quarta-feira, 22 de dezembro de 2010

HIPOCRESÍA! NO MÁS!


En 20 de diciembre de 2010

*Vânia Mattos

**Traducción Bolívar Almeida


“Libertad es el derecho que todo hombre tiene a ser honrado, y a pensar y hablar sin hipocresía” . (José Martí)


Luchar por la libertad! Indudablemente, uno de los más grandes ideales de José Martí, en sus reflexiones y actos por la independencia de Cuba. Martí comprendió el dinamismo de la historia, y que toda guerra por la libertad es una batalla de ideas.

La libertad de pensar y hablar sin hipocresía de que habla Martí es, en nuestros dias, un poderoso instrumento en la lucha contra la tirania. Sabemos todos que muchas veces, las tiranias se disfrazan com ropas de ‘democracia’.

Atento, el gobierno revolucionario cubano, inspirado en los enseñamientos de José Martí, empéñase permanentemente en combatir y desenmascarar la tirania y las farsas capitaneadas por el imperialismo y sus seguidores, que usan los grandes medios, para desestabilizar gobiernos reconocidamente democráticos, máxime Cuba. El terrorismo midiático desinforma, diseminando su visión de mundo, es decir, imponiendo los valores que interesan a las clases dominantes locales y a Washington.

En ese contexto queremos contribuir para el debate sobre ‘libertad de expresión X censura’, que se hace hoy en Cuba, en Brasil, en Venezuela, en Ecuador, en Bolívia y otros países del mundo.Es necesario identificar, más que todo, el origen de las protestas de ‘censura’ y cuando se manifiestan. Además, percibir que las críticas a esos sectores nunca son recibidas como defensa de la democracia, sino como dictadura y cercenamiento de la libertad de expresión.

Vamos a los hechos

Recibi con preocupación correspondencia electrónica de un periodista brasileño, indignado y convencido de las informaciones publicadas por Reporteros Sin Fronteras, que denunciaban la prohibición de La Habana al viaje del disidente Guillermo Fariñas a Estrasburgo, para recibir el premio Sajarov, del Parlamento Europeo. Añadió, todavia, reportaje semejante publicada en el blog del periodista Ricardo Setti, también brasileño, y un link con materia de la revista Veja con el título: “Trás las restricciones de viajes impuestas a los cubanos, una verdadera industria migratoria alimentada por los Castros”. Sus fuentes, por supuesto, son Yoani Sánchez y Fariñas, ambos intransigentes opositores del gobierno cubano.


La réplica

“La calumnia es el discurso que divide a los amigos” (Platón)


Si el gobierno cubano se empeña en desenmascarar la farsa, es porque entiende la libertad no solo como proceso político. Es también un proceso civilizatório y cultural. Cuba sabe reconocer como héroes revolucionários aquellos que lucharon y todavia luchan para defender la pátria, y no para traicionarla.

Los médios no quieren aceptar sociedades críticas, que aprendieron a usar el conocimiento y las tecnologias para informar y auxiliar a los ciudadanos en sus decisiones. Tampoco quieren aceptar pérdida de fuerza y credibilidad, los gobiernos y personas que insisten en ignorar la deuda social construída por el modelo de desarrollo concentrador de renta y por el pasado esclavagista.

Donde está el origen de las acusaciones de que en Cuba hay censura? En los gobiernos opositores de la democracia, los grandes empresarios de la comunicación y sus subalternos, y de aquellos que quieren quitar a los ciudadanos el derecho a la información.

Esse grupo tiene miedo que el ciudadano informado cuestione lo que subyace a las maniobras midiáticas. Ellos saben que su práctica inconsecuente puede acabar con el imagen de seriedad de los medios. Tienen miedo del perjuicio que causan al irrespetar a los derechos individuales de los ciudadanos. Saben también, que la realidad es el punto de partida para la información, y que la mentira “los llevará de la violación ética a la criminalidad”.Tampoco desconocen que hacer periodismo exige um esfuerzo de preparación sobre el tema, y que el desconocimiento de la fuente puede perjudicar la credibilidad de la información. Y que el cuidado y el esfuerzo deben ser exigidos en la elaboración de las informaciones, que necesitan ser contrastadas, documentadas y expuestas con objetividad.

La revista Veja actúa como vocera de la exclusión social, política y cultural, y es criticada duramente en el Brasil por los sectores progresistas de la sociedad organizada. Es innecesario esfuerzo mental para percibir en sus reportajes, sus maniobras, para sembrar confusión. Su objetivo es constreñir y descualificar el gobierno cubano, máxime en el momento en que se debate un cambio importante para el futuro del pais.


Quien es Ghillermo Fariñas?


Nuestra indignación com la farsa, hace posible desmentirla y caer el velo que encubre la sana y justa verdad. Fariñas nómbrase partidario de la lucha ‘no violenta’ contra la Revolución cubana, pero la lucha que traba contra su país es cruel. Reconocido como grande actor midiático de la ‘disidencia cubana’, únese a los medios comandados por los Estados Unidos, para diseminar la farsa de que son, el y otros ‘presos de opinión’ (así quiere ser llamado), víctimas de la censura de la dictadura revolucionaria.

Guillermo Fariñas tiene estrecha relación con personas y organizaciones de la extrema derecha en Miami. Recibe de ellas dinero, comprobado en una carta de agosto de 2009, escrita por el a Ángel de Fana Serrano, terrorista de Miami vinculado a la organización paramilitar Alpha 66.

Activista de su propia causa, tiene aun amplio relacionamiento con la Sección de Intereses estadounidenses en La Habana y algunas sedes diplomáticas europeas que ejercen subversión contra Cuba, recibiendo para su actuación instrucciones, dinero y abastecimiento.

Con la salud debilitada por sucesivas huelgas de hambre, en fines de 2003 Fariñas obtuvo permiso extra penal del gobierno de Cuba. En todas sus huelgas de hambre ha recibido asistencia médica gratuita, como cualquier ciudadano cubano. El gobierno ni lo discrimina por su condición de mercenário, ni se dobla a su chantaje.

Hace algunos meses el gobierno español ofreció a Fariñas, la posibilidad de emigrar para aquel país. El ‘disidente’, para quien la vida en Cuba es un infierno, curiosamente se negó a emigrar hacia una potencia económica mundial. Prefirió quedarse en un país pobre y bloqueado. Abandonando Cuba, Fariñas se quedará sin la ventajosa ayuda financiera que recibe y el premio millonario otorgado recientemente por la Unión Europea.

Justificando el premio Sajarov para Guillermo Fariñas, el Parlamento europeo afirmo que las prisiones del ‘disidente’ son debidas a su ‘actuación política’.

Em 1995, Fariñas fue juzgado y condenado a tres años de prisión en libertad y al pago de una multa de 600 pesos, por agredir una compañera del hospital en que trabajaba, causándole múltiples lesiones, en el rostro y en los brazos.

La prensa internacional ha silenciado sobre el caso, que podría arañar la imagen de su protegido. Lo mismo con muchos sítios y la Wikipédia, que disminuyen el suceso, diciendo que la agresión ocurrió durante una discusión en la que Fariñas acusaba su víctima de corrupción.

En el año 2002, Guillermo Fariñas agredió violentamente un anciano, en la ciudad de Santa Clara, trás una discusión política. La víctima necesitó intervención quirúrgica en la que se le quitó el bazo. El agresor fue condenado a cinco años de detención. Otra vez, silenciaron los medios.

En pocas palabras, Fariñas es un mercenário, traidor de su pátria y de su pueblo. No es casualidad la ausencia de registro, en la prensa autonombrada libre, sobre disidentes de otros países que traicionaron sus patrias, aunque critiquen sus gobiernos.

Y los ‘presos de opinión’, defendidos por Fariñas, muchos libertados por un acuerdo hecho con la iglesia católica y el gobierno español, fueron condenados en tribunales de Cuba por recibir financiamiento del imperialismo estadounidense que, entre tantas acciones terroristas, somete la Isla al vergonzoso bloqueo condenado por toda la comunidad internacional.


El premio Sajarov


El premio a la libertad de conciencia, fue criado en 1988 por el Parlamento europeo, y lleva el nombre del físico nuclear soviético Andrei Sajarov, transformado en icono de la guerra fria y de la desestabilización del socialismo, por la propaganda de los gobiernos y medios del occidente capitalista.

Cabe al Parlamento, con sede en Estrasburgo, Francia, definir las propuestas y decidir los critérios para la premiación que ocurre alrededor del 10 de diciembre de cada año, cuando se conmemora el Dia de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas.

Con excepciones de otorgas como a la concedida al ex presidente sudafricano Nelson Mandela, en 1989, tanto las propuestas como las indicaciones al premio han primado por lo que se puede considerar maniobra ideológica y política. Eso ha garantizado, en los últimos años, la clasificación de candidatos anticomunistas, anticubanos y antivenezolanos.

Curiosamente el Parlamento europeo concedió el premio, por la tercera vez en los últimos nueve años, em el valor de 50 mil euros, a representantes de la llamada ‘disidencia’ cubana. En 2002, la otorga fue para Oswaldo Payá Sardinas, mercenário que, entre otras cosas, contribuyó durante varios años con las ofensivas de los EUA, de la derecha europea y de la mafia de Miami contra Cuba. Payá también apoyó el golpe midiático contra el presidente Hugo Chávez, de Venezuela. La segunda premiación, en el año 2005, fue para las Damas de Blanco, viejas conocidas de la Oficina de Intereses y de los diplomáticos de algunas embajadas europeas. Las Damas admiten publicamente que recibieron financiamiento de Santiago Alvarez y apoyo público de Luis Posada Carriles, conocidos y sanguinarios terroristas. En 2010, la candidatura de Fariñas fue defendida por el Partido Popular Europeo, principal interlocutor de la actual campaña del parlamento contra Cuba y seguidor de la política agresiva que el gobierno estadounidense impone a la Isla y su pueblo.

La indicación de Fariñas derrotó candidatos defensores de los derechos humanos de Vietnam, Etiópia, Eritrea y Siria, enseñando al mundo que el Parlamento europeo premia para violar el sagrado derecho de autodeterminación y la soberania de la mayoría del pueblo cubano.


Conclusión


En noviembre último participé, en Cuba, con compañeros y compañeras del Brasil y otros 20 paises, de la Brigada Internacional Contra el Terrorismo Midiático y reproduzco aqui parte de mi habla. Entonces, dije que los conceptos de democracia y derechos humanos, utilizados indiscriminadamente por tanta gente y tantos gobiernos, necesitan establecer sus sentidos, y que la claridad de eses conceptos ayuda a desenmascarar la mentira y a combatir posturas distorsionadas, maniqueas y agresivas del imperialismo y de su brazo auxiliar, los medios.

Si comprendo la libertad como parte de la esencia de un régimen democrático, reconozco como tal el gobierno cubano, por defender con bravura la soberania de su país, por sus esfuerzos para garantir los derechos económicos, sociales y culturales de su pueblo, siempre atento a los valores humanos directamente asociados a ellos.

Por otro lado es clara la tirania del gobierno estadounidense, imponiendo a Cuba un criminal bloqueo econômico, comercial, social, cultural, financiero y tecnológico y, también, internacional. Pasmen! Ellos llaman a eso de ‘embargo’ y afirman que es solo comercial.

La tirania es también evidente, por el imperialismo mantener, en cárceles privadas, Fernando Gonzáles, Ramón Labañino, Antonio Guerrero, Gerardo Hernández y René Gonzáles, presos en setiembre de 1998, cuando tentaban impedir acciones terroristas contra su país, de grupos extremistas cubanos residentes en los EUA.

El mismo gobierno imperialista destino, para el año fiscal de 2009, por la Agencia para el Desarrollo Internacional de los EUA (USAID), la suma de 15,62 millones de dólares para la denominada “disidencia cubana’, com el claro objetivo de desestabilizar el orden constitucional de la Isla. Las cuantías procedentes de otras instituciones y la de organizaciones financiadas por el gobierno estadounidense multiplican esa suma. Del punto de vista jurídico, ese financiamiento convierte a los ‘disidentes’ en agentes de una superpotência, actitud prohibida em cualquier país.

Las denuncias sobre las generosas cuantías que los 'disidentes' reciben de los EUA son antiguas. Su intensificación reciente es para desenmascarar la creciente y mentirosa campaña que el terrorismo midiático destila contra Cuba. Se puede encontrar buenas informaciones en: wikileaks, los mercenarios y el dinero de EE. UU. y www.rebelion.org/noticia, entrevista con Salim Lamrani, autor del libro Cuba, lo que los medios de comunicación no dirán nunca.

Llega de hipocresía! Mi eterno respeto a los verdaderos héroes que lucharon y a los que todavia luchan para defender a la pátria. Y mi respeto a la memória y a la libertad, resultado de lo que vemos, escuchamos, leemos y aprendimos com tantas y tantas personas que aprecian la verdad.

* Periodista y presidenta del Consejo Deliberativo de la ACJM/RS

** Historiador y miembro del Consejo Deliberativo de la ACJM/RS

BASTA DE HIPOCRISIA!

*Vânia Mattos
* Tradução Bolívar Almeida


"Libertad es el derecho que todo hombre tiene a ser honrado, y a pensar y a hablar sin hipocresía" (José Marti)

Lutar pela liberdade! Este foi, sem dúvida, um dos maiores ideais defendidos por José Marti e sempre presente nas reflexões e ações pela independência de Cuba. Marti compreendeu a dinamicidade da história e compreendeu também que toda a guerra pela liberdade é uma batalha de ideias.

A liberdade de pensar e falar sem hipocrisia a que José Martí faz referência é, nos dias atuais, um poderoso instrumento que possibilita tanto a resistência quanto o protagonismo daqueles e daquelas que se opõem às tiranias. Tiranias - que sabemos - por vezes se disfarçam em roupagem de “Democracias”.

Atento, o governo revolucionário cubano, inspirado nos ensinamentos de José Marti, se empenha permanentemente em combater e desmascarar a tirania e as farsas capitaneadas pelo imperialismo e seus seguidores, que encontram na grande mídia, o amparo para tentar desestabilizar governos reconhecidamente democráticos e, de maneira mais escancarada e raivosa, o de Cuba. O chamado terrorismo midiático, esse infeliz e subalterno dispositivo não recolhe em nenhum minuto seus tentáculos para intervir nas sociedades, desinformá-las e disseminar sua visão equivocada de mundo, ou seja, impor os valores que interessam às classes dominantes e à Washington.

É neste contexto que podemos abordar o acirrado debate sobre “liberdade de expressão x censura” que se faz hoje em Cuba, no Brasil, na Venezuela, no Equador, na Bolívia e em tantos outros países do mundo. Nesta abordagem é necessário observar, antes de tudo, de onde partem os protestos de “censura” e em qual momento eles se manifestam. E mais: perceber que quando as vozes que eles desdenham se voltam contra eles, isso não é entendido como defesa da democracia, e sim como ditadura e cerceamento da “liberdade de expressão”.


Vamos aos fatos

Recebi com preocupação correspondência eletrônica de um jornalista brasileiro, indignado e convencido das informações publicadas pelos Repórteres sem Fronteiras, que denunciavam a proibição de Havana para que o dissidente Guillermo Fariñas viajasse a Estrasburgo para receber o premio Sakharov do Parlamento Europeu. À correspondência, foi acrescentada, ainda, reportagem semelhante publicada no blog do jornalista Ricardo Setti - também brasileiro -, acompanhada de um link com matéria da Revista Veja que traz a seguinte manchete:Por trás das restrições de viagens impostas aos cubanos, uma verdadeira indústria migratória alimentada pelos Castro”. E é claro, suas fontes são apenas a blogueira Yoani Sánchez e Fariñas, ambos ferrenhos opositores do governo cubano.


A réplica

“A calúnia é o discurso que divide os amigos”

Platão


Se o governo cubano se empenha para desmascarar a farsa é porque compreende a liberdade não apenas como um processo político, mas também como um processo civilizatório e cultural. Cuba sabe reconhecer como herois revolucionários aqueles que lutaram e ainda lutam para defender a pátria e não para traí-la.

Mas a grande mídia não querer aceitar sociedades críticas que aprenderam a usar o conhecimento e as tecnologias para informar e auxiliar a cidadania na tomada de decisões. Também não querer aceitar, que perdem força e credibilidade os governos ou as pessoas que insistem em ignorar a dívida social construída pelo modelo de desenvolvimento concentrador de renda e pelo passado escravocrata.

De onde vêm os protestos de que em Cuba há censura? Certamente vêm dos governos opositores da democracia, vêm dos grandes empresários de comunicação e seus subalternos. Vêm daqueles que visam a privar a cidadania do direito constituído à informação.

Esse grupo tem medo que o cidadão esclarecido questione o que está por traz da manipulação midiática. Eles sabem que a sua prática temerária e inconsequente pode acabar com a própria seriedade da imprensa. Eles têm medo do prejuízo que causam quando são desrespeitados os direitos individuais da cidadania. E sabem, também, que a realidade é o ponto de partida para a informação e que a mentira “os levará da violação ética para o terreno da criminalidade”.

E eles também não desconhecem que o fazer jornalismo requer um esforço de preparação sobre o tema e que o desconhecimento da fonte pode afetar a credibilidade da informação em razão das suas qualificações. E que o cuidado e o esforço devem ser exigidos na elaboração das informações que precisam ser contrastadas, documentadas e expostas com objetividade.

A Revista Veja atua como verdadeira porta–voz da exclusão social, política e cultural e é duramente criticada no Brasil pelos segmentos progressistas da sociedade organizada. E não foi necessário um maior esforço mental para perceber nas reportagens citadas fatos jogados em confusão e que visam a uma farsa montada intencionalmente para constranger e desqualificar o governo cubano, num momento em que debate mudanças importantes para o futuro do país.


Quem é Guillermo Fariñas?


Se nos indignarmos com a farsa é possível desmenti-la para desvendar o véu que encobre a sã e justa verdade.


Fariñas denomina-se partidário da luta “não violenta” contra a Revolução cubana. Porém, o enfrentamento que faz ao seu país é cruel: reconhecido como grande ator midiático da chamada “dissidência cubana”, alia-se à grande mídia internacional para disseminar a farsa de que ele e outros “presos de opinião” - como se intitula -, são vítimas da censura e da ditadura revolucionária.

Guillermo Fariñas tem estreita relação com pessoas e organizações da extrema direita em Miami e inclusive recebe delas financiamento, comprovado numa carta de agosto de 2009, encaminhada por ele a Ángel de Fana Serrano, terrorista de Miami vinculado à organização paramilitar Alpha 66.

Ativista da sua própria causa, tem ainda amplo relacionamento com a Secção de Interesses Norte – americana em Havana e com algumas sedes diplomáticas européias que exercem subversão contra Cuba recebendo para sua atuação instruções, dinheiro e abastecimento.

Com a saúde fragilizada pelas sucessivas greves de fome, no final de 2003 Farinãs obteve licença extra penal do governo de Cuba, e em todas as greves recebeu assistência médica gratuita como qualquer cidadão cubano. Isso sem que o governo o discriminasse pela sua condição de mercenário e nem cedesse diante da sua chantagem.

Há alguns meses o governo espanhol ofereceu a Fariñas a possibilidade de emigrar para aquele País. E o “dissidente” que considera um inferno a vida em Cuba curiosamente se negou a emigrar para uma potencia econômica mundial e optou em permanecer vivendo num país bloqueado e de terceiro mundo. Ocorre que ao abandonar Cuba Fariñas ficará privado das vantajosas ajudas financeiras que recebe e do prêmio milionário que lhe outorgou recentemente a União Européia.

Ao justificar o premio Sakharov para Guillermo Farinãs, o Parlamento europeu afirmou que as prisões do “dissidente” se deram em razão da sua “atuação política”. Então vejamos:

- Em 1995 Fariñas foi julgado e condenado a três anos de prisão em liberdade e ao pagamento de uma multa no valor de 600 pesos, por agredir uma companheira do hospital onde trabalhava, causando-lhe múltiplas lesões no rosto e nos braços. A imprensa internacional silencia sobre o caso que certamente atingiria a imagem do seu protegido. Da mesma forma vários sites bem como a enciclopédia Wikipedia minimizam o ocorrido, sustentando que a agressão se deu durante uma discussão na qual Fariñas acusava a vítima de corrupção.

- No ano de 2002, Guillermo Fariñas agrediu violentamente um ancião, na cidade de Santa Clara, em razão de uma discussão política. A vítima sofreu uma intervenção cirúrgica para retirada do baço e o agressor foi condenado a cinco anos e dez meses de detenção. Novamente a grande mídia silenciou sobre o fato ocorrido.

Em síntese, Fariñas é um mercenário, traidor da sua pátria e do seu povo. E não é por acaso que inexiste qualquer registro na imprensa dita “livre” sobre dissidentes de outros países que traíram suas pátrias, mesmo sendo críticos de seus governos.

E quanto aos “presos de opinião” defendidos por Fariñas - muitos já libertados a partir de um acordo feito com a igreja católica e o governo espanhol - foram condenados em tribunais de Cuba por receber financiamento do imperialismo estadunidense que, entre tantas ações terroristas, submete a Ilha ao vergonhoso bloqueio condenado por toda a comunidade internacional.


O premio Sakharov


O premio à liberdade de consciência foi criado em 1988 pelo Parlamento Europeu e leva o nome do físico nuclear soviético, Andrei Sakharov , transformado em ícone da guerra fria e da desestabilização do socialismo pela propaganda dos governos e meios de comunicação do ocidente capitalista.

Cabe ao Parlamento, com sede em Estrasburgo, França, definir as propostas e decidir os critérios para a premiação que ocorre ao redor de 10 de dezembro de cada ano, quando se comemora o Dia da Declaração Universal dos Direitos Humanos das Nações Unidas.

Com exceções de outorgas como a concedida ao ex – presidente Sul - africano Nelson Mandela, em 1989, tanto as propostas quanto as indicações ao premio têm primado pelo que podemos considerar como manipulação ideológica e política, o que tem garantido, nos últimos anos, a classificação de candidatos com posturas anticomunistas, anticubana e antivenezuelana.

Curiosamente o Parlamento Europeu concedeu o premio, pela terceira vez, nos últimos nove anos, no valor de 50 mil euros, a representantes da chamada “dissidência” cubana, a seguir: em 2002, a outorga foi para Oswaldo Payá Sardinas, outro mercenário que, entre outras facetas, contribuiu durante vários anos com as ofensivas dos EUA, da direita européia e da máfia de Miami contra Cuba. Payá também apoiou o golpe fascista contra o presidente Hugo Chaves da Venezuela. A segunda premiação, ocorrida no ano de 2005, foi para as Damas de Branco, velhas conhecidas da Oficina de Interesses e dos diplomatas de algumas embaixadas européias. As damas admitem publicamente que receberam financiamento de Santiago Álvarez e apoio público de Luis Posada Carriles, conhecidos e sanguinários terroristas. Em 2010, a candidatura de Fariñas foi defendida pelo Partido Popular Europeu, principal interlocutor da atual campanha do Parlamento contra Cuba e seguidor da política agressiva que o governo estadunidense impõe a Ilha.

A indicação de Fariñas derrotou candidatos defensores dos direitos humanos do Vietnam, Etiópia, Eritrea e Síria, mostrando ao mundo que o Parlamento Europeu premia para violar o sagrado direito de autodeterminação e a soberania da grande maioria do povo cubano.


Conclusão


No último mês de novembro participei, em Cuba, junto com companheiras e companheiros do Brasil e cerca de outros 20 países, da Brigada Internacional Contra o Terrorismo Midiático e reproduzo aqui parte da intervenção que fiz. Na ocasião, destaquei que os conceitos de democracia e direitos humanos - utilizados indiscriminadamente por tanta gente e por tantos governos - precisam estabelecer seus sentidos e que a clareza desses conceitos ajuda a desmascarar a mentira e a combater posturas distorcidas, maniqueístas e agressivas do imperialismo e do seu braço auxiliar, a grande mídia.

E se compreendo a liberdade como parte da essência de um regime democrático, reconheço como democrático o governo cubano por defender com bravura a soberania do seu País. Também, por empreender esforços para garantir os direitos econômicos, sociais e culturais do seu povo, sempre atento aos valores humanos diretamente associados a eles.

Por outro lado é clara a tirania do governo estadunidense, quando impõe a Cuba um criminoso bloqueio econômico, comercial, social, cultural financeiro e tecnológico e, também, internacional. Pasmem! Eles chamam isso de “embargo” e afirmam que é apenas comercial.

A tirania também fica evidente, quando o imperialismo mantém, em cárceres privados, Fernando González, Ramón Labañino, Antonio Guerrero, Gerardo Hernández e René González, presos em setembro de 1998, ao tentar impedir que grupos extremistas cubanos nos EUA efetivassem ações terroristas contra o seu próprio país.

O mesmo governo imperialista destinou, para o ano fiscal de 2009, por meio da Agência para o Desenvolvimento Internacional dos EUA (USAID), a soma de 15,62 milhões de dólares para a denominada “dissidência cubana”, tudo para desestabilizar a ordem constitucional da Ilha. As quantias procedentes de outras instituições, bem como de organizações financiadas pelo governo estadunidense multiplicam essa soma. Do ponto de vista jurídico esse financiamento converte “os dissidentes” em agentes a serviço de uma superpotência, o que é proibido em qualquer país do mundo.

Não são de agora as denúncias sobre as generosas quantias que “os dissidentes” recebem dos Estados Unidos e se hoje intensificam é para desmascarar a crescente e mentirosa campanha que o terrorismo midiático destila contra Cuba. Entre tantas e informações, duas recentes podem ser encontradas nos seguintes endereços: Wikileaks, los mercenarios y el dinero de EE.UU e www.rebelion.org/noticia, entrevista com Salim Lamrani, autor do livro Cuba, Lo que los médios de comunicación no dirón nunca.

Chega de hipocrisia! Aos verdadeiros heróis que lutaram e aos que ainda lutam para defender a pátria, o meu eterno respeito. À memória e à liberdade: resultado daquilo que vemos, escutamos, lemos e apreendemos com tantas e tantas pessoas que apreciam a verdade.

* Jornalista e presidente do Conselho Deliberativo da ACJM/RS

** Historiador e membro do Conselho Deliberativo da ACJM/RS


sexta-feira, 3 de dezembro de 2010

¿Es legal la legalidad capitalista?


¿Cual debería ser la relación del gobierno de Venezuela con el de Santos? ¿Qué actitud adoptar frente a la insurgencia de las FARC-EP? ¿Hay que extraditar a los guerrilleros a sus países de origen? Opinan revolucionarios de Venezuela.

Es necesario ir pensando en construir una legalidad internacional de los oprimidos, en oponer a la legalidad capitalista, la legalidad de los pueblos en Revolución, la legalidad Socialista.


La legalidad internacional es oligarburguesa. La coyunda imperial se ciñe sobre el planeta, de allí que una Revolución, y más si es pacífica, debe moverse en esas aguas enemigas. La situación exige inteligencia y claridad en principios y objetivos.


Hace pocos días en Lisboa se reafirmó el pacto militar de las potencias capitalistas en contra de la insurgencia mundial. En esa reunión, la OTAN con anuencia de Rusia, aprobó un documento de lineamientos estratégicos que explícitamente contempla la intervención militar en cualquier lugar del planeta, sin pedir permiso a nadie, sólo por decisión de ese organismo, que en la práctica sustituye a la ONU y a la OEA.


Es así que los movimientos emancipatorios nacionales se enfrentarán no sólo a las fuerzas represivas de sus países, sino a una fuerza internacional, lo que hoy pasa en Irak, o en Agafnistán no será una excepción, será la norma de los conflictos por la liberación de los pueblos. Se impone ahora el pensamiento internacionalista como una necesidad vital. Todas las fases de la lucha revolucionaria tienden por mandato de las circunstancias a internacionalizarse.

POR: NEFTALÍ REYES

La legalidad no está separada de la lucha de clases, siempre favorece el dominio de una clase sobre el resto de la sociedad. En el caso de la oligarburgesía es muro de contención frente a los intentos emancipatorios de los explotados y expropiados, y garante de los intereses de los oligarburgueses.


Esta legalidad ha tomado cuenta del planeta. La Humanidad toda sufre el sometimiento del imperio capitalista mundial, salirse de esa esfera es delito, los que intenten liberación son inmediatamente calificados como forajidos, sean hombres, grupos o países.


La reciente reunión de la OTAN en Lisboa con la aprobación descarada y sin tapujos de la intervención de esos países, más Rusia, en cualquier parte del planeta. El increíble pedido de extradición por parte del gobierno colombiano de un ciudadano chileno, y la inaudita receptividad a ese pedido de la “justicia” oligarburguesa chilena dibujan muy bien el cuadro internacional de la legalidad de clases. Veamos.


Dice el valiente editorial de la revista chilena Punto Final:
“El ciudadano chileno Manuel Olate Céspedes se encuentra en prisión preventiva acusado de ser el nexo entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y una organización no identificada del pueblo mapuche. El gobierno colombiano pide la extradición de Olate, militante comunista y miembro de la Coordinadora Continental Bolivariana, una organización solidaria con los movimientos que luchan por la independencia de América Latina. La detención de Olate se prolongará hasta que la Corte Suprema se pronuncie sobre la solicitud de extradición, para lo cual el gobierno colombiano debe hacer llegar pruebas que respalden sus vagas acusaciones”. [Ver editorial completo en Debate Socialista No. 121, páginas 6 y 7].

Está claro que la legalidad oligarburguesa, en la persecución de la insurgencia borra las los límites patrios y se hace cada vez más internacional, contra la insurgencia se unen con descaro. Así, al pacto de la OTAN se suma Rusia sin más consideración que proteger al mundo capitalista. Perseguirán a cualquier pueblo que ose liberarse del yugo imperial. La OTAN da los pasos para en la práctica sustituir a la ONU, en constituirse en poder de hecho, sustentado en la fuerza, en el poder militar.


He allí la base de las amenazas de diego arria de juzgar a Chávez en la corte internacional, es decir, en la legalidad oligarburguesa internacional.


Es así que los movimientos emancipatorios nacionales se enfrentarán no sólo a las fuerzas represivas de sus países, sino a una fuerza internacional, lo que hoy pasa en Irak, o en Agafnistán no será una excepción, será la norma de los conflictos por la liberación de los pueblos. Se impone ahora el pensamiento internacionalista como una necesidad vital. Todas las fases de la lucha revolucionaria tienden por mandato de las circunstancias a internacionalizarse.


Las Revoluciones deben ser cautelosas en las necesarias relaciones con el mundo oligarburgues, no deben confundir táctica con estrategia, aferrarse siempre a los principios.


Recordemos lo que Hitler hizo con la Unión Soviética, la sometió a una feroz invasión a pesar de haber firmado un pacto. O recordemos lo que Monteverde hizo con Miranda, lo mandó preso y persiguió con saña a los patriotas por encima de la firma de un armisticio con todos los honores. Recordemos, aquí cerquita, lo que hicieron los oligarburgueses en Abril con el ofrecimiento de conciliación, construyeron el sabotaje petrolero.


No hay dudas, no se puede creer en los acercamientos con los oligarburgueses, estos pueden ser convenientes en un momento, eso lo decide el gobierno y lo respetamos, pero nunca anularán la confrontación estratégica, ésta no depende sino de las condiciones reales de explotación.


La legalidad burguesa es embustera, allí está la libertad de posada carriles y la prisión de los Cinco Héroes Cubanos. Los Revolucionarios deben tener otra legalidad, otras consideraciones éticas. Una buena regla para ubicarse en este mundo capitalista, sería: “si los oligarburgueses lo condenan sospéchese de injusticia”.


Es necesario ir pensando en construir una legalidad internacional de los oprimidos, en oponer a la legalidad capitalista, la legalidad de los pueblos en Revolución, la legalidad Socialista.


La legalidad internacional es oligarburguesa. La coyunda imperial se ciñe sobre el planeta, de allí que una Revolución, y más si es pacífica, debe moverse en esas aguas enemigas. La situación exige inteligencia y claridad en principios y objetivos.


Hace pocos días en Lisboa se reafirmó el pacto militar de las potencias capitalistas en contra de la insurgencia mundial. En esa reunión, la OTAN con anuencia de Rusia, aprobó un documento de lineamientos estratégicos que explícitamente contempla la intervención militar en cualquier lugar del planeta, sin pedir permiso a nadie, sólo por decisión de ese organismo, que en la práctica sustituye a la ONU y a la OEA.


El capitalismo suma a sus tribunales, policías, ejércitos internacionales, la presión económica, política y diplomática. Para ser aceptado en el mundo capitalista es necesario marchar al ritmo del capitalismo, caso contrario, tal como a la Chile de Allende, o a Cuba, esas economías crujirán, esos pueblos sufrirán bloqueos y la crueldad del imperio.


En esas aguas debe navegar la Revolución Bolivariana. Todo cuidado es poco, nos acechan peligros por ser, y también peligros por dejar de ser.


Entonces las claves de la travesía hacia el Socialismo están en mantenerse apegados a los principios revolucionarios. En no confundir el escarceo táctico con la profundidad estratégica, en no ilusionarse con amigos oligarcas. De no hacerlo así, quedaremos atrapados en la red de las conveniencias y sin percatarnos nos convertiremos en uno de ellos.


La Revolución Bolivariana tiene una política internacional soberana, por eso enfrentamos los problemas que la dificilísima situación mundial presenta a los movimientos liberadores, que en definitiva eso somos.


La confabulación del capitalismo contra los movimientos emancipadores es brutal, los considera “al margen de la ley”. Cada paso que demos, cada declaración del gobierno, trae consecuencias estratégicas que deben ser consideradas. Veamos.


Si el gobierno declara que: “deportaría a Colombia a todo miembro de las FARC, que se encuentre en Venezuela, porque ni avala ni apoya a ningún grupo que esté al margen de la ley”, resuelve un problema táctico, que es desligarse del conflicto colombiano: proteger el territorio de operaciones de todos los grupos que allá operan, y quedar en condiciones de influir en el conflicto con acciones de paz, hasta allí todo bien.


Sin embargo, al calificar a las FARC, como grupo al margen de la ley, está situándose en el medio del conflicto, y tomando partido por la legalidad oligarca, la misma legalidad que hizo posible a Lobo y justifica la salida de Zelaya. La que reconoce la agresión de la OTAN al planeta.
La legalidad oligarca en Colombia se construyó y construye sobre la sangre de los campesinos y revolucionarios colombianos. Las FARC existen como respuesta a esa injusticia y a esa represión oligarca.


Las FARC, aun con sus errores y extravíos, forman parte de la gran lucha mundial contra las oligarburguesías, por eso el deber de los Revolucionarios, por encima de las circunstancias, debe ser de respeto profundo a las FARC y a su lucha.

segunda-feira, 22 de novembro de 2010

Bolivarismo y marxismo, un compromiso con lo imposible (Segunda parte)



¿Cuáles son las «afinidades electivas» entre la tradición del marxismo revolucionario y la utopía emancipadora de los libertadores latinoamericanos? ¿Cómo comprender a Marx desde los desafíos actuales de Nuestra América? ¿Será útil el autor de El Capital para la revolución y el socialismo del siglo XXI? (Segunda parte)

Bolivarismo y Marxismo: utopía como visión de futuro

En Bolívar primero que en Marx la visión de futuro estuvo presente como constante; como perspectiva de lo histórico que no se prevé consumido en la propia época que se está viviendo sino que plantea la acción para un prospecto que siempre va más allá, trascendiendo, aún si las circunstancias parecieran adversas para su concreción en el largo plazo. Y no es que Bolívar o Marx no hubiesen trazado horizontes inmediatos también; sí, pero como etapas a ser agotadas en el camino a seguir en busca de horizontes de futuro en los que preveían las sociedades fecundas erigidas sobre el terreno de la igualdad y la democracia. Por ejemplo, para el caso del Libertador, el de una gran patria continental con proyección ecuménica, no para avasallar sino para liberar: ” Volando por entre las próximas edades, mi imaginación se fija en los siglos futuros, y observando desde allá, con admiración y pasmo, la prosperidad, el esplendor, la vida que ha recibido esta vasta región, me siento arrebatado y me parece que ya la veo en el corazón del universo, extendiéndose sobre sus dilatadas costas, entre esos océanos que la naturaleza había separado, y que nuestra Patria reúne con prolongados, y anchurosos canales. Ya la veo servir de lazo, de centro, de emporio, a la familia humana: ya la veo enviando a todos los recintos de la tierra los tesoros que abrigan sus montañas de plata y de oro; ya la veo distribuyendo por sus divinas plantas la salud y la vida a los hombres dolientes del antiguo universo; ya la veo comunicando sus preciosos secretos a los sabios que ignoran cuán superior es la suma de las luces, a la suma de las riquezas, que le ha prodigado la naturaleza. Ya la veo sentada sobre el Trono de la Libertad, empuñando el cetro de la Justicia, coronada por la Gloria, mostrar al mundo antiguo la majestad del mundo moderno”, (BOLÍVAR, Simón. Discurso ante el Congreso de Angostura).


Tanto en Bolívar como en Marx, no hay pesimismo en el futuro, quizás podría haber en su propio presente decepción y contrariedades producto de la in-concreción de lo inmediato, pero no para el futuro.


Esa es, tal vez, una de las más ricas herencias para los revolucionarios: los elementos para hacer la aprehensión de que frente al peligro en que el imperialismo ha puesto la existencia misma del planeta bosquejando un desarrollismo de catástrofe, no vale de nada la incertidumbre y el silencio, pues frente a los grandes retos, son necesarias las grandes determinaciones, la triple audacia…, la acción que supere el determinismo reivindicando el papel de la subjetividad, la pasión, la audacia, la temeridad y la fe en la iniciativa de las masas aún frente a la inminencia de la “derrota”; porque es que ésta, aun presentándose, en el revolucionario verdadero no se torna en derrota como capitulación hacia la domesticación, la sumisión y el arrepentimiento del propósito, que es lo que pretende el enemigo de clase enrostrando la caída de muchos proyectos “socialistas” o que pretendieron serlo, para en el seno de las izquierdas sembrar el pesimismo, tal como efectivamente lo han conseguido en muchos sectores otrora revolucionarios, y especialmente dentro de esa llamada intelectualidad “progresista”. Han puesto a estos elementos a jugar su asqueroso papel de apóstatas, teorizando sobre la idea engañosa de que nos enfrentamos a un universo que respecto al de unas décadas atrás es radicalmente distinto, en el sentido de que esto implica, entonces, nuevas coordenadas para la acción, nuevas formas de pensamiento; es decir, el abandono de las formas del pensamiento y de la acción política propias de la “era moderna”, pues estamos en la “post-modernidad”. Por tanto, digamos adiós al marxismo y a esa “quimera” que es el socialismo; y en la misma línea, “con mayor razón”, digamos adiós a ese pensamiento “trasnochado” que se compendia en el bolivarismo y es su ideal de Patria Grande.


En el ámbito de la conciencia revolucionaria esto es impensable. Si somos verdaderos marxistas y bolivarianos, aún en las peores circunstancias, nuestra utopía de socialismo y Patria Grande, ha de denotar la mayor fortaleza moral, inquebrantable como la moral del Bolívar de 1812, que derrotado en Puerto Cabello resurge en la Campaña Admirable…, como el Bolívar posterior a cada uno de los fracasos en su brega por expulsar al imperio español de Nuestra América, que de cada adversidad emerge “como el sol, brotando rayos por todas partes”.


Recordémoslo a Bolívar, solamente para ilustrar la moral sublime que atañe la utopía revolucionaria frente a los descalabros, cuando en un momento extremadamente difícil en que en el Perú tomaba fuerza la contrarrevolución porque Torre Tagle y Riva Agüero, con el pleno apoyo de la oligarquía, habían traicionado la causa independentista pasando con hombres y armas, al ejército español, entonces casi moribundo en Pativilca extrema su fe en la victoria. El mismo Sucre, héroe de Ayacucho, a quien el Libertador consideraba el más valioso de sus oficiales aconsejaba en aquella circunstancia desfavorable “evacuar el Perú”, con el fin de “conservar (Colombia) la más preciosa parte de nuestros sacrificios”. No obstante la descripción que hace Joaquín Mosquera de su encuentro con el Libertador nos da la claridad de porqué Pablo Morillo, el “pacificador” español decía que Bolívar “es más peligro vencido que vencedor”, o que “Bolívar es la revolución”. Dice Mosquera, que estando de paso en misión diplomática hacia Chile, se entrevistó con Bolívar en Pativilca y le encontró en lamentables condiciones; “… tan flaco y extenuado (…) sentado en una pobre silla de vaqueta, recostado contra la pared de un pequeño huerto, atada la cabeza con un pañuelo blanco y sus pantalones de jean, que le dejaban ver sus rodillas puntiagudas, sus piernas descarnadas, su voz hueca y débil, su semblante cadavérico (…) y con el corazón oprimido (…)”. Mosquera viéndolo en aquella situación lastimera le preguntó: “¿Y qué piensa hacer usted ahora?”. Bolívar, entonces “avivando sus ojos huecos, y con tono decidido, me contestó: ‘¡Triunfar!”. (LIÉVANO AGUIRRE, Indalecio: “Bolívar”. Caracas, 1974, p. 323)

Fue bajo aquellas mimas terribles circunstancias que expresó también: “mi consigna es morir o triunfar en el Perú” (Ídem., p. 327).

Y no ocurrió lo primero: en el año 1825 el ejército del Libertador, con sus armas de infantería, caballería, artillería y marina recompuestas, fue la primera potencia militar de América.

Para el caso de Marx y del marxismo, se puede observar el significado de la utopía, en la reivindicación que Marx hiciera de la misma respecto a la situación concreta de lo vivido por los obreros parisinos de 1870, o en la reflexión que Lenin concibiera en relación con la situación de los revolucionarios rusos de 1905.


En el primer caso, Marx toma el ejemplo de la Comuna de París para hacer planteamientos de fondo que incluso le llevan a variar puntos de vista plasmados en el Manifiesto Comunista. El levantamiento de 1871, logró enorme admiración en diversos aspectos, como el de “la destrucción del Estado parásito”, suscitando además el que se asumiera la esencia del Programa y los objetivos de los revolucionarios parisinos.


Y en el segundo caso, la reivindicación de la utopía se percibe en la crítica de Lenin a Plejánov por sus sermones y querellas contra quienes se atrevieron a hacer el levantamiento: “no había que haber tomado las armas”, decían. Pero en justa argumentación de rescate del papel de la subjetividad, del romanticismo si se quiere…, y en contra del malentendido o mal asumido “materialismo”, que descalifica a quienes lo arriesgaron todo por la opción de la dignidad, Lenin pondera a los revolucionarios de 1905 rescatando la posición de Marx en cuanto a la admiración que le generó el intento de los comuneros parisinos de “tomar el cielo por asalto”. Como Marx, Lenin también toma partido por la Comuna de París con todo y su “fracaso” y asume la “derrota” del levantamiento de 1905 en su dimensión positivamente ejemplificante.


En los mencionados casos, como cuando el Che de la Higuera que frente a sus captores dice que aún esa, su “derrota”, puede ser el factor que estremezca la conciencia del pueblo boliviano, en lo que se mira es en el ejemplo que la acción altruista del hombre puede cimentar en pro de la conquista del futuro mejor.


A propósito de la Comuna de París, Marx había escrito que: “La canalla burguesa de Versalles, puso a los parisinos ante la alternativa de cesar la lucha o sucumbir sin combate. En el segundo caso, la desmoralización de la clase obrera hubiese sido una desgracia enormemente mayor que la caída de un número cualquiera de ‘jefes’.”

Palabras estas que son reafirmación de la confianza absoluta en el ímpetu que puede ser el ejemplo de los revolucionarios: “Tomar el cielo por asalto”, al menos intentarlo, en rompimiento con cualquier ortodoxia estéril, contra cualquier “objetivismo” inútil. En fin, “ser realistas, haciendo lo imposible”, como en la determinación de ascender los Andes y contra todo pronóstico triunfar; es decir “hacer lo imposible porque de lo posible se encargan los demás todos los día”.

La negación de la utopía

¿A quién conviene la negación de la utopía?, ¿a quién conviene cercenar los sueños y las energías para luchar por una sociedad sin explotadores ni explotados, en dignidad, justicia y felicidad, cuando lo que requiere el destino de la humanidad, por el inminente peligro de sobrevivencia que ha impuesto el imperialismo, es su fortalecimiento, hoy más que nuca?

Negar la utopía es negar la posibilidad creadora del ser humano, y sobre manera, la posibilidad transformadora, revolucionaria de ese mismo ser humano.

Hoy en día, acabar con la humanidad, realizar ese desastre antes inimaginable, está dentro de todas las posibilidades científicas, pero quienes nos negamos a creer que el carácter natural del hombre es ser lobo del propio hombre, estamos en el deber de sostener y luchar por la utopía no sólo de la existencia del ser humano y de la naturaleza, sino de su mejor estar en condiciones de colaboración, ayuda mutua y felicidad. Así, la esencia del problema está totalmente evidenciada para el presente: “Comunismo o Caos”.

Lo que está en juego es la supervivencia misma de la especie humana, de la vida y de la naturaleza en general por cuenta del poder destructor del capitalismo. Pero para hacer florecer la alternativa del comunismo, no deberemos esperar pacientemente en la inacción el fin automático del capitalismo; la intervención consciente de la humanidad es una necesidad y un deber impostergable que exige de los revolucionarios la conjugación de la utopía en la praxis liberadora, a cualquier costo.

Entre los revolucionarios farianos la utopía del marxismo, como la utopía del bolivarismo coinciden en lo fundamental con ese propósito imperecedero que es el de la justicia social en condiciones de libertad y dignidad.

En el caso del ideario bolivariano, no obstante, si bien sus líneas esenciales no alcanzan la definición estricta del socialismo según su definición más decantada, sienta sí las necesarias bases para su construcción desde una perspectiva indoamericana, que comporta desenvolver un proceso de unificación continental emancipatoria, con el convencimiento de que su consecución depende exclusivamente de la propia humanidad, pero sobre todo de los revolucionarios, de los Quijotes; o sea, de los hombres como debieran ser. No de “el hombre tal cual es”, el del dominio de lo efímero, el de la realidad transitoria que expresa el Gil Blas al que alude el moribundo Bolívar de Santa Marta. Necesitamos en suma al hombre decidido a soñar, a hacer utopía de lo posible y de lo “imposible”, dispuesto a conquista el ideal con locura si se quiere, locura creadora, aleccionadora, paradigmática, según lo asume el mismo Libertador, quien como diría Juvenal Herrera Torres, el insigne historiador y poeta grancolombiano, “a la manera de don Quijote, condujo a nuestro pueblo, ese Sancho multitudinario, hasta fusionarse en un todo y confundirse en un mismo galope épico hacia la conquista de la utopía. ¡Qué locura! ¡Esta es la locura que hace falta para que la humanidad avance, cuando la cordura es vegetar pasivamente como esclavos siervos! ¡Siempre se ha llamado locura a lo que se sale de lo común!”.

He ahí, entonces, que en el revolucionario, según tal concepción, se compendian el pensamiento y la acción consecuente; se trata del hombre que actúa como piensa, del hombre que redime la utopía; ó, según ejemplifica el Libertador, tal como Cristo, Don Quijote y él mismo…, los majaderos, los necios de la historia. Es decir, el tipo de hombre tal como debiera ser, el hombre que, para el presente, frente a la inminencia del caos capitalista se enfrenta a la opresión para contribuir en la forjación del mundo diferente, así no esté en posibilidad de disfrutarlo para sí mismo.

Esta no es tarea sencilla, porque acabar con la utopía, acabar con los sueños redentores del ser humano, ha sido también el propósito de los que vociferan sobre el fin de la historia y la muerte de las Ideologías, tratando de persuadirnos de la instauración del capitalismo como estadio superior del desarrollo humano, convirtiéndonos hasta siempre en inmenso rebaño de consumidores pasivos, de militantes mansos del fatalismo nihilista.

Pero resulta que el trasegar del verdadero revolucionario, quien ante todo debe ser constructor de futuro, está definido por el optimismo como condición de la marcha de la historia.

Sentido histórico de la utopía

Día a día deberemos luchar por que las fuerzas productivas no se conviertan en las fuerzas que destruirán el orbe, mostrando que mientras exista la conciencia revolucionaria la posibilidad del deber ser ha de tener toda la energía utópica que la hace conciencia histórica que transitará ineluctablemente hacia una sociedad sin explotadores ni explotados.


Dentro de esta concepción, ni siquiera es admisible el fin de un determinado tipo de utopía, de una utopía en concreto, por la sencilla razón de que, en el sentido expresado, la utopía, aunque se presente con características diversas en momentos diferentes, tal como la historia, lo que hace es adquirir nuevos estadios de desarrollo humanizante, nuevas dimensiones, pero no finalización.


Admitir el fin de la utopía, sería como admitir la posibilidad del fin de la historia.


Podríamos plantear superar el ideario de los socialistas utópicos, como era la intención de la crítica marxista; podríamos plantear superar -no negar-, también, los propósitos y metas del socialismo científico; o, más sencillo aún, los ideales y metas del, en gran medida fracasado, socialismo real; o podríamos seguir propugnado por la sociedad del trabajo como utopía, o también persistir, como Marcuse en los años 60, en que ha llegado el momento histórico en el que es posible construir una sociedad libre porque el desarrollo de las fuerzas productivas ha alcanzado el nivel que permitiría erradicar el hambre y la miseria, y así concluir que entonces ese propósito en el mundo dejaba de ser un “sueño utópico”. Se podría, diríamos entonces, atendiendo a esta última concepción, edificar una civilización no represiva porque hay las condiciones para ello y de ahí, pues, tener la evidencia del final Marcuseano del la utopía; un fin que significa “que las nuevas posibilidades de una sociedad humana y de su mundo circundante están dadas…, pero fuera del mismo continuo histórico respecto a la sociedad anterior” (MARCUSE, Herbert: El fin de la utopía. Planeta Editores. Barcelona 1986, p. 7).


Pero en el sentido revolucionario, bolivariano y marxista, ciertamente la utopía está en su propio continuo de cambio dialéctico que, por mucha ruptura o cambio radical que tenga, conlleva ilación con el pasado. No puede ser un concepto estático sino cambiante en sus contenidos proposicionales, los cuales al mismo tiempo no deben ser ataduras a formas ineludibles de experiencias, como las fracasadas del llamado socialismo real, por ejemplo, sino que lo que implican es hacer superación retomando lo positivo de cada realización.


En conclusión, el sentido histórico de la utopía y del “hacer lo imposible”, estaría referido a ideales de transformación social que quizás no tengan aún en su favor los factores subjetivos y objetivos de una determinada situación…; no contengan, digamos, las condiciones de madurez como podría ocurrir en tiempo de Bolívar con la construcción de la Patria Grande, o en tiempos de La Comuna Parisina con la materialización del comunismo, o aún ni en los tiempos del siglo XX en los que se intentaron modelos de “socialismo” muchos de los cuales no cristalizaron reflejando consecuencia o siquiera suficiencia o aproximación respecto al genuino ideal marxista, para perdurar y transitar hacia estadios superiores. Pero de ninguna manera es la utopía la acción contra-natura o anti-histórica. Nada hay que nos indique lo contra-natura o lo anti-histórico del la utopía del socialismo y la Patria Grande como síntesis del la integración bolivarismo-marxismo de nuestros días, por ejemplo.

Esa Utopía llamada América Nuestra

Cuando retomamos el “hacer lo imposible”, su sentido radica, entonces, en el plano de la provisionalidad y hasta de la dificultad extrema, que implican en la mente del revolucionario “no quedarse sentado esperando a que pase frente a la casa el cadáver del imperialismo”, según el conocido adagio de la Segunda Declaración de la Habana que busca significar aquello de que las condiciones objetivas y subjetivas, no se esperan venidas quien sabe de dónde para luego actuar, sino que se cataliza su presencia con la acción.


Al respecto, cuando los revolucionario cubanos deciden el asalto al Cuartel Moncada, o cuando posteriormente emprenden el viaje del Granma, aunque era evidente que las condiciones materiales de un levantamiento en contra de la explotación capitalista en la mayor de la Antillas estaban dadas, quizás no era previsible aún, que fraguara el levantamiento insurreccional a favor de la instauración del socialismo; no obstante, con osadía, valor y convencimiento se emprendió el camino hacia “el asalto de los cielos”. El resto de la historia es suficientemente conocida. Precisamente en desenvolvimiento práctico de la utopía marxista -que no culminó con el derrocamiento de Batista sino que se potenció en cuanto a aspirar a mayores propósitos altruistas-, aquellos compañeros, luego de haber tomado el poder por la vía de una heroica insurrección armada, en un magnífico documento titulado Primera Declaración de la Habana, levantaban su voz contra el imperialismo y a favor de los intereses más sentidos de los explotados del mundo.


Este documento había surgido en réplica a la llamada “Declaración de San José de Costa Rica”, que no era otra cosa que un papelucho anticomunista surgido contra cuba desde esa cloaca pestilente que es la OEA.


El 2 de septiembre de 1960, evocando esa constelación de la conciencia nuestramericana que es José Martí, la Primera Declaración de la Habana condena al imperialismo que con “la sumisión miserable de gobernantes traidores, ha convertido, a lo largo de más de cien años a nuestra América, la América que Bolívar, Hidalgo, Juárez, San Martín, O’Higgins, Tiradentes, Sucre, Martí, quisieron libre, en zona de explotación, en traspatio del imperio financiero y político yanqui […]”.
[…]

“Proclama el latinoamericanismo liberador”, en oposición “al panemiricanismo que es solo predominio de los monopolios yanquis sobre los intereses de nuestros pueblos” y rechaza “… el intento de preservar la Doctrina de Monroe, utilizada hasta ahora, como lo previera José Martí, ‘para extender el dominio en América’ de los imperialistas voraces, para inyectar mejor el veneno también denunciado a tiempo por José Martí, ‘el veneno de los empréstitos de los canales, de los ferrocarriles”.

Se cierra aquella declaración valerosa reafirmando que “la América Latina marchará pronto, unida y vencedora, libre de las ataduras que convierten sus economías en riqueza enajenada al imperialismo norteamericano, y que le impiden hacer oír su verdadera voz en las reuniones donde cancilleres domesticados, hacen de coro infamante al amo despótico”.

Poco tiempo después, ante otra de las tantas egresiones de esa sirvienta de Washington que es la OEA, desde Cuba surgió la Segunda Declaración de la Habana. Nuevamente contra el imperialismo y los poderosos explotadores de la tierra, desde aquel “Territorio libre de América”, se hizo escuchar la voz de la dignidad. Era el 4 de febrero de 1962:

[…]
“El deber de todo revolucionario es hacer la revolución. Se sabe que en América y en el mundo la revolución vencerá, pero no es de revolucionarios sentarse en la puerta de su casa para ver pasar el cadáver del imperialismo […]”.

Y a favor de los oprimidos señalaba:

[…]
“ Ahora sí, la historia tendrá que contar con los pobres de América, con los explotados y vilipendiados de América Latina, que han decidido empezar a escribir ellos mismos, para siempre, su historia […]”.

[…]
“Porque esta gran humanidad ha dicho: ‘¡Basta!’ y ha echado a andar. Y su marcha de gigantes ya no se detendrá hasta conquistar la verdadera independencia, por la que ya han muerto más de una vez inútilmente. Ahora, en todo caso, los que mueran, morirán como los de Cuba, los de Playa Girón, morirán por su única, verdadera, irrenunciable independencia”.

[…]

Muchos revolucionarios en el continente convencidos de que “no había que quedarse sentados esperando a ver pasar el cadáver del imperialismo” emprendieron y otros continuaron, con mayor determinación, esa senda de la redención humana que es la lucha por el socialismo, no sin tomar en cuenta el ejemplo de la revolución cubana y sus postulados que venían a nutrir el ideario marxista con la vivificante savia del pensamiento martiano y latinoamericano en general. En Colombia, por ejemplo, donde la resistencia armada comunista cumplía más de una década de iniciada, con la conducción del legendario guerrillero Manuel Marulanda Vélez, hacia 1964 se logra gran cohesión insurgente con la fundación de las FARC, Fuerzas Armadas Revolucionaria de Colombia. Para entonces, este naciente ejército revolucionario había proclamado, incluso antes de su fecha simbólica de fundación establecida el 27 de mayo, en el fragor de los combates suscitados como consecuencia de la agresión militar gubernamental contra Marquetalia, su Programa Agrario.

En este documento, cuyo aspecto central es el planteamiento de una “reforma agraria revolucionaria”, se dejaba en claro la idea sobre la construcción de un “Frente Único del Pueblo” que destruyera la vieja estructura latifundista de Colombia y lograra el establecimiento de un gobierno de “liberación nacional”. En el séptimo de sus puntos decía: “este programa se plantea como necesidad vital, la lucha por la forjación del más amplio frente único de todas las fuerzas democráticas, progresistas y revolucionarias del país, para un combate permanente hasta dar en tierra con este gobierno de los imperialistas yanquis que impide la realización de los anhelos del pueblo colombiano.”

“Por eso invitamos a todos los campesinos, a todos los obreros, a todos los empleados, a todos los estudiantes, a todos los artesanos, a los pequeños industriales, a la burguesía nacional que esté dispuesta a combatir contra el imperialismo, a los intelectuales demócratas y revolucionarios, a todos los partidos políticos de izquierda o de centro que quieran un cambio en sentido del progreso, a la gran lucha revolucionaria y patriótica por una Colombia para los colombianos, por el triunfo de la revolución, por un gobierno democrático de liberación nacional”.


El Programa Agrario estaba suscrito por los guerrilleros que encabezaban la resistencia y por alrededor de un millar de campesinos.


No pasarían dos años cuando se realiza la Conferencia Constitutiva donde los insurgentes de Marulanda adoptan el nombre de FARC. En la Declaración Política de aquel evento que transcurrió entre el 25 de abril y el 5 de mayo de 1966, además de hacer la denuncia de las agresiones imperialistas contra pueblos de Asia, África y América Latina, contra la ocupación yanqui de Santo Domingo y los estragos causados en Viet Nam, y luego de resaltar la reunión de la Conferencia Tricontinental de La Habana como espacio para la acción solidaria “del mundo democrático contra los agresores imperialistas”, y “para el impulso y desarrollo del movimiento revolucionario mundial, por la paz y el progreso de las naciones”, se puso en conocimiento y se manifestó el rechazo de la guerra sucia de exterminio desatada en los campos colombianos por el imperialismo y la oligarquía, enfatizando en que la lucha es por la toma del poder. Aquella Declaración de la que se conoció también como Segunda Conferencia Guerrillera del Bloque Sur, concluye sus reflexiones con el siguiente párrafo:


“…los destacamentos guerrilleros del Bloque Sur, nos hemos unido en esta Conferencia y constituido las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (F.A.R.C.), que iniciarán una nueva etapa de lucha y de unidad con todos los revolucionarios de nuestro país, con todos los obreros, campesinos, estudiantes e intelectuales, con todo nuestro pueblo, para impulsar la lucha de las grandes masas hacia la insurrección popular y la toma del poder para el pueblo.”


Marulanda combatiría durante 42 años más. Ni el enemigo ni las peores adversidades lograron su rendición. Como ningún otro revolucionario del continente, más de medio siglo trasegó por las montañas en busca de la concreción de su utopía. Día a día entregó su vida en una guerra de resistencia por lograr ese ideal de la Nueva Colombia. Su pensamiento, en desenvolvimiento de la praxis, se entregaría a denodadas reflexiones e iniciativas que traduciría en planes que permitieran abrirle paso a la construcción del ideario marxista y del ideario bolivariano. Su lucha no sólo había pasado de la reivindicación de la parcela a la causa de la revolución colombiana, sino a la causa misma de la emancipación continental y fundación del socialismo para la América Nuestra unificada en esa gran patria con la que soñara Bolívar.

Contra viento y marea, hasta el último momento de su vida, con el fusil en la mano, el 26 de marzo de 2008, Marulanda marchó hacia la eternidad convencido, indudablemente, de que no hay otro camino para la redención humana que la construcción del comunismo; partió persuadido de la vigencia, de la legitimidad y la necesidad de la insurrección armada en la brega por la establecimiento del mundo mejor sin explotadores ni explotados. Observando esa maravillosa abnegación, nos preguntaríamos con Bolívar: “¿hay mejor medio de alcanzar la libertad que luchar por ella?”

Es evidente que en la mente de revolucionarios de la talla de Marulanda, las condiciones para una revolución no son asunto al que hay que colocarle espera sino determinación de lucha para su creación. Existe un compromiso, podemos decir, de coadyuvar también desde la subjetividad a crear esas condiciones, porque según tal criterio, plenamente correcto, la conciencia, puede influir eficientemente sobre la estructura; porque, como lo pensaba Bolívar, por ejemplo, se construye la unidad mientras se va fraguando la emancipación, y se hace la emancipación mientras se forja la unidad. Y el futuro comienza ahora: “¿Qué nos importa que España venda a Bonaparte los esclavos o que los conserve, si estamos resueltos a ser libres? Esas dudas son tristes efectos de las antiguas cadenas. ¡Que los grandes proyectos deben prepararse en calma! ¿300 años de calma no bastan? La Junta Patriótica respeta, como debe, al Congreso de la nación, pero del Congreso debe a la Junta Patriótica, centro de luces y de todos los intereses revolucionarios. Pongamos sin temor la piedra fundamental de la libertad suramericana: vacilar es perdernos” 307. ( BOLÍVAR, Simón. Discurso pronunciado en la Sociedad Patriótica de Caracas, el 4 de julio de 1811), dice Bolívar fustigando a quienes pretenden que aún no había condiciones para proclamar la independencia, cuando para él la urgencia ni siquiera era la liberación de Venezuela sino la unificación y liberación de la América toda.

¡Nuestra patria es la América! Y América es el equilibrio del universo dispuesta para el servicio de la humanidad. Esa es la utopía llena de internacionalismo, solidaridad y profundo humanismo en el pensamiento bolivariano del que era militante Manuel Marulanda Vélez, y en torno al cual formó a su ejército guerrillero.

Simón Rodríguez y la utopía del Bolivarismo

Ahora bien, que la utopía devenga en realidad, entonces, no implica su fin, sino la transformación de la utopía en una aspiración superior; una mutación de sus cualidades. Como cuando la materia logra, digamos a manera de símil, formas superiores de desarrollo, la utopía evoluciona en la medida en que adquiere realización.

Y en esto se reitera, porque es que abundan también quienes no quieren que la utopía muera, pero no en el sentido de que anhelen su permanencia vital evolutiva sino en el de no querer que se concrete su realización para que en últimas siga un sendero que conlleva al aniquilamiento de la esperanza.

Como parte de la conciencia revolucionaria, la utopía permanece conminando a una lucha constante que esté reflejando o proyectando los objetivos del futuro; llevándolos, como deber, desde el plano de la pura abstracción al plano de su realización mediante la acción a toda costa, o por lo menos a su intento de concreción en una praxis emancipadora de largo aliento.

En ese sentido, respecto al ideal de la Patria Grande, sobre la Utopía Americana, la utopía de Bolívar, podemos retomar las palabras del maestro del Libertador, don Simón Rodríguez: “Esperar que, si todos saben sus obligaciones, y conocen el interés que tienen en cumplir con ellas, todos vivirán de acuerdo, porque obrarán por principios…No es sueño ni delirio, sino filosofía…; ni el lugar donde esto se haga será imaginario, como el que se figuró el Canciller Tomas Morus: su Utopía será, en realidad, la América”, en expresión ubicada en un contexto que indica a la cultura como factor insoslayable para construir el nuevo orden social democrático y republicano, donde el bien común sea lo principal.


Pero como en el maestro Simón Rodríguez, en el Padre Libertador, aunque su ideario volaba sobre edades futuras, su construcción transformadora también tenía horizontes temporales para el momento que estaba viviendo, es decir, lo que podríamos denominar un escenario de utopía en cuanto a mayor factibilidad, pero como paso hacia un escenario de utopía superior para la cual quizás no existían aún las condiciones, pero se imponía como deber humano supremo.


Simón Rodríguez, quien sobrevivió al Libertador, escribiría, en desarrollo de lo que puede designarse como parte del ideario bolivariano, del cual el maestro es prominente fundador, ideas precisas respecto al tipo de sociedad que proyectaba, otorgando un papel fundamental a la razón y conminando a una construcción de sociedad sin calcos: “Originales han de ser las instituciones y su gobierno. Y originales los medios de fundar unas y otros”. Y magistralmente puntualizaba en que se debía propugnar por “una sociedad además solidaria donde lo normal sea… pensar cada uno en todos, para que todos piensen en él. Los hombres no están en el mundo para entredestruirse sino para entreayudarse”


Rodríguez en este planteamiento de la prioridad que debe tener el bien común en el ordenamiento social incluso supera a Rousseau cuando en este pensador observa y critica sus distracciones a favor del individualismo que le abre paso al utilitarismo egoísta: “el único medio de establecer la buena inteligencia es hacer que todos piensen en el bien común, y que ese bien común es la República: debemos emplear medios tan nuevos como nueva es la idea de ver por el bien común, de ver por el bien de todos” (RODRIGUEZ, Simón:”Obras Completas”. Caracas, Venezuela, 1975. T.I, p. 131).

Este aspecto blandido comporta principios propios del bolivarismo que le diferencian y le dan preponderancia a sus altruistas propósitos sociales muy superiores respecto al liberalismo burgués que, precisamente exaltaba el individualismo utilitarista en el que la propiedad privada aparece en el altar de sus adoraciones. Todo lo contrario se puede observar en el planteo del Libertado, por ejemplo, en el conjunto de su discurso ante el Congreso de Angostura donde el factor dominante es el de la solidaridad humana.

A propósito del utilitarismo, debemos precisar que cuando se produce el rechazo de Bolívar alrededor de Bentham no debe de ninguna manera, como pretenden algunos historiadores de la filosofía, aproximar tal actitud a una posición conservadora en cabeza del Libertador. Es claro que si bien los liberales granadinos y farsantes como Santander reivindicaron a este mentor del utilitarismo en desarrollo de una expresión opuesta al establecimiento hispano, en la orilla contraria de Geremías Benthan, el Libertador Bolívar no se levanta para reivindicar el provincialismo a la manera en que lo hicieron, ellos si en genuino conservadurismo, Mariano Ospina y José Eusebio Caro.

Bolívar se opuso al Benthanismo no en el aspecto de intentar como filosofía una explicación de la acción de los hombres en sociedad sin acudir a instancias “metafísicas”, sino en lo que concierne a sus aspectos representativos del individualismo burgués.


Si bien el Benthanismo significaba un divorcio con el espíritu español como nuevo patrón en las ideas éticas, en la concepción metafísica y en la teoría del derecho y del Estado representaba valoraciones antitéticas respecto a la tradición hispana, lo que representaba en esencia eran los ideales de una clase media comercial e industrial, pragmática y racionalista, aún empeñada en mantener las instituciones esclavistas y de servidumbre del régimen colonialista, a la manera como ocurría, por ejemplo, en Estados Unidos, frente a lo cual Bolívar era ferviente opositor.


Volviendo a Simón Rodríguez, apuntemos que su pensamiento se inscribe, en el proceso de estructuración del ideario bolivariano como componente fundamental de su conceptualización más profunda. Rodríguez está reconocido como un prominente pensador socialista de incuestionable influjo sobre el Libertador; y en esa dirección, es apenas natural que se diera el impacto de las ideas socialistas del maestro en la definición de la conciencia política de su discípulo.


Suele clasificarse a Rodríguez como militante del socialismo utópico, y ello para ubicar, en últimas, en el campo no científico el carácter de sus concepciones y mantener el contraste con las ideas socialistas posteriores a la publicación del Manifiesto Comunista, que sería la temporalidad que marca el surgimiento del socialismo científico, si atendemos a aquella valoración plasmada en el Anti-Dühring, en cuanto a que las teoría socialistas anteriores al Manifiesto correspondían a un período de inmadurez de la producción capitalista y del proletariado.


No obstante, reiteremos en que son antecedentes y fuente primaria de la construcción marxista, que contienen ideas de perdurable valor, de tanta profundidad y madurez como las que se refieren, por ejemplo, en el caso de Rodríguez, a la fuerza creadora del pueblo como base del desarrollo social y de la renovación de la sociedad. Se trataba de un pensamiento retomado, en la práctica por Bolívar, que ya incluía con mucho convencimiento el internacionalismo y la solidaridad como fundamentos de la construcción social, donde la educación, es espacio que unifica la acción intelectual y la manual, sería lo que daría cimiento a la nueva sociedad; es decir, la concepción bolivariano de la moral y las luces como factor de transformación revolucionaria; aspecto que incuestionablemente logra coincidencia absoluta con el marxismo, implicando también una coincidencia científica al menos en estos elementos del pensamiento robinsonianos (por lo de Samuel Róbinson, nombre con el que se conoce también a Simón Rodríguez), que son desarrollados como praxis por el Bolívar Libertador, los cuales, obviamente con todo y la originalidad que ambos Simones le imprimen, no salen de la nada sino de la existencia de un hilo conductor con el pensamiento socialista que toca al maestro en su tránsito por Europa, como con la tradición comunitarista de la América raizal admirada y reivindicada por ambos.

Simón Rodríguez y Gracchus Babeuf, la utopía socialista

Simón Rodríguez tuvo la posibilidad de percibir de cerca el ambiente que rodeaba a los revolucionarios parisinos de finales del siglo XVIII y comienzos del XIX, lo que conduce a afirmar que como estudioso e inquieto pensador tuvo que haber accedido, según lo indica también el contenido mismo de sus planteamientos, a los primeros socialistas franceses y especialmente a los más radicales.


En época en que Rodríguez trasegó por Europa, ya Babeuf, el protagonista de la conjuración de “los iguales”, en su pensamiento incluía el propósito nítido de conducir a Francia hacia el comunismo agrario mediante la dictadura de un gobierno revolucionario. Barbés y Blanquí se siguieron por similares principios que son retomados por Marx y Engels para delinear su idea sobre la “dictadura del proletariado” en el Manifiesto Comunista de 1848. He ahí, entonces, que ese hilo conductor del pensamiento socialista con respecto a Bolívar mediante Simón Rodríguez, es el mismo que con respecto al Marxismo.


Las ideas de Babeuf no desaparecieron con su muerte ocurrida como consecuencia de la terrible represión de 1797, pues sus partidarios se mantuvieron hasta algunos años después de la muerte de Bolívar, y su influjo tiene tal notoriedad que el nombre de Babeuf ameritó mención en el mismo Manifiesto Comunista.


Es la época radiante del babeuvismo coincidente con la etapa que precede la presencia de Rodríguez nuevamente en América, 1823, ya convertido en un auténtico y profundo socialista.


Pero bien, no es extraño que independientemente de que exista o no un contacto de orden intelectual y temporal, cada quien marchando por su lado, los revolucionarios coincidan en sus apreciaciones y propósitos; y cómo no ha de ser así, si lo que les motiva es un sentimiento profundamente humano de amor al pueblo.

Rosa Luxemburgo explicaba que “el socialismo, en cuanto ideal de orden social basado en la igualdad y fraternidad de todos los hombres, ideal de comunidad comunista, tiene más de mil años”; decía que “entre los primeros apóstoles del cristianismo, entre las sectas religiosas de la Edad Media, en las guerras campesinas, el ideal socialista aparecía como la expresión más radical de la revolución contra la sociedad. Pero en cuanto ideal por el cual abogar en todo momento, en cualquier momento histórico, el socialismo era la hermosa visión de unos pocos entusiastas, una fantasía dorada siempre fuera del alcance de la mano, como la imagen etérea de un arco iris en el cielo”. Así entonces, ¿cómo no admitir la posibilidad que en una época de emancipación como la que le tocó vivir a Bolívar no hubiese existido también tal ideal? Pero además, existen las nítidas evidencias de que así fue. Y es que, Precisamente entre 1820 y 1830 el pensamiento socialista tiene notorio impacto representado por tres grandes pensadores de reconocimiento universal: Saint-Simón (1760-1825) y Fourier (1772-1830) en Francia, Owen (1771-1858) en Inglaterra, de quienes aún reconociendo que no esbozaban la determinación de la toma revolucionaria del poder para hacer realidad sus planteamientos, o el establecimiento del socialismo, habría que exaltar su ingente aporte teórico como fundamental para la construcción teórica marxista.

El caso de Gracchus Babeuf es otro asunto; de este revolucionario sí que no se puede decir que no tenía la determinación de la toma del poder. Aquí estamos, indudablemente, frente a un gran ejecutor de la utopía comunista, verdadero pionero de la acción audaz hacia la concreción de lo “imposible”…; un promotor de la realizabilidad del ideal arriesgando hasta la vida en su causa, pleno para el sacrificio como verdadero revolucionario, incluso en un plano que supera el de la “racionalidad” paralizante, siempre en función de superar las injusticias del régimen burgués pero fuera de ese orden, con la construcción de un nuevo orden que planteaba ya establecer una dictadura popular, tal como lo retoman Marx y Engels, medio siglo después de la muerte de Babeuf, en el Manifiesto Comunista.

En Babeuf, “el poder de su crítica y la magia de sus ideales futuristas, las ideas socialistas”, al contrario de lo planteado por la misma Rosa Luxemburgo, es ejemplo que debe calificarse, en su teoría y en su práctica, como muy trascendental. El hecho de que no hubiese logrado las condiciones y el cúmulo de seguidores que le posibilitaran la concreción de sus ideas, o al menos tener una muerte con más que con “un puñado de amigos en la oleada contrarrevolucionaria”, no quiere decir que su rastro como el de la misma heroica Rosa Luxemburgo no logre ser “más que una estela luminosa en las páginas de la historia revolucionaria”. Claro que lo serán, claro que ya lo son y mucho más.

En Cayo Graco Babeuf, pionero combatiente comunista de vanguardia, la acción va en consecuencia con el pensamiento, más allá de que tuviese o no razón en algunas de sus concepciones nodales; pero ese sólo hecho aunado a sus aspiraciones de derrocar las injusticia del orden social existente para sustituirlas por un orden comunista, su utopía, expresada de manera inquebrantable aún frente al tribunal que lo sentencia a muerte, le da la dimensión de imprescindible. Herencia que toma Simón Rodríguez y que, en consecuencia, alimentan al Bolivarismo desde su génesis.

Aunque todos estos esfuerzos no hubiesen logrado el propósito de la instauración del socialismo, sino que como ahora ha ocurrido tras varios experimentos fallidos de “creación socialista”, la dominación capitalista se ensaña de manera más salvaje en la mayor parte del planeta, ni aquellos ni los más recientes intentos se pueden considerar enterrados bajo los escombros humeantes de las barricadas parisinas, ni bajo las ruinas del muro de Berlín, ni bajo la destrucción que dejan los “misiles inteligentes” lanzados por el imperialismo en cada una de sus guerras de recolonización. Es sobre los cimientos de la esperanza hechos perseverancia y resistencia, aún en escombros, aún en ruinas…, que se yergue el ideario de la justicia social del marxismo fortaleciéndose con las nuevas experiencia que ahora tienen la gracia de converger con la potencia que entraña el planteamiento bolivariano, el cual sea dicho de paso, tampoco se puede considerar enterrado bajo la perfidia de la práctica santanderista que ha pretendido no sólo acabar con la imagen del Libertador sino con la posibilidad de su proyecto emancipador…, con su utopía.

La bolivariana utopía marxista ahora

Es innegable que Marx, a partir de un profundo estudio basado en su concepción y método que cimentó con los mejores aportes del pensamiento universal logró auscultar más que cualquier otro en su época, en las leyes de la anarquía capitalista, develando la lógica que indica la factibilidad de la utopía comunista. Marx explicó de manera fundamentada cómo las mismas leyes que regulan la economía del capitalismo preparan su propia caída, en la medida en que su anarquía creciente se hace incompatible con el desenvolvimiento de la sociedad en tanto genera verdaderas crisis políticas y económicas catastróficas que se tornan insostenibles y riesgosas para la existencia misma del género. De tal manera la transición hacia modos de producción conscientemente organizados por la humanidad es lo que garantiza que la sociedad no perezca en las convulsiones incontroladas.

Aun con lo negativo de experiencias socialistas que no fraguaron como alternativa al capitalismo, cada día es más evidente, tal como lo muestra la devastación creciente del planeta generada por el capitalismo depredador, y tal como lo pone de bulto la actual crisis capitalista mundial, que ha llevado a los grandes financistas y adoratrices del libre mercado, a impetrar la intervención del Estado en su auxilio, que la única alternativa es el socialismo y que la utopía comunista se impone como necesidad histórica resultante, además de las propias leyes del desarrollo capitalista.

Sin vacilación, desde el continente de la esperanza, como lo llamara Bolívar, los revolucionarios de la América Nuestra deberemos hacer causa común con los revolucionarios del mundo para dar propulsión, para catalizar todas las potencias de la utopía, retomando la rica herencia de las generaciones de revolucionarios que nos han precedido, ya como bolivarianos, ya como marxista, ya como lo uno y lo otro, haciendo del internacionalismo y la solidaridad fuerza vivificante del accionar en unidad, en la lucha contra las oligarquías y el imperialismo en un ahora impostergable que exige no dar respiro a la reacción, aplicando todas las formas de lucha y medios al alcance, con todo el espíritu de sacrificio aprendido de nuestros próceres, sin importar que nos llamen ya no sólo voluntaristas, putchistas, o aventureros…, sino terroristas en esa misión de “hacer lo imposible”, en esa misión de “tomar el cielo por asalto”, pues no es en el revolucionario la utopía un reposadero para las reflexiones etéreas sino el acicate de la acción, de la praxis plenamente orientada a la toma del poder.

Esta no es la hora de las retiradas ni de las doctas reflexiones acerca de si existe o no la situación revolucionaria, como si la sola especulación inagotable fuera la tarea delegada, como si no hubiese las suficientes condiciones de miseria y de inconformismo que nos puedan impulsar para salir de la sobresaturación de pérfida, explotación y humillaciones imperiales. Como diría Bolívar¬: “esas dudas son tristes efectos de las antiguas cadenas. ¡Que los grandes proyectos deben prepararse en calma! ¿300 años de calma no bastan?…”

Qué necesarios, entonces, se hacen los Babeuf que no esperen condiciones sino que se adelanten a ellas; que urgentes son los que se atreven a declaren “la guerra a muerte” contra quienes nos asesinan día a día; qué imprescindibles son aquellos que se deciden a hacer su “Campaña Admirable” pese a todo pronóstico de inviabilidad; qué indispensables son los que eleven su verbo y su acción para gritar el nuevo Manifiesto que nos reitere que se hace apremiante una revolución, que con ella no tendremos nada que perder más que las cadenas, y sí todo un mundo que ganar; que imperioso es mirar hacia la antorcha de la utopía que encendida nos alumbra el sendero de la emancipación.


Aunque, valga decirlo, siempre estarán, de sobra, los que como el señor Dühring o Santader, El señor Bush o Uribe Vélez, cada uno en su época y en su salsa llevando como bandera el mugroso trapo de la contra-revolución, descalificando y persiguiendo a quienes se han atrevido a soñar con “la mayor suma de felicidad posible” para la humanidad. Y, seguramente, no nos llamarán ya “alquimistas sociales”, o “tea de la discordia”, “estúpidos” o “locos”, “charlatanes”, “panfletistas” y “dinosaurios”…, sino “terroristas”, u otra cantidad de denigrantes epítetos inimaginables dentro de ese “florilegio” de insultos, como diría Engels, con los que nos suelen enfrentar en el campo ideológico o con su obscena guerra mediática.


Pero resulta que a pesar de ello, con semejante herencia combativa que significa el marxismo y el bolivarismo, ni siquiera el derrumbe de lo que se llamaba socialismo en algunos países, o lo que se tenía por ello, o las funestas guerras fascistas de los oligarcas de hoy nos convencerán de que es el reino de la explotación y las humillaciones lo que ha de imponérsele al hombre como absoluto. Nuestro leit-motiv es la esperanza así sea que, como escribía Betolt Brecht, “con paso firme se pasee hoy la injusticia y los opresores se dispongan a dominar otros diez mil años más, y con su violencia garanticen que “todo seguirá igual”…, y que entre los oprimidos muchos digan ahora: “Jamás se logrará lo que queremos”.

Con Brecht deberemos volver a decir que:
“Quien aún esté vivo no diga “jamás”.
Lo firme no es firme.
Todo no seguirá igual.
Cuando hayan hablado los que dominan,
hablarán los dominados.
¿Quién puede atreverse a decir “jamás”?
¿De quién depende que siga la opresión? De nosotros.
¿De quién que se acabe? De nosotros también.
¡Que se levante aquél que está abatido!
¡Aquel que está perdido, que combata!
¿Quién podrá contener al que conoce su condición?
Pues los vencidos de hoy son los vencedores de mañana
y el jamás se convierte en hoy mismo.

Y porque la utopía no puede ser quietud, estas no son sólo “puras fantasías”. El desenvolvimiento de la humanidad no puede estar condenado, inevitablemente, a un curso caótico e imprevisible, cruel e injusto… Deberemos continuar la búsqueda de ese anhelado mundo diferente mejor, que nos permita salir de la prehistoria, tal como lo auguraba Marx cuando decía que ello ocurrirá cuando exista sobre la Tierra un régimen social verdaderamente racional, justo y equitativo. Ese es el sueño que debe dar razón de existencia al revolucionario. Ello pudiere parecer “imposible”. Algunos creen, asemejando el concepto a “inútil fantasía”, que soñar con cosas “imposibles” se llama utopía, y pueden tener razón; pero como bolivarianos-marxistas, precisamente eso es lo que nos corresponde, la lucha por lo “imposible” y no por lo que se nos muestre como evidentemente imprescindible para la supervivencia de la especie y alcanzable dentro de un horizonte temporal de la vida; o sea, lo que llaman “realismo”. Nuestro realismo puede ser eso, pero es sobre todos “hacer lo imposible”, además.

Por ello, nunca han de faltar los que ya con las armas en la mano gritemos desde cualquier rincón de la América: ¡aquí estamos!, con la resolución de construir el paraíso aquí en la tierra; los que con la perseverancia indoblegable de combatientes como el Héroe Insurgente de la Colombia de Bolívar, Manuel Marulanda Vélez, repitamos su credo de amor por los pobres, multiplicando su voz y sus enseñanzas:


“si nos sacan de la orilla del río, cruzamos hacia la otra orilla del río; si nos sacan de la montaña, escapamos a la otra montaña; si nos sacan de una región, atravesamos el río, atravesamos la montaña y buscamos otra región…”. Acreciendo la experiencia, transformando el principio hasta decir: “si nos sacan de la orilla del río, los estaremos esperando en la otra orilla del río; si nos sacan de la montaña, los estaremos esperando en la otra montaña; si nos sacan de una región, en otra región los estaremos esperando”. Labrando el principio hasta decantarlo en una idea precisa: “Ya no sólo los estaremos esperando en la otra orilla del río, ya no sólo los estaremos esperando en la otra montaña, ya no sólo los estaremos esperando en la otra región. Ahora volveremos a buscarlos en la orilla del río de donde un día nos sacaron, volveremos a buscarlos a la montaña de la cual un día nos sacaron a la huyenda, volveremos a buscarlos en la región que un día nos hicieron correr…”. (Citado por ALAPE, Arturo: Las Vidas de Pedro Antonio Marín, Manuel Marulanda Vélez, Tirofijo. Planeta Editores. 1989, p. 219).

Como en Marulanda, entonces, estará en cada combatiente bolivariano y en el conjunto del ejército insurgente por él forjado, el ideario comunista sobreviviendo, así las muertes de su utopía, como las historias de su propia muerte se escuchen en los confines de la selva y de la montaña.

Ya lo hemos dicho en reiteradas ocasiones, con estas enseñanzas del Héroe Insurgente de la Colombia de Bolívar, expresión eminente de la militancia revolucionaria, que en el caso de las FARC, no nos encontramos ante una construcción donde pueda retozar el “bolivarismo” o el “marxismo” de escritorio, propio de los sapientísimos ideólogos que imponen el oropel del pacifismo y la mansedumbre borreguil de la intelectualidad “postmodernista”. No es el envanecimiento del teoricismo sin compromiso lo que ha forjado Manuel Marulanda Vélez.


Así, con ese carácter de la conciencia marxista, bolivariana, marulandista, llena de utopía, Las FARC-EP frente a ese capitalismo que no obstante estar en crisis cuenta al mismo tiempo con ingente poderío bélico, modestamente perseverarán en no descuidar aquello que la cobardía y el oportunismo de los arrepentidos, reformistas y claudicantes camuflan con retórica pacifista: el aspecto militar de la lucha de clases, que es asunto sobre el que especialmente llaman la atención consecuentemente, siguiendo el camino abierto con toda una vida de dedicación por el comandante Manuel…; en fin, demostrando su pertinencia.


Con sus palabras, entonces, repetiremos con más convicción que nunca que : “Los esfuerzos y sacrificios de Mandos, guerrilleros, guerrilleras, dirigentes del Partido Comunista Clandestino, población civil, caídos en combate y presos en campos y ciudades en acción revolucionaria durante los 43 años de confrontación, le están demostrando a la clase dirigente de los partidos tradicionales y al Estado que la lucha revolucionaria es justa e inaplazable, y por lo tanto imposible de derrotar, como lo han pretendido los anteriores gobiernos y el presente. Teniendo en cuenta que tarde o temprano la única salida que les queda a los gobernantes es la negociación política con la insurgencia, si no quieren perder del todo su privilegio adquirido por muchos años (Manuel Marulanda Vélez. De una Carta a los combatientes. Diciembre de 2007).

Por demás, no creemos ya posible que nos hechicen los sirénicos cantos de los derrotistas corifeos del desarme. Hemos vivido enfrentando cada ofensiva de aniquilamiento del monstruo oligárquico e imperial, y le conocemos sus entrañas; ¡“nuestra honda es la de David”!

Por ahora, entonces, no quedaría más que decir con palabras del inolvidable Julius Fucik contra el fascismo y en nombre de la utopía comunista bolivariana que: “Cuando la lucha es a muerte;/ El fiel resiste;/ El indeciso renuncia;/ El cobarde traiciona…,/ El burgués se desespera,/ Y el héroe combate”.

¡La victoria será nuestra!
Frente al sagrado altar de nuestros muertos, ¡hemos jurado vencer y venceremos!

Por que Zurdo?

O nome do blog foi inspirado no filme Zurdo de Carlos Salcés, uma película mexicana extraordinária.


Zurdo em espanhol que dizer: esquerda, mão esquerda.
E este blog significa uma postura alternativa as oficiais, as institucionais. Aqui postaremos diversos assuntos como política, cultura, história, filosofia, humor... relacionadas a realidades sem tergiversações como é costume na mídia tradicional.
Teremos uma postura radical diante dos fatos procurando estimular o pensamento crítico. Além da opinião, elabora-se a realidade desvendando os verdadeiros interesses que estão em disputa na sociedade.

Vos abraço com todo o fervor revolucionário

Raoul José Pinto



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  • A Condição Pós-Moderna - Jean-François Lyotard
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  • A Revolução antes da Revolução. As guerras camponesas na Alemanha. Revolução e contra-revolução na Alemanha - Friedrich Engels
  • A Revolução antes da Revolução. As lutas de classes na França - de 1848 a 1850. O 18 Brumário de Luis Bonaparte. A Guerra Civil na França - Karl Marx
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  • Revolução Russa - L. Trotsky
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  • Sobre a Ditadura do Proletariado - Étienne Balibar
  • Sobre a evolução do conceito de campesinato - Eduardo Sevilla Guzmán e Manuel González de Molina

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  • A Casa dos Espíritos, de Isabel Allende
  • A Espera dos Bárbaros - J.M. Coetzee
  • A hora da estrela - Clarice Lispector
  • A Leste do Éden - John Steinbeck,
  • A Mãe, MÁXIMO GORKI
  • A Peste - Albert Camus
  • A Revolução do Bichos - George Orwell
  • Admirável Mundo Novo - ALDOUS HUXLEY
  • Ainda é Tempo de Viver - Roger Garaud
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  • As cartas do Pe. Antônio Veira
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  • Assim foi temperado o aço - Nikolai Ostrovski
  • Cem anos de solidão - Gabriel García Márquez
  • Contos - Jack London
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  • Desonra, de John Maxwell Coetzee
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  • EZLN – Passos de uma rebeldia - Emilio Gennari
  • Imagens da revolução – documentos políticos das organizações clandestinas de esquerda dos anos 1961-1971; Daniel Aarão Reis Filho e Jair Ferreira de Sá
  • O Diário do Che na Bolívia
  • PODER E CONTRAPODER NA AMÉRICA LATINA Autor: FLORESTAN FERNANDES
  • Rebelde – testemunho de um combatente - Fernando Vecino Alegret

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  • Cidades Médias - produção do espaço urbano e regional - Eliseu Savério Sposito, M. Encarnação Beltrão Sposito, Oscar Sobarzo (orgs)
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  • Geografia Agrária - teoria e poder - Bernardo Mançano Fernandes, Marta Inez Medeiros Marques, Júlio César Suzuki (orgs.)
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  • Questões territoriais na América Latina - Amalia Inés Geraiges de Lemos, Mónica Arroyo e María Laura Silveira