Raúl Castro.—¿Cuántas preguntas van a hacer?, para organizarnos.
Periodista.—Cuarenta.
Raúl Castro.—Mucho, mucho; tengo todavía un programa muy duro, y me voy rápido de Brasil porque no quiero enamorarme de Brasil ni de las brasileñas (Risas); son muy bonitas, igual que las cubanas. Si no hago la aclaración, no puedo regresar a Cuba, y es por una explicación muy sencilla: las raíces comunes que tenemos. ¿No es así?
Periodista.—En Cuba una cosa urgente debe ser ahora el bloqueo.
Raúl Castro.—No es tan urgente, llevamos casi 50 años; pero ya es hora de que concluya, está agonizando. Si nos hacemos la pregunta: ¿Por qué el bloqueo? ¿Para qué el bloqueo, salvo que no sea por una incomprensible venganza contra un pueblo que no ha agredido nunca a Estados Unidos? Es el momento ya en que va a agonizar y más aún después de las cumbres que acabamos de concluir en Sauípe, Salvador, estado de Bahía; es decir que eso no tiene perspectiva.
Cuántas veces en la ONU, con la excepción, por supuesto, del voto de Estados Unidos, del voto de Israel, que yo lo comprendo, Israel se debe a Estados Unidos totalmente, incluyendo las armas nucleares, que tiene por centenares, que se hizo en silencio cómplice con unos cuantos y ahora aquello es un polvorín completo. Es decir que ya hay que irse preparando, porque el bloqueo no tiene perspectiva.
El señor presidente de Estados Unidos dijo en la campaña electoral que suavizará el bloqueo, pero se mantendrá el bloqueo. Eso es el garrote y la zanahoria: ¿Por qué mantener el bloqueo? ¿Por qué y para qué? Ya más del 70% de los ciudadanos de mi país han nacido bajo las condiciones del bloqueo y bajo las limitaciones que impone el bloqueo. Quiere decir que estamos entrenados, estamos preparados contra el bloqueo y contra los huracanes que cada día serán o son ya más frecuentes, y, lo peor, más poderosos.
Con nosotros no ha podido nadie: no pudo el colonialismo español cuando concentró cerca de 300 000 soldados a finales del siglo XIX, en la última guerra, en la cual mi papá era soldado español, en la cual mi papá vino, campesino pobre movilizado en Galicia, a los 20 años —había nacido en el año 1875—; después se enamoró de Cuba, regresó rápido después que lo evacuaron, para suerte de Fidel y mía. No es que no nos hubiera gustado ser gallegos, pero preferimos ser gallegos en Cuba y compartir esos dos troncos, europeo y africano, igual que ustedes.
Es decir que volviendo al bloqueo y al señor Obama, presidente de Estados Unidos, al cual le reconocemos sus virtudes, pero que ahora es el momento de la verdad, que debe demostrarlo.
Estamos acostumbrados y leí muy recientemente que el propio Ministro de Defensa de ustedes, con el cual tuve la oportunidad de conversar un instante ahora en el banquete, en Estados Unidos plantea lo que está planteando toda persona honesta y con racionalidad en el planeta: ¿Por qué el bloqueo? ¿Por qué no levantan el bloqueo? Y la señora Albright, que ustedes recordarán fue secretaria de Estado de Clinton, dijo que para eso Cuba tenía que empezar a hacer gestos. ¿Gestos de qué? ¿Gestos para qué? ¿Por qué gestos el país agredido y pequeño? Que nos pasen la lista para ver cuántas agresiones les hemos hecho a ellos.
Entonces, eso es común en Cuba. Yo recibí una carta hasta de un ex presidente anunciándome que se aproximaban cambios antes de las elecciones y que sería muy bueno que hiciera algunos gestos Cuba. Le contesté inmediatamente con el mismo afecto que él escribió su carta, y le dije que la época de los gestos se acabó en Cuba, que tienen que ser gestos bilaterales, que se acabaron los gestos unilaterales.
Esa es la situación: ¿Hasta cuándo vamos a permitir eso?
Ustedes oyeron cuando yo dije, en mis palabras ante el banquete, que ya en América Latina somos mayores de edad, ya queremos hablar con voz propia. No es Cuba, es todo el continente, empezando por Brasil que es el hermano mayor, por razones obvias que todos conocemos. A los norteamericanos hay que decirles igual y acabarnos de quitar el complejo este.
De todas las desgracias —yo le decía al presidente Lula—, hay que tratar de sacar alguna ventaja, y de las desgracias de esta crisis económica, financiera y de todo tipo, hay que sacar por lo menos el provecho de que a pesar de ese tutelaje mundial que existía aquí de parte de ellos, de parte de los amigos de la Unión Europea que todavía nos siguen mirando desde arriba —mirando desde arriba se les nota hasta en los gestos que tenemos magníficos amigos en dicha comunidad y sangre como la mía propia que les estoy diciendo, hablándoles de mi origen gallego, español—, todo eso llegó el momento en que tenemos que eliminarlo y se eliminará; el que quiera seguir con sus complejos sometido a los atavismos del pasado, que siga, no lo vamos ni a criticar, hay que respetar las opiniones de todos, hay que acostumbrarse a vivir en pluralidad.
A ustedes les parecerá raro que un comunista cubano hable así; sin embargo, yo sé lo que es una comunidad de países como a la que pertenecimos hasta la crisis del socialismo, que será transitoria, como todo proceso a lo largo de la historia, lo que es la falsa unanimidad.
El mundo sería muy aburrido si todos tuviéramos que pensar igual de todo. La diferencia es una virtud, lo que hay es que saber llevar las discrepancias con altura, respetando a los demás, sencillamente; pero exigiendo que se nos respete.
Ese es el problema del bloqueo. Esperaremos con paciencia... Ustedes están escuchando nuestros discursos, incluyendo los que pronuncié en Salvador de Bahía, Sauípe, yo ni mencioné la palabra imperialismo, cosa rara. Llevamos medio siglo pronunciándola, ya todo el mundo la conoce, no hay que repetirla. Estamos viendo las consecuencias de lo que es el sistema ese. O sea, Cuba está preparada para lo que sea.
Soy de los que creen que Brasil es de los países que tiene mejores condiciones, por diferentes razones, para enfrentarse a la crisis, que es bastante complicada y que nadie sabe todavía cómo se va a resolver, ni dónde va a terminar; o si va a ser repetitiva, cada vez más frecuente como los huracanes que azotan al Caribe, que cada día son más y cada día son más violentos. Vivimos seis meses bajo los huracanes, desde el 1ro. de junio hasta el 30 de noviembre, ese es el período de huracanes.
Estoy hablando mucho para que hagan pocas preguntas, ¿no se dan cuenta que esa es la táctica?
Periodista.—¿Y los disidentes cubanos que fueron fusilados?
Raúl Castro.—¡No me vengas con disidentes!, esa historia la conozco de sobra. Por qué no me hablas de los 57 millones de dólares que como presupuesto aprobó el Congreso de Estados Unidos para pagar agentes, que ese es el papel que desempeñan. Esos son los disidentes.
Por qué no me hablan de los Cinco Héroes nuestros que no hicieron nada contra Estados Unidos y llevan 10 años prisioneros, y que fueron juzgados incorrectamente y hay uno que está condenado a dos cadenas perpetuas. Y no me vengas con esa pregunta que ya la sabemos de plantilla.
Periodista.—Presidente, una pregunta, eso quiere decir que descarta completamente hablar con Obama, o una agenda abierta con Obama.
Raúl Castro.—Ya hemos dicho que estamos dispuestos a hablar con el señor Obama donde sea y cuando él decida. Ahora bien, en absoluta igualdad de condiciones, ¡igualdad de condiciones!, sin la más mínima sombra a nuestra soberanía, ni a pedirnos que hagamos un gesto, ¡no tenemos ningún gesto que hacer! Tampoco se lo pedimos a ellos. Vamos a hacer gesto y gesto, esos prisioneros de los que tú hablas quieren soltarlos, que nos lo diga mañana, se los mandamos para allá con familia y todo; que nos devuelvan a nuestros Cinco Héroes, eso es un gesto de ambas partes, y de los supuestos prisioneros que hay en Cuba.
Luiz Inácio Lula da Silva.— Pienso que es extremadamente importante comprender este asunto del presidente Obama. Yo pienso que la reunión que tuvimos en Sauípe, en mi discurso me referí a que Obama va a probar la diferencia del mandato que él va a ejercer en Estados Unidos haciendo algún gesto y su primer gesto debe ser decir cuál será la política norteamericana para América Latina y el Caribe, toda la política que él va a tener para África.
La segunda cosa que me parece importante es decir: cuál es la razón del bloqueo a Cuba. Creo que no es Cuba quien tiene que pedir el fin del bloqueo, habrá un momento que Estados Unidos comprenderá que no existe justificación política, ética, militar para mantener ese bloqueo a un país que la única cosa que hizo equivocada fue conquistar su libertad y creó un consenso entre todos los países de América Latina y el Caribe, yo diría del mundo. No hay explicación, si hubo un momento en que después de la Revolución hubo una historia de misiles soviéticos en Cuba, y que llevó a los americanos a decir: "Vamos a bloquear"; eso acabó hace casi 50 años. El mundo precisa vivir en paz, vivir en la diversidad, vivir democráticamente.
Yo pienso que la victoria de Obama en Estados Unidos para mí significa mucho, porque no es poca cosa que un negro sea electo presidente de Estados Unidos de América del Norte, y él fue electo y eso hace la diferencia. Él va a asumir el próximo día 20 de enero. De ahí es que yo espero que existan también diferencias en el comportamiento con relación a América Latina y el Caribe. Y creo que Cuba no tiene que hacer gestos, quien tiene que hacer gestos es el gobierno norteamericano, que es quien hizo el gesto del bloqueo. Lo que tiene que decir es: "Se acabó el bloqueo"; y ya está todo resuelto.
La segunda cosa que me parece sumamente importante y un problema que tengo la convicción de que al presidente Obama le interesa mucho, es la sustentabilidad económica de los países de América Latina y sobre todo de América Central que dependen de la economía norteamericana. O sea, yo espero que Obama tome medidas concretas y espero que Obama pida ayudar a los países de América Central que dependen exclusivamente de la economía norteamericana... para que los ayuden para que no sean víctimas de las pérdidas económicas causadas por Estados Unidos.
Hay algo que me parece extremadamente importante y pienso que Estados Unidos, Europa, la prensa brasileña, los intelectuales y todo el mundo van a entender lo que aconteció en Bahía esta semana, que no es poca cosa, a 200 años de la conquista de la independencia de muchos países de América Latina y del Caribe, nunca había habido una reunión de todos esos países, porque solo se reunían cuando Estados Unidos lo permitía; hoy por libre y espontánea voluntad todos los países se reunieron para hablar, discursar y por unanimidad todos ellos piensan que precisamos que exista un organismo multilateral de América Latina y el Caribe sin tener que recurrir a la Corte de La Haya para resolver un problema en América Latina o el Caribe, o recurrir a la OEA para resolver un problema entre Brasil y Uruguay o entre Paraguay y Argentina, que tengamos un organismo multilateral nuestro.
Esas cosas no van a ocurrir con facilidad; pero tengan la seguridad de que van a ocurrir de manera mucho más rápida, en cualquier momento. Ya fue pensado por los gobernantes. Creo, fervorosamente, por todas las conversaciones que mantuve con los gobernantes, que existe una conciencia de que esta crisis es una gran oportunidad para que podamos repensar que el orden económico puesto en práctica en el siglo XX, en la posguerra, no puede continuar porque necesita una lógica en la economía. Entonces esta crisis va a obligarnos a pensar y a repensar qué otras formas de política económica vamos a necesitar, qué otras relaciones comerciales y bilaterales van a existir entre países; porque antes todos estaban pendientes del potencial de compra de Europa y de Estados Unidos, un poco más también del poder de compra de China; pero ahora, es necesario pensar entre nosotros qué hacemos para ayudarnos.
Cuántas cosas semejantes hay entre nosotros que no aprovechamos, que jamás discutimos. Las cosas están evolucionando, y este encuentro de Sauípe, y ya participé en muchas reuniones de Jefes de Estado, nos trajeron una cosa importante: trajeron a Cuba como miembro permanente del Grupo de Río.
También es importante recordar que no estamos defendiendo el retorno de Cuba a la OEA, porque Cuba no desea volver; lo que estamos diciendo es que sea hecha una reparación de lo que ocurrió cuando expulsaron a Cuba en 1962 de esa organización. Apenas una reparación, porque en algún momento histórico las personas tienen que empezar a pedir disculpas, pedir perdón a los países, a los pueblos, por los errores que hemos cometido. Yo no tuve ninguna vergüenza de ir a África y pedir disculpas al pueblo africano por los 300 años de esclavitud sufridos aquí en Brasil; no tuve la menor vergüenza, porque pienso que pedir disculpas es parte de la grandeza de los hombres y de las mujeres.
Ahora, la política de los países ricos, esa palabra no existe. Ahora hay una crisis profunda; o sea, estamos matándonos para hacer que no llegue a los pueblos de América Latina. No obstante, estamos colocando dinero en la economía para reactivar la producción, y la única cosa que hacemos es invertir dinero para salvar a los bancos. Si ese dinero fuese colocado en la industria, en la agricultura, para los pobres, la familia, no tendríamos esa crisis tan profunda.
Tengo la expectativa de que con el presidente Obama, la política de Estados Unidos va a ser mejor; porque la única explicación que yo tengo para mantener ese bloqueo es la cantidad de electores de origen cubano que hay en Florida; es la única explicación, no hay otra.
Ahora, como él, ganador de las elecciones, tiene que demorar cuatro años hasta la próxima, eso puede ser cambiado en el primer año.
Raúl Castro.—Y ganó en la Florida.
Luiz Inácio Lula da Silva.—Y ganó en la Florida, es importante.
Raúl Castro.- Es la primera vez.
Luiz Inácio Lula da Silva.—Eso no tiene el menor sentido.
Estoy muy feliz con la visita del presidente Raúl Castro, es la primera visita de un Jefe de Estado cubano a Brasil de manera oficial. Con anterioridad el compañero Fidel había participado en varios eventos internacionales en Brasil, pero no en visita oficial. Es muy gratificante, y espero que sea la primera de una serie de visitas a Brasil.
Raúl Castro.—Cuando vuelva, cuando vuelva seguimos la entrevista.
Luiz Inácio Lula da Silva.—Brasil va a continuar cooperando. Ustedes tienen que comprender que el presidente Raúl Castro tiene una agenda complicada.
Periodista.—Saludos, Presidente.
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