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Ríos de tinta, arrobas de papel, millones de bits, miles de palabras, se han gastado, impreso, grabado y lanzado al aíre, a través de los diferentes medios de información, con motivo de las recientes muertes, en distintas circunstancias y con escasos días de diferencia, de los camaradas Manuel, Raúl e Iván, los tres, integrantes del Secretariado Nacional del Estado Mayor Central de las FARC-EP. |
El denominador común de la inmensa mayoría –para no decir de la totalidad- de todo lo dicho y escrito se puede resumir en una frase que ya suena a lugar común: “…el fin de las FARC…” y los sesudos analistas se apoyan, para apuntalar sus argumentos, en todo tipo de razonamientos: Que las FARC están resquebrajadas, que con la muerte de Marulanda desaparece el mito fundacional (¿?), que el nombramiento del nuevo Comandante en Jefe ha desatado una lucha interna, que si Cano, que si Jojoy; que las deserciones, que llega una generación de comunistas ortodoxos, que sigue una de narcos puros; que perdieron el apoyo de Chávez, que porque la marcha del 4F, que porque la del 6M; que porque ahora los guerrilleros visten sudadera y no se ponen camuflado; que porque han perdido control territorial, que porque hace rato perdieron el norte ideológico, que porque “michín” y Karina; que porque el invierno; que no, que es por el verano; que porque patatín, patatá… ¡ignorantes!
Mejor dicho, ignorantes unos pocos, oportunistas y mal intencionados los más.
Si nos ocupáramos –como ejercicio de calistenia mental- en comparar los argumentos de los desinformadores de profesión, con los presentados, por ejemplo, a raíz de la muerte del camarada Jacobo, en agosto de 1990; o meses más tarde, cuando el ataque a Casa Verde, campamento sede del Secretariado, ordenado por el presidente de entonces, Cesar Gaviria, veremos que son los mismos argumentos, con los que pronosticaron nuestra desaparición , pero además; cosa curiosa, son los mismos personajes y los mismos medios de desinformación. ¿Acaso no fue un tal Rafael Pardo, Ministro de Defensa de entonces, quien diagnosticó nuestra desaparición en 18 meses? ¿Se olvidaron acaso de todos aquellos que nos llamaron dinosaurios, para invitarnos seguidamente a abandonar nuestros principios e ideales, ante el fracaso del modelo socialista europeo? Y así, pudiéramos extendernos a lo largo de estos 44 años de confrontación, citando ejemplos concretos; pero para la muestra, un botón, es suficiente.
Para vuestra desgracia, señores agoreros de entonces y de ahora, para vuestra desgracia, señores desinformadores de siempre, sempiternos augures del régimen, para vuestra desdicha, debemos decirles: una vez más, se han equivocado.
Una vez más, se han equivocado, para fortuna del pueblo colombiano. Para fortuna del pueblo colombiano, aquí hay FARC, para rato.
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