez, de José Saramago
    • Fausto - JOHANN WOLFGANG GOETHE
    • Ficções - Jorge Luis Borges
    • Guerra e Paz - LEON TOLSTOI
    • Incidente em Antares, de Érico Veríssimo
    • Memórias do Cárcere - Graciliano Ramos
    • O Alienista - Machado de Assis
    • O amor nos tempos do cólera - Gabriel García Márquez
    • O Contrato de Casamento, de Honoré de Balzac
    • O Estrangeiro - Albert Camus
    • O homem revoltado - Albert Camus
    • O jogo da Amarelinha – Júlio Cortazar
    • O livro de Areia – Jorge Luis Borges
    • O mercador de Veneza, de William Shakespeare
    • O mito de Sísifo, de Albert Camus
    • O Nome da Rosa - Umberto Eco
    • O Processo - Franz Kafka
    • O Príncipe de Nicolau Maquiavel
    • O Senhor das Moscas, WILLIAM GOLDING
    • O Som e a Fúria (WILLIAM FAULKNER)
    • O ULTIMO LEITOR - PIGLIA, RICARDO
    • Oliver Twist, de Charles Dickens
    • Os Invencidos, WILLIAM FAULKNER
    • Os Miseravéis - Victor Hugo
    • Os Prêmios – Júlio Cortazar
    • OS TRABALHADORES DO MAR - Vitor Hugo
    • Por Quem os Sinos Dobram - ERNEST HEMINGWAY
    • São Bernardo - Graciliano Ramos
    • Vidas secas - Graciliano Ramos
    • VINHAS DA IRA, (JOHN STEINBECK)

    ZZ - Estudar Sempre/LITERATURA GUERRILHEIRA

    • A Guerra de Guerrilhas - Comandante Che Guevara
    • A montanha é algo mais que uma imensa estepe verde - Omar Cabezas
    • Da guerrilha ao socialismo – a Revolução Cubana - Florestan Fernandes
    • EZLN – Passos de uma rebeldia - Emilio Gennari
    • Imagens da revolução – documentos políticos das organizações clandestinas de esquerda dos anos 1961-1971; Daniel Aarão Reis Filho e Jair Ferreira de Sá
    • O Diário do Che na Bolívia
    • PODER E CONTRAPODER NA AMÉRICA LATINA Autor: FLORESTAN FERNANDES
    • Rebelde – testemunho de um combatente - Fernando Vecino Alegret

    ZZ- Estudar Sempre /GEOGRAFIA EM MOVIMENTO

    • Abordagens e concepções de território - Marcos Aurélio Saquet
    • Campesinato e territórios em disputa - Eliane Tomiasi Paulino, João Edmilson Fabrini (organizadores)
    • Cidade e Campo - relações e contradições entre urbano e rural - Maria Encarnação Beltrão Sposito e Arthur Magon Whitacker (orgs)
    • Cidades Médias - produção do espaço urbano e regional - Eliseu Savério Sposito, M. Encarnação Beltrão Sposito, Oscar Sobarzo (orgs)
    • Cidades Médias: espaços em transição - Maria Encarnação Beltrão Spósito (org.)
    • Geografia Agrária - teoria e poder - Bernardo Mançano Fernandes, Marta Inez Medeiros Marques, Júlio César Suzuki (orgs.)
    • Geomorfologia - aplicações e metodologias - João Osvaldo Rodrigues Nunes e Paulo César Rocha
    • Indústria, ordenamento do território e transportes - a contribuição de André Fischer. Organizadores: Olga Lúcia Castreghini de Freitas Firkowski e Eliseu Savério Spósito
    • Questões territoriais na América Latina - Amalia Inés Geraiges de Lemos, Mónica Arroyo e María Laura Silveira